1. IMA

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Capítulo uno

IMA.

- ¿Te puedo dar un consejo? No confíes en nadie, a veces la gente miente para conseguir lo que quiere, te manipulan sin que tú te des cuenta y ellos solo juegan contigo, con tu mente, simplemente lo hacen por diversión.

- ¿Porque me dices esto? – le contesté a la persona encapuchada.

- Porque yo odio que me mientan, no quiero que tú pases por ello – y así como se llegó se fue.

Volteé a ver a mi mamá Gredia Deil, para saber si ella había escuchado algo de esa corta conversación, pero no fue así ella estaba muy concentrada en solicitar mi inscripción en la escuela "Institut de Musiqué et d'Art" la cual nosotros solemos llamar IMA.

Ella adora todo lo que tenga que ver con arte, así que me obligó a estudiar música, yo solo pude elegir el instrumento y ese fue piano. ¿Estamos de acuerdo que suena maravilloso y es hermoso? tenía que escogerlo sí o sí.

La escuela era bastante pequeña, solo entraban los pocos alumnos seleccionados, éramos alrededor de 20 alumnos por grupo, solo había 5 salones.

Fui de las pocas aceptadas y ese primer lunes era el día para hacer los trámites de ingreso, mi mamá me dejo en la puerta de IMA, entré a la escuela y nos estaba recibiendo el profesor de solfeo, este respiro hondo, alzó un poco la voz y preparo la más cálida sonrisa.

- ¡Bienvenidos chicos, que gusto recibirlos! soy el Profesor de solfeo Ángel Lubo, pueden llamarme solo Lubo, ustedes serán el grupo 2, formen una fila y entren ordenadamente al salón para tomar sus datos, diré su apellido, haremos el trámite y se retiran por favor.

Hicimos una fila y me formé en ella, justo delante de mí estaba un chico que parecía atractivo, era por lo menos 10 centímetros más alto que yo, lo miré descaradamente, él sintió mi mirada y volteó hacia donde yo estaba, ahí pude apreciar que sus ojos eran grises, pestañas chinas, jamás había visto unos ojos tan jodidamente hermosos, yo sé que el gris es un color bastante tenue y apagado, pero de verdad juro que en sus ojos brillaba, era como ver la luna en su máximo esplendor, una mezcla de grises incomparable, fueron unos pequeños segundos los cuales me dejó apreciarlos, luego se volteó y caminamos hacia el salón.

Estaban 20 sillas acomodadas en 4 filas y 5 columnas, él se sentó en la fila 1 columna 2 y yo en la fila 3 columna 1 así que estaba más o menos detrás de él, me le quedé viendo de nuevo, pero esta vez no tenía su encantadora mirada sobre mí, desde ese ángulo solo podía ver su lacio cabello, estaba cuidado, pero algo alborotado, me asombraba su dulce tono rubio con reflejos dorados, como si tuviera rayos de sol en él.

¿Podía ser algo más perfecto que eso? ¿tener el color de la luna en los ojos y el del sol en el cabello? Mi mente se hizo mil ideas, cuatrocientos escenarios, lo observaba como si jamás en la vida hubiese visto a alguien con tanta perfección.

Abruptamente un ruido explotó mi pequeña burbuja, era un fuerte grito que provenía del Prof. Lubo.

- ¡Kathryn Bethsura Deil! ya es la tercera vez que le hablo, si no responde queda fuera de este colegio!

- ¡No Profesor! aquí estoy, una disculpa estaba distraída – respondí desesperada y corrí apresurada hasta su escritorio.

Preguntó unos datos y me hizo firmar unas hojas, yo estaba super apenada porque el primer día ya me habían gritado y más que nada porque el chico de ojos grises hubiera notado que estaba distraída por culpa de su belleza, volví a mi lugar y me senté de nuevo.

- Te puedes retirar ya Kathryn, nos vemos en una semana, hasta el otro lunes inician las clases – comento el profesor mientras llamaba al siguiente alumno.

La lluvia del eclipseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora