Kiss Me // Fyoya

En el caso hipotético

Su cabeza le dio millones de vueltas al asunto, ganándose una buena jaqueca y un imprevisto mareo enfrente de todos en la reunión.

- ¿Todo en orden?- Preguntó Sigma preocupado, aproximándose para sujetarlo de ser necesario

- S-Si, si... fue una mareo, sólo eso- Contestó apoyándose en la mesa con ambas manos y cerrando los ojos con fuerza para que se le pasara

- Estas extraño desde que saliste ayer por la noche, ¿sucede algo Dos-kun?- Agregó esta vez Gogol

- Tienes que decirnos lo que está pasando Fyodor- Insistió Agatha - Un día de estos algo te ocurrirá y no sabremos que hacer si no nos dices sobre la situación

Era como ir contra corriente, estaba claro que algo pasaba con el ruso y con su manera de pensar. Un obstáculo en su camino, un soldado renegado, otro plan fallido, cualquier cosa era un contratiempo que fácilmente podría quitar de su camino pero era una completa pérdida de tiempo.

No quería decirles que Chuuya había cometido tal acto, mucho menos decirles que él había correspondido. ¿Qué clase de líder haría algo como eso?

Ya era una obligación suya despejar sus pensamientos y regresar a trabajar, pero el chico mafioso lo hacía tan increíblemente difícil.

- Y-Yo...- Habló un tanto tembloroso - Necesito que secuestren a alguien

- ¿Eh?- Pronunciaron todos al mismo tiempo

- Será fácil, pero he podido encontrar un patrón en sus movimientos y salidas, lo necesito para hoy por el mediodía, usen los métodos que quieran pero tiene que llegar sano y salvo

El Dostoievsky que conocían estaba de regreso, y como todo líder, les dio el plan con lujo de detalle y los datos más importantes para llevar a cabo el secuestro.

Nikolai no pudo evitar sonreír durante todo el transcurso del día hasta que llegó la hora, emocionado por la idea infantil que tenía en mente desde hace semanas.

¿Cómo sería una rata rusa enamorada? No lo sabía, por lo menos no ahora.

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Era una misión cualquiera, simple y sencilla que podía completar en cuestión de minutos, pero no, todo se le fue de las manos por no poner atención. Akutagawa volvió a regañarlo por estar tan distraído, de no ser por Rashoumon, su superior habría perdido la cabeza.

Y quizás ya la había perdido, pero no literalmente. Lo que hizo estuvo mal, un poco interesante, pero muy, muy, muy mal.

- Chuuya...- Lo llamó Kouyou - ¡Chuuya!

- ¿E-Eh? Ah, Anne-san, ¿q-qué pasa?

La mujer suspiró pesadamente, ya era la sexta vez en el almuerzo en la que el pelirrojo entraba en una especie de trance. Era raro hasta para él, puesto que siempre era alguien hiperactivo y atento a su entorno.

- ¿Te sientes bien cariño?- Preguntó preocupada - ¿Volviste a tener insomnio, te duele algo, necesitas un trago de vino?

- No, no, en realidad... necesito un... u-un consejo

- Oh claro, ¿y bien de que se trata?

- A-Amm... digamos que ha-hay un chico...

Supongamos en el caso hipotético de que besaste a alguien por impulso, aunque ese impulso compensó un error que habias cometido recientemente. Ese beso te gustó, pero al mismo tiempo alteró tu manera de ver a la otra persona.