Lo que usted diga jefe

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Era bastante irónico el hecho de que esas mismas personas lo secuestraron, pero poco a poco el ambiente cambió drásticamente. Una organización enemiga con personas que se supone eran criminales buscados en toda la ciudad, ¿eso no era razón suficiente para entregarlos?

Pues no, porque prefería mil veces convivir con ellos a tener que entregarlos. Si él no podía poner un sólo pie en las instalaciones del gobierno, ellos tampoco lo harían. Al menos no por voluntad propia ni la suya.

- ¿Y qué tal este?- Preguntó Sigma con un atuendo parecido al de Chuuya en la Port Mafia

- Te pareces a Chuuya, y se ve adorable- Opinó Agatha sonriendo ligeramente

- Atha-san...- Dijo el mafioso avergonzado

- ¿Qué? Es la verdad

Cuando llegaron a la segunda tienda de ropa, las cosas se salieron un poco de control. Chuuya se ofreció a pagar todo como regalo, ni idea del porqué, pero de ninguna manera lograron hacerlo cambiar de opinión.

No querían gastar tanto, o eso pensaban hasta que el mismo Chuuya les daba conjuntos diferentes para probarse.

- Chuuya-kun tiene un gusto muy bueno ¿eh?- Se burló Nikolai, viendo como Fyodor vestía un traje de gala

- Me obligó

- Ajá, ¿también te obligó a besarlo, no?

Fyodor sonrojado era completamente diferente, la vergüenza no era algo propio de él y menos cuando se trataba de otra persona. Pero entre tantas burlas había algo de verdad, apoyar a su amigo.

- Es que... no lo sé, ¿no es un poco precipitado tener una relación amorosa y con el enemigo?- Preguntó fingiendo burla

- Dos-kun, le diste la ubicación de nuestra base principal hace tres semanas, ¿no crees que ya nos habría delatado?

- Bien, si, lo admito, confío en él

- ¡Ja! Por fin lo dijiste y no puedes negarlo

- Hazme el favor de cerrar la boca antes de que te escuche

Por otro lado, Chuuya ayudaba a Agatha con unos vestidos, habría una reunión con otra organización y la mujer no tenía ningún atuendo de su agrado.

Luego de un rato y con ayuda de Sigma, se decidieron por uno rojo de flores y uno negro con mariposas. ¿Y cómo no? Decidieron hacer una apuesta, el que perdiera se pondría una falda por el resto de las compras en esa tienda.

- ¡No, no, no, cambiemos el trato, eso fue trampa!- Se quejaba Chuuya apenado

- ¡Nada de trampa jovencito, cumple con tu palabra!- Reclamó la mayor mientras escogía su ropa junto a Sigma

Querían algo atrevido pero a la vez adorable. Una falda a cuadros color roja, medias de red con botines brillantes, una camisa negra de manga larga y formal, sin olvidar cambiar su gargantilla por una más interesante.

- D-De ninguna manera v-voy a ponerme esto- Siguio quejándose dentro del vestidor - ¿Qué están planeando?

- No es nada querido, pero tenemos una deuda pendiente con Gogol y queremos saldar cuentas- Respondió sonriente

Sigma literalmente corrió de una extremo a otro para encontrarlos, esa tienda era muy grande. No tardó mucho, pero alcanzó a ver como Fyodor estaba rojo hasta las orejas y Nikolai reía a carcajadas.

- ¿Me perdí de algo señores?- Preguntó con burla - Nah, me lo dicen en el camino, ocupamos ayuda otra cosa

- Uy~ ahí va tu fantasía del corset victoriano

Kiss Me // FyoyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora