﹟ O2 : we meet again

355 49 4
                                    

Cuando por fin despertó, pudo sentir una leve brisa golpeando su rostro, había dejado la ventana abierta la noche anterior, o mejor dicho, esa madrugada. Observó el reloj en su pared y vió que marcaba las 3:55 PM. ¿realmente había dormido tanto? Se cuestionó. Suspiró y frotó un poco sus ojos cuando su estómago comenzó a exigir algo de alimento. Se levantó de la cama y caminó hasta la sala para tomar su teléfono, lo encendió y observó las notificaciones.

8 llamadas perdidas de Mamá.,—

Suspiró y dejó el celular a un lado una vez más; de verdad no tenía ganas de hablar con su madre en ese momento, quizá luego le devolvería la llamada.

Sus pies lo llevaron a la cocina y rebuscó en la alacena, dando con un paquete de galletas a medias, se encogió de hombros y comenzó a comerlas.

Su alimentación los últimos dos meses de su estadía en la capital, había sido pésima. Entre el horario de la universidad y su trabajo, olvidaba por completo el hecho de que debía comer por lo menos tres veces al día. Había bajado de peso. Podía verlo. Su rostro se veía algo demacrado y sus ojeras cada vez eran mas profundas.

Luego de terminar de comer, tomó su celular y se dirigió a su habitación, la cual estaba hecha un desastre. Colillas de cigarrillos, latas de cerveza, energizantes, ropa sucia y un montón de cosas más. Él mismo era un desastre. Pateó algunas de las cosas que yacían en el piso y volvió a su cama. Con el teléfono en sus manos se decidió por devolverle la llamada a su madre, sabía que era probable que estuviese preocupada.

Llamando...

— ¿Mamá? —preguntó suave, al ver que había contestado.

—Bebé, estaba preocupada, no contestaste mis llamadas esta mañana, ¿a qué hora te dormiste?

— Hm... Me quedé hasta tarde estudiando para un examen, — mintió. — estoy bien.

— Confío en tí, Matthew... esta mañana transferí dinero a tu cuenta para que salgas a divertirte hoy, debes estar muy estresado, mi niño.

Matthew frunció su ceño y suspiró. —Mamá... Sabes que no tienes porqué darme más dinero del que necesito para la universidad...

— Tranquilo, cariño. ¿qué haré con el dinero sino? Tómalo y ve a divertirte. Sal, disfruta. Aún estás joven; solo no te drogues, no llegues tarde a casa y no embaraces a nadie, ¿sí?

Soltó una pequeña risa y finalmente cedió.

— Está bien... Voy a darme una ducha, mamá. Te amo, gracias por todo.

— También te amo, bebé. Diviertete y llámame cuando llegues a casa.

Colgó y lanzó su celular a un lado. ¿debía salir? No estaba seguro de aquello, aunque no recordaba la última vez que había ido a divertirse un fin de semana. Volvió la mirada al aparato que se encontraba a su lado, estaba sonando. Lo tomó y contestó.

— ¡Hey! Seok~ ¿Qué tal? ¿no me haz extrañado?

— Hao hyung... Nos vimos ayer en la mañana.

— Ya, basta. No te llamo por eso, te llamo para invitarte a una fiesta, no acepto un no por respuesta. Paso por ti a las siete, ponte lindo.

Matthew presionó sus labios, guardando silencio luego de las ordenes del mayor. La llamada terminó sin poder objetar, por lo que suspiró resignado y se levantó de su cama. Aún faltaba un rato, sin embargo, caminó hacia su closet observando las pocas prendas limpias que tenía guardadas, ¿qué se supone que se debería poner? No sabía si era algo casual, o semiformal ya que su amigo no le había dado da oportunidad de preguntar.

De igual forma no hay mucho que elegir.

Se sentó en la cama y apretó suavemente sus rodillas. Estaba algo nervioso; su fuerte jamás fué socializar, quizá por ello solo tenía un amigo en aquel lugar, y eso fué porque Hao le había hablado en algún momento, invitándolo a almorzar con él, era tan carismático.

