No veía la hora de salir de aquí. Odio este lugar. Ese maldito profesor no dejaba de hablar. Yo solo veía el reloj, esperando que marcará las dos en punto para irme.
Cande no habia venido hoy, esta enferma. Por eso mi día fue tan jodidamente infernal. En los recreos me fui a comer atrás de un árbol, no quería entrar a ese lugar donde mi hermano come en grupo con sus mejores amigos y unas cuantas chicas. Recuerdo cuando los veía asi, iba corriendo, los abrazaba y luego insistía para ir a comer helado. Tenían quince años y no eran tan diferente a lo que son ahora. Ahora son todos unos hombresitos, eso diría mi madre.
Término la clase y me acerqué a donde estaba mi hermano con sus amigos afuera no dije nada, puesto que mi hermano tendria que saber con mi presencia que nos teníamos que ir. Pero el ni me miró y siguió con su estúpida conversación.
-Gaston...-dije y todos voltearon a verme
-Oh Mariana...¿que pasa?
-Pasa que me quiero ir a casa.
-Espera ahora vamos.-dijo y siguió hablando. Me sentí como una maldita niña pequeña.
Todos estaban entretenidos en la conversación,solo quería irme. Me estrese y decidí que no iba a depender de mi hermano, el usa su camioneta pues yo usare mis pies. Empecé a caminar,caminar y caminar hasta casa. No quedaba cerca pero tampoco lejos. Conocía este camino a la perfección pues siempre miro por la ventana cuando voy en el carro.
Recuerdo cuando era mi madre quien me llevaba y cantábamos canciones juntas en el camino. Iba radiante y feliz a la escuela. Ahora todo era diferente,era mi hermano quien me llevaba y siempre hablaba por teléfono o iba con música a todo volumen. Desafortunada mente no teníamos el mismo gusto musical.
Finalmente,llegue a casa,estaba cansadicima y subí corriendo las escaleras hasta encerrarme en mi habitación. Me di una buena ducha, salí y me puse lo más cómodo que encontré en el closet. Un suéter de gato que me llegaba asta los muslos con un short que tapaba esta y unas medias. Deje que mi cabello liso se secará y me puse a ver televisión, hasta que me quede dormida
Gritos me levantaron.
-Gaston! Ah! Ah! -Gemía aquella chica. Dios ¿que mierda le pasaba a Gaston para hacer esto en nuestra casa? Maldita sea. Juro que cuando lo vea lo mataré.
Me puse los audífonos y puse las música a todo volumen. No soportaba más, quería escapar. Quería irme lo más lejos que podía.
Le mande un mensaje a Cande preguntándole si iría mañana a la escuela a lo que me respondió que si. Bueno mañana no será Cómo hoy.
Me perdí en la música y final mente me quede dormida de nuevo.
Me levanté muy temprano, me metí al baño y me arregle. Me puse un jean y un sueter con una bufanda. Hacía mucho frío. Me hice una coleta alta donde salían algunos mechones rebeldes y baje.
Maldita se abajo se encontraban Peter y Agustin. Mi corazón empezó a latir muy fuerte hasta que vi a mi hermano. Me dirigí a la nevera sintiendo sus miradas en mi y saque una manzana.
-¿Ya no das los Buenos días hermanita?-dijo mi hermano. ¡Imbécil!
-Buenos días los tuyos,¿verdad? Digo, con la estupenda noche que tuviste ayer.-dije y Agustin escupió el jugo de naranja que tomaba y Peter soltó una carcajada. Lo había echo reír ¡Si!
-Mariana...-dijo apenado.
-No Gaston. Deberías tener un poco mas de respeto con migo. ¡Está también es mi casa! Lo de ayer fue asqueroso. Espero no se repita o juro que llamare a papá y le contaré de todas tus fiestas en su ausencia.
-Perdón ¿si? Juro que no volverá a pasar.-Dijo arrepentido, yo solo lo ignore y me dirigí hacia la puerta. Iría caminado a la escuela otra vez.
Sabía que me errepentiría de esto después. Seguí caminando hasta que sentí que una moto se posó a mi lado ¡Oh por Dios, su moto!
-Mariana, no tienes que caminar. Si quieres te llevo.-Dijo Peter mirándome. Maldita sea recuerdo las veces que me decía que cuando se comprara una moto a la primera persona que llevaría sería a mi. Malditos recuerdos
-No, gracias no necesito de tu simpatía Peter.-Dije y seguí caminado.
-Bueno si sigues asi llegaras tarde. Hoy todos renemos una reunion con la señora Grenwich y no creo que querrás un regaño de su parte.-Dijo seguro. ¡Maldita sea! Lo había olvidado. Me acerqué a donde estaba y el sonrió. Me subí y temblaba con la idea de que tenía que abrazarlo por todo el camino. Solo me quede quieta.
-Mariana ¿es que acaso quieres tener un accidente?.- Dijo, bueno la verdad es que si.-Agarrame si es que no te quieres caer- estreche mis brazos, lo abrace por detrás y arrancó.
Lo apreté mucho más fuerte en el camino. Hasta que por fin llegamos al colegio y sentí todas las miradas en nosotros...
¡Mierda! ¡Y mas Mierda!...
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Bueno espero que les guste como se abran dado cuenta la novela no es mía si no que es adaptada de una de mis escritoras favoritas y espero que les guste tanto como a mi Está historia 😘😗
Atte: Nahii😝