sour candy ♡ mattwoong

﹟ O5 : here again

Una vez en casa, Matthew observó que tenía un mensaje de un número desconocido.

era ella.

" Hey, ¿Matthew? soy Yoon, puedes guardar mi contacto. "

El chico castaño apretó sus labios y dejó su móvil a un lado sin dignarse a responderle; ¿a caso sería muy hipócrita de su parte fingir que realmente la recuerda? sus memorias de aquella noche eran borrosas, por lo que su encuentro solo se encontraba presente con vagos flashbacks en su mente, ¿debería decirle? no quería lidiar con alguien a estas alturas, pero tampoco se sentía capaz de decirle que ni siquiera la recordaba.

Matthew suspiró y frotó su rostro con sus menos mientras estaba centrado en aquel sofá de su sala de estar.

El móvil comenzó a sonar repentinamente y el chico contestó, de manera un poco pesada mientras se colocaba sus gafas.

— Matt, ¿ya estás en casa? — preguntó Hao al otro lado de la línea.

Se quedó en silencio por algunos segundos.

— Pues... sí, me han dejado salir temprano hoy, Hyung.— su voz se escuchó baja, pero audible.

— ¡increíble! entonces ya iré por ti, dame unos minutos.

Matthew quedó con sus palabras en la punta de la lengua.
soltó una pequeña risa y se levantó del sofá, dispuesto a arreglar su miserables prendas para poder ir (por lo menos) medianamente decente. Su ducha duró algunos minutos, los suficientes como para ser ágil y vestirse antes de que Hao llegara por él. Su cabello levemente húmedo y la camiseta oscura que había elegido lo hacían tener un aspecto bastante... ¿malo? podría jurar que se veía algo tosco. Rió ante el espejos y pasó sus manos por la camiseta, estaba listo.

Cuando finalmente Hao tocó a su puerta, tomó su cartera y su móvil para salir rápidamente, hizo una pequeña reverencia frente a su Hyung como era de costumbre y salieron de aquel edificio en camino al auto de Hao.

— ¿A dónde iremos, Hyung? — preguntó matthew mientras abría la puerta del copiloto.

— Iremos a un bar/restaurante bastante bueno, hay música en vivo y ofrecen muy buena comida china.

Una vez las palabras de Hao salieron de sus labios, ambos se subieron al auto; el camino fué corto y no hubieran muchas palabras de por medio. Al llegar, bajaron del auto y Matthew esperó a que Hao se adelantara para ir detrás de él, como si de un pequeño niño se tratara.

Sus pies se detuvieron cuando lo vió al entrar al recinto, estaba allí. ¿su suerte podría ser peor?

Kim Jiwoong estaba allí, sentando junto a la hermana de su mejor amigo. No recordaba que Hao le hubiera comentado sobre la presencia de aquellos dos, pero definitivamente debió imaginarlo... aunque no lo hizo. ¿Era buena idea compartir espacio una vez más con el hombre que había besado en el baño de una fiesta? no, en efecto, sin embargo no se podía devolver a casa o poner una excusa para evitarlo. Suspiró rendido y frotó sus ojos; sería una larga noche.

Ambos se acercaron a la mesa y saludaron a las personas que allí estaban, pocos rostro conocidos para Matthew, aún así intento poner la mejor expresión que pudo, teniendo en cuenta aquella situación tan incómoda que estaba viviendo. Para su mala suerte, al sentarse y levantar su mirada, se encontró con la de él.

Esa mirada que recordaba perfectamente desde el viernes, esa que no había salido de su cabeza.

Un escalofrío recorrió su cuerpo de manera repentina e hizo que sus mejillas se tornaran levemente rojizas.
Los chicos en la mesa saludaron como de costumbre y Matthew apenas pudo cruzar palabras con algunos de ellos. a Mei, la hermana de Hao, la saludó desde el otro lado de la mesa, dándole una sonrisa, esta que se sentía tan hipócrita de su parte.

La noche transcurrió con tranquilidad, tanta que hasta resultaba sospechoso. Quizá solo estoy siendo paranoico, pensó. Entre aquellas agradables sonrisas y chistes pesados, la hora de irse de acercaba, así que Matthew se levantó para ir al baño. A pesar de haber intentando llevarlo con calma, la ansiedad que le causaba tener a el chico frente él, cruzando miradas de vez en cuando, hacía que fuera imposible poder disfrutar la comida.

Se observó al espejo del baño y suspiró para luego, lavar su rostro con un poco de agua. al abrir sus ojos, dió un pequeño brinco.

— ¿Te asusté, Matthew?