cap 18

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Me levanté y sentí que mi cabeza ¡iba a explotar, ¿Por qué había bebido ¿tanto? No recordaba absolutamente nada de lo que había pasado anoche. Dios, odiaba cuando llegaba a este punto, Sentí la respiración de alguien a mi lado. ¿Habré llamado a una chica ayer? Maldita sea, odio no recordar nada. Me acerqué a ella y...

¿Mariana? ¿Qué..? ¿Qué hace ella aquí? Oh Dios, soy hombre muerto. Gaston me va a aniquilar. Tenía tantas preguntas en mi cabeza. No entiendo. Oh Dios, espero no haber dicho nada comprometedor ayer.

-Mariana... -Dije sobando su cabeza mientras veía lo tranquila que se veía durmiendo. Ella estaba de lado y algunos mechones tapaban su cara. Parecía un ángel. No quería despertarla, era feliz sabiendo que ella estaba durmiendo tranquilamente en mi sofá.

Ella se levantó exaltada y me miró.

-¡Oh por Dios, me quedé dormida! -Dijo mientras se levantaba y recogía su bolso que estaba en el suelo. -Lo siento mucho Peter.

-Espera, ¿qué haces aquí? No recuerdo nada. -Ella se volvió a sentar en el sofá. Suspiró.

-Estaba preocupada por ti, Peter. Ayer cuando viné.. Dios, estabas demasiado borracho. -¿Por qué Mariana tuvo que verme así? Cuando estoy borracho soy insoportable. Por Dios, parece ser que Mariana nunca tendrá una buena imagen de mí.

-Mariana, ¿entre tú y yo pasó algo? -Ella se sonrojó y al darse cuenta tapó su cara.

-Oh, ¡no, no, no!-Repetía ella una y otra vez. Yo reí a carcajadas.

-Sólo estaba bromeando. Hubieras visto tu cara. -Dije mientras seguía.

-Eres un idiota.

-Tu hermano me va a hacer pedazos.

-Oh, no. Tranquilo. Ayer le envié un mensaje diciéndole que probableraente llegaría tarde a casa porque estaba con Candela. Le enviaré un mensaje diciéndole que me quedé dormida y que ahora voy a casa. -Mientras ella hacía eso, no pude evitar hacer preguntas.

-Espera, ¿Por qué tenías en mente que te quedarías hasta tarde aquí? -Dije y ella se puso mucho más nerviosa.

-Pensé que teníamos muchas cosas de qué hablar. -No entendía absolutamente nada.

-¿Cómo qué? -Dije acomodándome en mi asiento.

-Tú.. ¿Qué te pasa últimamente? -Analicé mi comportamiento los últimos y días. Probablemente ella hablaba del episodio de ayer.

-Si es por lo de ayer, perdón, ¿sí? Acababa de salir de una pelea y no me sentía del todo bien.

- ¿Por qué peleaste con él?

-Ya detente con las preguntas. -Dije seco, ella se quedó callada.

-Vamos, te llevaré a casa. -Dije parándome pero ella se quedó ahí. Ni siquiera se movió.

-Estoy hablando contigo. -Dije frío. No sé por qué estoy actuando así, probablemente sea porque la chica que más deseo está en mi casa y nunca podré llamaria mía.

-¿Qué te pasa? -Volvió a preguntar. Tú eres lo que pasa, maldita niñata. Ese es el problema. Siempre lo serás.

-Vamos Mariana, ¿qué mierda te importa lo que me pasa o deja de pasar? - Es irónico. La estaba tratando lo mal, y lo acepto. Pero por dentro lo único que quería era besarla.

-Tú.. Me importas. -Dijo ella lo suficiente nerviosa. Analicé sus palabras. ¿Yo? ¿En qué sentido exactamente? Las esperanzas que había perdido hace días volvieron.

-¿Yo? ¿Cómo?

-Oh, vamos Peter, eres el mejor amigo de mi hermano y siempre voy a agradercerte como lo has apoyado. -No tenía nada que decir. Yo, esto, todo lo que siento por ella es jodidamente estúpido. ¿Cómo puedo quererla tanto? Maldita sea. Esta niñata tenía la capacidad de hacerme sentir como un imbécil.

Eres mia pequeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora