Capitulo 5 | Mi chica.

1.4K 96 24
                                    

No había logrado dormir nada, estaba segura de que mi cara lo reflejaba. Por suerte era mi última clase, sólo una para poder salir de este lugar, pero sin duda era la peor.

—¿Quién diablos organizó el horario y por qué motivo tuvo que poner gimnasia a última hora un maldito viernes? —se quejó mía milésima vez Alma. Me encogí de hombros suspirando con cansancio. Y por supuesto, no éramos los únicos quejicas. La mayor parte de clase intentaba buscar la excusa perfecta para liberarse.

De repente el gimnasio se encontraba completamente lleno. ¿Qué ocurre aquí?

—Todo el mundo en orden, por favor. Es un espacio pequeño... —chillaba nuestro director. No sólo estaba nuestra clase si no que también la clase siguiente, y la otra, y la otra...—, ¡Vas a pisar a alguien, niño!

Me quedé en una esquina junto a Alma, a lo lejos descifré a Simón, acompañado de un grupo de chicos totalmente desconocidos para mí. Me observó de reojo y me obligué a apartar la mirada como si está quemara.

—¡Silencio! —toda la multitud dejó de cuchichear—. Vale. Muchas gracias. ¿Todo el mundo me oye? Comienzo. Bienvenidos todos, antes de comenzar a explicar voy a dividirles en tres grupos.

Luego de separarnos. Tuve aquella mala suerte de no estar junto a Alma, por alguna extraña razón, a pesar de que estábamos literalmente pegadas una a la otra nos tocó separadas. No entiendo nada y comienzo a sentir algo de miedo, sobretodo al sentir aquella mirada penetrante detrás de mí. Simón. La persona que menos quería ver, estaba en mi grupo. ¿Irónico eh? Eso mismo pensé yo.

Cada grupo se retiró, nos tocó en el gimnasio. El director desapareció y de nuevo la suerte me golpeó. Damon apareció acompañado de un chico algo mayor que él.

—Buenas tardes. Mi nombre es Rocco, me encargo de entrenar y enseñar boxeo. He ganado varios trofeos como también mis propios alumnos —comenzó, me obligué a mirarlo. Se veía tan serio y a la vez guapo...—, busco futuros rostros y ganadores.

Escuché débilmente como una chica a mi lado suspiraba en dirección a Damon. La mire incrédula.

—Seria genial poder pelear contra tu nuevo chico, ¿qué dices? No sabes lo mucho que anhelo romperle la puta boca —susurró Simón a mi lado. Tragué saliva mirándolo a los ojos. De mi boca saldría un insulto si no fuera por la interrupción de Rocco.

—¿Algo que añadir? —preguntó en dirección a Simón—, entonces cierra la boca.

Prosiguió con su conversación mientras observaba como Simón lanzaba miradas de odio sobre Damon. ¿Cuál era el motivo? Él mismo perdió la oportunidad de estar conmigo. Comencé a menear la pierna nerviosa.

—¿A quedado claro? Podéis comenzar con golpes suaves —aplaudió y todo el mundo se repartió en parejas poniéndose uno al frente del otro. Miré a mi lado y observé a Simón fastidiada.

—Parece que volvemos a ser pareja en algo.

—¿Quién ha dicho que vamos a ser pareja? Ni muerta —asqueé y lo dejé detrás. Busqué con la mirada a alguna persona más la cuál se encontrase sola en busca de un compañero. Bufé y bufé.

—Venga, no puedes escapar —volvió esa irritable voz.

—Que te calles ya —me irrité. Rocco apareció con los brazos cruzados, alzó una ceja y nos observó.

—¿Que ocurre aquí?

—Nada, entrenador. Un pequeño calentamiento vocal —bromeó Simón.

—De ella me encargo yo —otra voz entró por mis oídos. Damon se acercó a mí lo suficiente como para estirar de mi brazo para sacarme de aquel círculo incómodo que se formó. Sentí dolor al sentir otro estirón proveniente del brazo restante—. ¿Que estás haciendo?

—¿Recuerdas que era mí novia?

—¿Y?

—Tenemos cosas pendientes. Además, el destino busca que sigamos juntos de alguna forma.

—¿Que? —esta vez hablé yo, empujé su pecho y suspiré—. Déjame en paz, Simón. Me estás cansando.

Me di la vuelta y seguí a Damon.

—Claro, lárgate con ese cabron y tiratelo en el baño. ¿Eso es lo que haces, no? —bromeó con una risa irritable. Frené en seco, lo miré de nuevo.

—Eres un puto fracasado, aún no quieres aceptar que tienes toda la culpa. ¿Pero sabes algo? Me importa una mierda todo lo que pienses de mí, nadie te escuchará —escupí con odio. No borró en ningún momento esa sonrisa tan estúpida.

—Creo que olvidas algo, Gemita. Yo soy el popular, tú solo eras y serás la empollona de la cuál me aproveché.

Eso acabó por completo con mi paciencia. Apreté el puño y lo golpeé en la nariz.

—Hija de puta —murmuró. De nuevo, se abalanzó sobre mí.

—Que coño haces. ¿Ibas a pegarle? —se acercó Damon de forma amenazante, acercó su cuerpo al suyo mirándolo fijamente con odio—. ¿Quieres saber lo que pasa si tocas a mí chica?

Mi chica.

Simón no dijo nada, mantuvo la boca cerrada, alzó los brazos y me observó con asco antes de dar media vuelta y salir del gimnasio.

—Buena derecha chica, con práctica y técnica mejorarás, te felicito —habló Rocco. Damon relajó los músculos y me observó con diversión.

—¿Puede quitarme el puesto? —bromeó.

—No lo digas en alto —añadió Rocco sonriendo. Choqué puños con él y observé cómo se alejaba. Damon se quedó a mi lado. A lo lejos observé cómo Alma corría en mi dirección de forma rápida y agitada.

—Gema —respiró—, me ha surgido un pequeño problema y no puedo llevarte a casa, lo siento lo siento.

—Yo la llevo —habló Damon rápidamente.

—¿Si? Vale, lo siento. Te quieroo —me lanzó un beso y comenzó a correr de nuevo.

—Yo también —murmuré—, oye no es necesario que me lleves. Puedo llamar a mi hermano y...

—Cállate por una vez, gatita —se quejó—. Ven conmigo, no muerdo.

Entrecerré los ojos.

—A no ser que quieras que lo haga —soltó antes de comenzar a caminar.

Tal vez si quiero que lo hagas Damon.

Lo perseguí sin abrir la boca.

Lo perseguí sin abrir la boca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Corregido y revisado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 24, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

DAMON ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora