Tsukishima Kei One Shots

Lindo Gatito ✨✨

No se había sacado la imagen de los ojos dorados afilados viéndola a muy pocos centímetros, el viernes sintió miedo, ahora sólo incertidumbre y curiosidad, talvez debío saberlo antes, nadie tenía ojos dorados, tampoco nadie se le había acercado tanto antes y la primera vez que pasa no fue una persona, eso solo lo hizo más particular

Más bien podía recordar toda la situación, mas allá del miedo su al rededor era la imagen que construía y recordaba, inmóvil en el suelo, totalmente quieta, casi se le corta la respiración. Pensándolo bien no era nada especial ni emotivo, pero le seguía dando curiosidad y le habían asegurado que era totalmente seguro ir a la casa del rubio a aclarar cosas, no iba a pasar nada, no iba a haber animales, nada malo podía pasar

Pasó tres días tratando de buscarle una explicación e investigando el fenómeno de la transformación animal del rubio, porque cuando se le pasó el miedo se quedó con muchas preguntas y si se armaba de valor y tomaba confianza talvez las haría

Pensó en todos los posibles escenarios desde uno en donde es una película romántica y ella talvez era el extra de la presentación, aunque lo más probable es que fuera una película de terror en donde todo empieza con una descuido que sirve como advertencia encubierta y luego todo sale mal, cada una de esas opciones creaba un escenario en su cabeza, en un punto se dijo que pensar de más no ayudaba y se detuvo. Aunque podía ser una de ciencia ficción en donde no habían cosas peligrosas ni finales terribles, pero aún así habían riesgos de anomalías y se desviaba otra vez, luego regresaba y se decía que no debía comparar un asunto tan serio con una película, debia otorgarle la seriedad a un asunto de vida humana

Después del encuentro del viernes cuando llegó la madre del rubio consiguio que el animal de gran tamaño y peso subiera al segundo piso, el hermano del rubio sólo le agradeció, aunque no sabía el porque, la llevó a casa pidiendo discreción. Talvez era una película antigua de honor y tratos de una mafia y si habría la boca no saldría beneficiada

No pudo hablar con nadie de lo que había visto y no pudo consultar con nada lo vivido, era molesto no saber nada pero saber lo que vio, solo por eso acepto este encuentro por petición del rubio, no era cercana con ninguno de los involucrados por lo que era una desventaja y suma de incertidumbre al ser la única intrusa.

Así se sentía cuando se paró frente a la puerta que ahora le parecía pequeña cuando vio un puma entrar hace tres días, recién había salido de clases por lo que traía el uniforme y sentía que repetia la escena

No confiaba en su propia mente así que por seguridad guardó todos los pensamientos, alternativas y posibles escenarios que la distraigan, iba a afrontar el asunto con seriedad pero sin darle mucha importancia, toco la puerta y oyó un quejido interno de cobardía que fue callado por los otros pensamiento de su mente cuando la abrieron

– Hey si viniste– era el rubio mayor se veía algo agitado pero parecía no perder si buena actitud, ella al contrario se sentía reacia con todo el asunto pero lo disimulaba

– Crei que era importante – se adentró y esperó al contrario, cerró la puerta y se dirigieron a la sala

– Así es, estos días fueron agitados pero ya pasó la peor parte – el rubio aprovechó en desplomarse en el sofá por completo, había silencio en la casa y el quejido de cansancio fue lo único que oyó

– Sólo fueron tres días, que pudo haber sido tan malo – no era una crítica, no sentía el derecho ni de opinar ni de estar ahí, pero sentía curiosidad por los eventos sucitados

– Con decirte que tuve que ir a comprar carne fresca a las once de la noche creo que te das una idea – percibió que ese era uno de esos hechos que suenan horribles pero después te ríes de ellos como el rubio hacía ahora mientras cerraba los ojos tranquilo