A Matthew le hubiese gustado ser así.

Arrastró sus pies hasta el baño y se despojó de su ropa para entrar a la ducha. Su cuerpo se sentía pesado bajo el contacto con el agua tibia. Masajeó suave su cuello y lueho de algunos minutos, decidió cerrar la llave.

Observó una vez más el reloj. dieciocho horas y cinco minutos.

Secó con rapidez su cabello negro y tuvo cuidado de que sus perforaciones no se enredaran con la toalla, era jodidamente doloroso. La camiseta negra se delizó por su torso y los jeans del mismo color quedaban apretados a sus piernas. Lo hacían ver como un chico realmente malo, se miró al espejo y rió leve, revolvió un poco su castaño cabello y suspiró. Se sentía atractivo y esperaba que eso fuese suficiente como para poder soportar toda una noche fuera de su casa.

El timbre sonó y él salió rápidamente de su habitación con su celular y billetera en sus bolsillos. Tomó las llaves y se dirigió a la puerta para abrirla, encontrándose con su rubio amigo detrás de esta.

— ¿Estás listo, Matt? — alzó su celular y encendió la pantalla, dejando ver que el reloj marcaba las 7:00 pm en punto.

Matthew asintió y cerró la puerta detrás de él para luego observar la vestimenta de su amigo.

— Te ves bien... Cuando me llamaste si quiera me dejaste preguntar si era algo semiformal o algo así. — Hao lo observó de la misma manera y sonrió.

— Te ves atractivo, tonto. Hoy será tu día de suerte, vas a encontrar con quien pasar el rato. Las amigas de mi hermana estarán allí. —soltó mientras subían al ascensor.

— ¿A caso crees que voy contigo porque quiero tener sexo con alguien? Hao hyung, no me dejaste decirte que no quería ir, no tenía de otra.

Hao pasó su brazo por los hombros de su amigo y rió. — Vamos Matthy, siempre estás estresado, quejandote del trabajo, de la universidad, eres muy joven y vives como un viejo; te hace falta un buen polvo para liberar todo ese estres, y yo, como tu amigo, tengo el deber de ayudarte.

Matthew bufó y salió del ascensor cuando este se abrió, tomando de la mano de Hao para salir del edificio, buscando con la mirada el auto del mayor, siendo interrumpido por la voz del mismo.

— No traje mi auto. —tiró de la mano del castaño hasta un auto color vino bastante grande.— vine con el novio de mi hermana. Entra.—Hao abrió la puerta del auto y entró, en espera de que el más jóven lo siguiera.

Una vez estuvo dentro del coche, cerró la puerta.

— Matthew, ella es Mei, es mi hermana menor.

La chica rubia volteó desde el asiento del copiloto y le sonrió a Matthew. era preciosa, parecía tener poco más de dieciocho años, se veía muy pequeña.

— ¡Hola! Hao me ha hablado mucho de ti, es un gusto poder conocerte.— dijo la chica.

— Un gusto, Mei...—soltó casi en un susurro.

— Y él, es Jiwoong, el novio Mei.— señaló Hao.

Cuando el chico que iba al volante giró, Matthew no pudo evitar mostrar confusión en su rostro. Había visto ese rostro antes.

— Creo que ya nos conocemos, Hao.- la voz profunda de Jiwoong se hizo presente y Matthew supo que definitivamente lo conocía; era aquel chico de la cafetería.

Y vaya que sí, Seúl era más pequeño de lo que creía.

—¿Ya se conocían? —preguntó el rubio, mirando a Matthew.

—No realmente... Solo cruzamos un par de palabras ayer. Mucho gusto, Hyung.—hizo una pequeña reverencia con su cabeza y abrochó su cinturón. Cuando alzó su mirada, notó a Jiwoong mirandolo por el retrovisor.

No tenía un buen presentimiento.

sour candy ♡ mattwoong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora