Viernes

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– Ni creas yo me largo

– Los que no tienen club ni nada deben quedarse a limpiar

– Si pero yo ayudo en el club de voley masculino, ya sabes ahora que tienen más partidos deben entrenar y voy a ayudar

– ¿Enserio?

– Enserio, podrías ir y preguntarle al capitán, pero todos los que están aquí se escaparían para no limpiar, muy deshonestos

– Ya veré

– Gracias, adiós

La última clase ya había terminado y todos los que no tenían nada que hacer se habían ido, era viernes, se olía el cansancio por todos los pasillos, obviamente no se iba a quedar a limpiar usaría todo a su favor para postergar lo más que pueda, con suerte si iba al gimnasio encontraría a los chicos y podrían ir a comer algo o le pediría a Nishinoya que le compre un helado, siempre ofrecía uno

Todo hubiera seguido siendo un refrescante viernes de una tarde de verano si no fuera por la escena que vio, una chica tenía acorralado a Tsukishima detras del salón

El rubio estaba más que incómodo por no saber que hacer ni como irse, la chica lo miraba fijamente esperando a que haga o diga algo, aprisionándolo con sus brazos uno a cada lado, ella era mucho más pequeña que el rubio, pero aún así ambos estaban rígidos sin moverse, Tsukishima volteaba el rostro para no tener que enfrentarla

Su viernes no pudo cerrar con mejor broche, verlo le hizo demasiada gracia, era algo ridículo y el rubio se veía patético, no se sentía preocupada, como amiga estaba bien reírse de su crush, se preguntaba cuanto tiempo habrán estado ahí antes que llegue

No la habían notada porque estaba al otro lado del corredor, pero sus intentos por tapar su risa fueron en vano y no duró ni un minuto cuando sacó su celular y les tomó una foto. Vio como el rubio volteaba sorprendido viéndola con cámara y la chica molesta

– Buena Tsuki – dijo tratando de regular su respiración, mando la cordialidad al tacho cuando se rio a lo ancho y su risa hizo eco en el vacío y silencio– Oye galán, asegurate de no llegar tarde

Estaba lejos de la escena pero se aseguró de gritarlo lo suficiente para que él la oyera, vio como se fastidió más y se hundió en el lugar sin moverse, verlo inquieto era divertido, tenía todo el derecho de burlarse como su amiga, aunque fuera de su crush

Lo fue hasta que la chica que lo tenía acorralado volteo a verla muy ofendida y desencajada

– Disculpa, que no vez que estamos en algo importante – no entendio la seriedad del asunto y la otra se veía ofendida, lo confirmo oyendo sus palabras despotas, pero seguía sin entender lo importante

– Importante como la tarea que le intentas quitar o importante como el club de voley al que está llegando tarde, Tsuki que irresponsable de tu parte – el sarcasmo combinado con un tono burlesco evidenciaba sus palabras con naturalidad, ser amiga del rubio contagiaba la misma actitud, reforzada con la indiferencia de la irritación en posible crecimiento de la contraria emanaba

– Esto es una confesión, que seguro tu no podrias entender, ándate a otro lado a molestar – le hizo el mismo gesto que a los perros para ahuyentarla, ________ supuso que quiso ocultar su irritación con ofensas

– Confesión –  Cerro los ojos y apreto los labios, sabía que no debía estar ahí pero nada la obligaba a no estarlo, trató de reprimir la risa que guardaba porque se sentiria muy cruel hacerlo, pero eso no evitaba que se le escapara entre labios un poco del ruido – Okey pero me preocupa que se muera de incomodidad, mira como el ratón trata de huir de su rueda, si el ratón no corre se nos morirá, mira– señalo al rostro arrugado del rubio que ahora tenía una mueca por la estupidez que acababa de decir pero con la verdad del mensaje

Tsukishima Kei One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora