dos.

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Cerró la habitación y dio un rondín por toda la mansión para verificar que todo estuviera en su lugar y que las cámaras de la entrada y del estacionamiento funcionarán correctamente.
Bajo su mando como Jefe de Seguridad tenía a otras nueve personas, dos de ellas eran las encargadas de monitorear las cámaras y otros que cubrían el perímetro de todo el lugar.
――¿Ya tienen información del sujeto que puso ese comentario ofensivo en Internet?

――Sí. Resulta que era un niño de 17 años haciéndose el rudo, pero su familia ya fue notificada.

――Debió ver su cara, Jefe Park. Lloraba e imploraba no le dijéramos a su madre sobre el asunto.

――Eso debió pensarlo antes de hacer comentarios tan viles sobre una persona que ni siquiera conoce. ――Bebió de su café y suspiro.

――¿Qué tal estuvo su fin de semana?

――Nada nuevo. Descanse en casa, cene con mi familia, lo normal.
Encogió sus hombros.

――Escuche qué la Señorita Yaeri paso el fin de semana preparando un regalo para su prometido. ――Seobyul suspiro enamorada. ――Eso es tan romántico, la niña Yaeri es muy tierna.

Y los demás tiraban cumplidos, Jimin solo sonrió mientras soplaba su café, porque él sabía perfectamente que ella no estaba haciendo nada de eso, porque la paso gritando su nombre y arañandole la espalda.
――El café hoy está muy bueno.
Soltó de la nada.

Fingía un marco con las manos y entre cerraba los ojos queriendo ver sus diseño desde todas las perspectivas posibles, la paso todo el día encerrada trabajando.

――Señorita Yaeri. No ha bajado a comer en todo el día. Le traje algo de cenar. Acordamos que sin importar cuánto trabajo -

――Yo bajaría a comer. Lo sé, lo siento, el día se me fue muy rápido.
Termino la oración del pelinegro.

――De nada me sirve que lo recuerde si no lo hace.

――Ya oí, ya oí. ――Sopló al plato de ramen que tenía en su mesa.

――¿Ya ha terminado sus diseños?

――Sí, de hecho. Por eso necesitaba tu visita. Estaba pensando en aliarme o hacer una colaboración con alguna empresa o negocio pequeño, ¿No sería buena idea? De esa forma no le daría más dinero a empresas que ya lo tienen si no que ayudaría a alguien que lo necesita y al mismo tiempo generaría más empleos.

La segunda cosa que más le gustaba a Jimin de Yaeri era su noble corazón, era igual a su padre, siempre pensando en cómo ayudar a otros. La primera era definitivamente su manía de sonreír después de besarle.
――¿Qué te parece?

――¿No es eso algo que debería discutir con su prometido?

――Sí... Pero... Quería contarte a ti primero.

――Creo que es buena idea. Cuando la haga pública por favor mantengame al tanto para investigar a las personas.

――No todo el mundo es un riesgo, Jimin.

――Tampoco puedo confiar en todo el mundo.

――¿Tienes algo que hacer mañana en la noche?

――Tengo que cuidar de una molesta señorita que ama ir a los karaokes para cantar canciones de Adele.

Levantó las cejas sorprendida.――¿Y canta muy mal?

――Dígamos que es tan mala que creo que Adele se retiraría de la música si la escucha.

the guardian. pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora