Omegacember

Púas en la lengua

Pareja:  Harry alfa!/ Draco omega!

Au: Sin magia

-O-

El amor no solo te ciega. Te hace débil. Te hace ingenuo.Amar a alguien es como lanzarte a un pozo sin fondo sin ninguna protección, con la esperanza de tocar el piso en algún momento. Es hermoso, pero también destructivo. Te nubla el juicio y terminas haciendo cosas por aquella persona que jamás imaginaste hacer. Quieres que esa persona esté bien, sana y a salvo, sin importar que.

Severus lo sabía mejor que nadie. La prueba perfecta estaba ante sus ojos.

Años de investigación y meses de trabajo, para curar la enfermedad de la única persona que había amado, culminaron en un espantoso desastre. No solo creó una aberración de la naturaleza misma, sino también arruinó de forma irreparable la vida del omega que confió en él.

La piel del paciente cero (como lo nombró Snape) comenzaba a descarapelarse. Los ojos sin vida habían tomado un color rojizo, que a Severus le recordaba al fuego del infierno. El rostro del omega estaba cubierto de pústulas rojas, llenas de pus. La ropa se encontraba rasgada y llena de la propia sangre del individuo.

"¿Qué he hecho?" dijo Severus, mientras veía su creación.

De la boca del omega brota sangre dejando ver la lengua llena de dagas que contenía un líquido, que el beta estaba seguro, era tóxico. De su boca emitía gritos ahogados, que en lugar de gritos humanos se parecía más a los gruñidos de un animal salvaje.

Desde una distancia considerable, Severus contemplaba con horror cómo su creación intentaba escapar de las cadenas que lo aprisionaban. Gritando y convulsionado en el piso.

Esa cosa ya no era humana.

Severus no era consciente de cómo reaccionaría su creación al tener contacto con otro ser humano, ni las consecuencias del cuerpo de las demás personas si tenía la desgracia de ser mordido por aquel adefesio. Pero tampoco estaba dispuesto a averiguarlo.

Los movimientos del omega se volvían cada vez más bruscos conforme pasaban los segundos, al no poder salir de la prisión en la que estaba, se retorcía en el piso, haciendo movimientos que Severus estaba seguro no era posible para una persona con un esqueleto normal.

Los gritos eran cada vez más fuertes y graves, provocando un escalofrío en la columna vertebral del beta.

Snape trató de actuar racionalmente. Pensó una forma de acabar con aquel ser. Ignorado el temblor de su cuerpo, buscó entre sus notas, el error que había cometido para que su paciente terminará convirtiéndose en esa cosa y así poder curarlo.

Porque si no lo hacía, las consecuencias podrían ser severas.

ºººº

Harry se dirigía a su práctica con el equipo de soccer cuando su novio lo interceptó a medio camino. El pasillo se encontraba vacío, ya que la mayoría de los estudiantes estaban en el gran comedor, en clase, o aprovechando el periodo libre para adelantar sus tareas.

Harry esperó pacientemente hasta que Draco se sintiera listo para decirle la razón por la cual lo detuvo.

Draco jugaba con el puño de su camisa, mientras pensaba las palabras correctas para expresar mejor lo que quería decir. Comenzaba a desprender ligeramente una fragancia agria característico de un omega en apuros.

Harry detectó aquel cambio, por lo que trato de darle palabras de aliento a su omega para que se calmara "Vamos, cariño. Puedes decirme lo que sea. Jamás te juzgaría."