[12 agosto, 07:37 h]

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Llegaron a la profundidad máxima que el submarino permitía y a una distancia considerable de su país vecino, todo estaba yendo bien y por lo que parecía, no los habían descubierto aún.

— Sigan avanzando diez metros más, en dirección recta —indicaba Jeon— Cuando hayan avanzado diez metros, a la orden de fuego sueltan los torpedos, no antes, ni después.

Era un momento crucial en el que tenían que dar lo mejor de sí, un solo fallo por mínimo que fuera podría arruinar toda la misión y ponerles en peligro de ser descubiertos.

Jeon iba a volver a hablar cuando una fuerte y estruendosa explosión sonó a través del equipo de comunicación.

— ¡Aún no se dio orden de fuego! —exclamó, levantándose de golpe de su silla.

El sumergible se inundó de alaridos de dolor y chillidos de los tripulantes asustados.

Todos corrieron al compartimento seis donde había sucedido la explosión, decenas y decenas de hombres yacían en el suelo sin vida, desangrándose.

— ¡Salgan de aquí, todos fuera de aquí! —se escuchó a alguien chillando en medio de todo el caos.

Los que aún podían mantenerse en pie corrieron fuera del compartimento y, justo dos minutos y quince segundos después de la primera explosión, hubo una segunda.

Yoongi cayó al suelo por la onda expansiva y sintió algo afilado atravesar su abdomen, sacándole un quejido de dolor.

Bajó la vista y divisó un trozo de la carcasa del submarino enterrado en su piel, lo sacó con rapidez y buscó algo con lo que hacer presión en la herida.

Se levantó como pudo y miró alrededor hasta encontrar en una maleta algunas vendas, tapando con estas su herida.

La carcasa del submarino había quedado destruida, el agua comenzaba a entrar y la fuga de peróxido de hidrógeno se hacía presente, dificultándoles respirar.

— ¿Jeon? —preguntaron por el parlante,  pero no hubo respuesta— Estamos cayendo —informó Kim, mirando a sus compañeros.

cinco horas ↬kookgi au↫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora