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La pelinegra estaba en silencio, pensando, lo que parecía una eternidad en realidad solo fueron un par de segundos

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La pelinegra estaba en silencio, pensando, lo que parecía una eternidad en realidad solo fueron un par de segundos.

-¿Yo?¿Enamorada?- Suga asintió y la chica se volvió a quedar callada.

-Si te lo estás pensando tanto por algo será

Suga apoyó su mano en el hombro de la chica. Ella simplemente suspiró y lo miró a los ojos.

-Creo que aún es muy pronto para saber si me gusta, nos conocimos hace unas semanas. -la chica hizo una pequeña pausa- Es extraño por qué tenemos personalidades muy diferentes  pero aún así echo de menos su compañía.

Eso último lo dijo en voz más baja, pero claramente Suga llegó a escucharlo.

El chico de pelo grisáceo sabía perfectamente quién era ese chico del que hablaban. Digamos que, las pequeñas pistas que le dio la pelinegra sin ella darse cuenta solo confirmaban la sospecha que el ya tenía.

-Bueno, si ese chico te aprecia un poquito vendrá a disculparse, y si no lo hace, es una persona que no merece la pena
Al acabar de decir eso, Sugawara extendió sus brazos y la pelinegra se abalanzó sobre ellos para darle un abrazo.

-Gracias Suga, enserio -le agradeció la chica.

-Lo que necesites pequeña Sawamura.

Cualquiera que los viera pensaría que eran pareja, pero su relación no cruzaba esa línea. Ellos sólo se consideraban como hermanos y tenían una confianza ciega el uno con el otro.

Aunque una persona que observaba la situación de lejos no pensaba lo mismo...

Kageyama había estado buscando a Emiko durante la hora del descanso. Por fin se había decidido a hablar con ella para poder disculparse y arreglar las cosas.
Comenzaba a desistir en la búsqueda de la pelinegra cuando vio a lo lejos una pareja abrazándose que le resultaba conocida. Se quedó mirándolos sin disimular mucho. En el momento que se separaron se dio cuenta que se trataba de Sugawara y la chica que llevaba buscando durante un buen rato.

El chico de pelo azabache apretó sus puños inconscientemente. Sabía que ellos dos eran buenos amigos pero no pudo evitar sentir una presión en la zona del pecho.

-¿Qué es este sentimiento?- pensó el chico mientras se llevaba al pecho una de sus manos.

Kageyama necesitaba hablar con la pelinegra cuanto antes. Quería que ese sentimiento parara, y quería que fuera rápido.

Las prácticas del equipo habían empezado y como era habitual, la hermana pequeña del capitán había ido a verles

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Las prácticas del equipo habían empezado y como era habitual, la hermana pequeña del capitán había ido a verles. Kageyama tenía claro que al acabar de entrenar iría sí o sí a arreglar las cosas con la pelinegra.

Durante la práctica, la chica se acercó a Yamaguchi porque necesitaba ayuda para practicar las recepciones.
Por otro lado, un intento fallido de saque con salto hizo que la bola fuera en dirección contraria a lo planeado, yendo en dirección a la pelinegra.

A la chica no le dio tiempo a reaccionar porque estaba concentrada ayudando al chico de las pecas. Cuando quiso darse cuenta ya era tarde.

Un ruido resonó en todo el gimnasio, llamando la atención de todos los presentes. Estos miraron con preocupación a la chica y la mayoría se acercaron a ver cómo estaba.

La pelinegra había puesto su mano en la parte de debajo de la nariz. Había recibido la bola al estilo Hinata.

-¿¡Estás bien!? -Daichi agarró con sus dos manos la cara de su hermana y la examinó cuidadosamente.

La nariz de la chica sangraba un poco.

-Tranquilo que estoy bien, no es nada que no me haya pasado antes. Solo necesito un pañuelo- la pelinegra intentaba detener el sangrado.

-Es mejor que vayas a la enfermería para que lo revisen bien -dijo Asahi mientras le extendía un pañuelo a la chica.

- Yo la acompaño - dijo rápidamente el chico de pelo azabache, causando el asombro por parte de algunos miembros del equipo.

Nadie dijo nada al respecto así que Kageyama salió del gimnasio junto con Emiko. El camino a la enfermería era silencio, ninguno decía no una palabra. Era un silencio algo incómodo.
Kageyama buscaba el momento oportuno para poder dar pie a una conversación y de esa manera poder disculparse.

Hacía unos minutos que había llegado a la enfermería. Aparentemente era narices de la negra estaba he perfectas condiciones. La enfermera te tuvo la hemorragia y dejó marchar a la chica.

-Esto... yo -por fin se había atrevido a hablar- lo siento, lo siento mucho.

La chica lo miró con atención. Llevaba mucho tiempo esperando está conversación.

- Yo... - Kageyama suspiró- lo que dije aquella tarde no iba enserio, estaba enfadado y lo pagué contigo. Perdóname por favor - el chico de pelo azabache hizo la típica reverencia japonesa.

-Pensé que jamás te disculparías Kageyama

El chico de pelo azabache alzo la cabeza y miro la chica. Ella estaba sonriendo, su cara no mostraba ni una pizca de enfado. El chico se quedó observándola durante unos segundos.

-Ya no estoy enfadada, no te preocupes. Me dolió que dijeras esas palabras pero sé que tus disculpas son sinceras- la pelinegra posó una mano en el hombro del chico - Te perdono Kageyama.

La chica podía imaginarse lo difícil que había tenido que ser para Kageyama el dar el paso para disculparse. Es un chico de pocas palabras y que nunca muestra sus sentimientos. Y aunque haya tardado en disculparse, la pelinegra no iba a reprocharle nada más.

-También... perdóname por lo de tú nariz -Kageyama miró hacia el suelo, avergonzado.

-Espera -la pelinegra estaba procesando lo que acababa de decir- ¡Has sido tú el que casi me deja sin nariz!

Sin saber por qué la pelinegra comenzó a reírse. El chico de pelo azabache la miraba confundido.

- Pensaba que se te daba mejor sacar -dijo la chica entre carcajadas.

-Y yo pensaba que podías recibir todos mis saques - Kageyama esbozaba una sonrisa mientras observaba como la chica se reía.

El chico no pudo evitarlo. La risa de la pelinegra era demasiado contagiosa y no pudo evitar reírse el también.

Emiko se sorprendió al escuchar la risa del azabache. Lo miró con una gran sonrisa. Kageyama usaba una mano para cubrir un poco su boca y tenía los ojos prácticamente cerrados.

Era la primera vez que la pelinegra escuchaba su risa y no quería que ese momento acabara.

Aquí termina este capítulo!

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Aquí termina este capítulo!

Este capítulo es el que más me ha costado escribir porque tenía varias ideas pero no conseguía plasmarlas bien. Se vienen cositas pronto jeje

Espero que os haya gustado y si es así no olvidéis votar!

Nos vemos! Anzu <3

The King's Queen  /Kageyama Tobio\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora