Omegacember

Ronroneo omega

Pareja: Regulus omega! / James alfa! | Sirius alfa! / Remus omega!

Au: Voldemort gano la primera guerra mágica

- Ô -

Regulus se encontraba sentado en la vieja mecedora en su pequeño jardín. La dulce brisa primaveral acariciaba su rostro con delicadeza. El olor de las flores renaciendo después del infernal invierno que azotó Inglaterra, era delicioso. La luz del sol calentaba su rostro, además de sus hombros y pies desnudos. El canto de los pájaros arrullaba su estadía llevándolo a un sitio lleno de paz.

Después de pasar toda la tarde vigilando a su hijo que no hiciera ningún desastre en la casa de los Malfoy necesitaba un descanso.

Mientras tomaba una taza del más exquisito té de su bodega, leía las cartas que se le habían acumulado durante la semana.

Regulus soltó un suspiro resignado, siempre le llegaban las mismas cartas: cenas en el ministerio, fiestas lujosas a las que tenía la obligación de asistir, celebraciones a su señor oscuro, todo era igual, monótono y aburrido.

Desde que Voldemort había tomado control sobre el mundo mágico, su vida como omega se había reducido solamente a asistir a cenas elegantes, criar a su hijo y atender a su marido.

Lo odiaba, quería hacer más con su vida.

Regulus no estaba seguro en qué momento Voldemort había ganado tanta fuerza como para ganar la guerra, la resistencia que se oponía a su gobierno había caído tan rápido que ni siquiera tuvieron tiempo para escapar. Vio amigos morir, familias separarse y gente buena e inocente ser castigada.

Voldemort había llevado al mundo mágico a su destrucción, rigiendo a su población con mano dura y bajo amenazas. No solo los muggles, mestizos y sangre sucias eran los sufrían las consecuencias de su terrible dictadura. También los omega, ya fuese de sangre pura o no.

Al parecer ser un omega era un impedimento para hacer muchas cosas en el mundo donde estaba viviendo.

A veces en las noches de insomnio se quedaba pensando ¿Qué futuro le deparaba a su hijo? Estaba agradecido de que Harry fuera un alfa, porque si hubiera tenido la desgracia de nacer omega no sabía que hubiera hecho.

Regulus movió circularmente su cuello, el estar en la misma postura durante tanto tiempo le había provocado un dolor en cuello, leyó cada una de las cartas y se propuso contestarlas todas después de la cena. Sin embargo, algo llamó su atención, tirando en el piso se encontraba un sobre. Un sobre que no había notado antes. Era de un azul oscuro que contrastaba con el verde del pasto.

Regulus recogió el sobre estaba en blanco no había remitente o algo que indicara quién lo había enviado. Hipnotizado por la curiosidad, abrió el sobre y sacó su contenido.

Regulus frunció el ceño al notar que no era un pergamino que acostumbraba a usar en cambio era una hoja de papel, uno de los tantos artilugios muggle que había visto utilizar a Remus muchas veces durante sus años en Hogwarts. Desdobló la hoja y le dio una mirada rápida reconociendo la letra de inmediato. Era de Sirius.

Sus manos empezaron a temblar y comenzaba sentirse sofocado, no había recibido noticias de su hermano desde hace nueve años.

Estaba a punto de leerla, cuando las salas de aparición alertaron al omega de que alguien había entrado a su hogar.

"¿Regulus?" gritó James, desde adentro de la casa.

"¡En el jardín!"

James apareció por el marco de la puerta.