1. bagels

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Sonder: n. Darse cuenta de que cada persona que te cruzas casualmente vive una vida tan compleja como la tuya, igual de poblada con ambiciones, amigos, rutinas, preocupaciones y locura.- John Koenig

Son las 5 a.m.

No había podido dormir mucho, estaba realmente nerviosa por lo que me esperaba, me vestí rápido y desayuné lo que me había preparado mi mamá, revisé mis maletas con la mirada mientras mi madre me ayudaba a guardar los últimos detalles —Te voy a extrañar— dijo melancólica. —Yo también, pero te prometo que valdrá la pena, el semestre pasa rápido—
Me sonrió con orgullo —Es verdad— Subimos al auto camino al aeropuerto y no podía dejar de temblar, probablemente de emoción y un poco por el frío, eran los últimos meses de invierno así que los días seguían fríos. Mientras cruzabamos la ciudad mi mente daba vueltas entre las posibilidades que estarían ante mí dentro de unas horas, en un momento el sonido de mi celular interrumpió mis pensamientos. —¡Hola!—
—¡Hola Lex! ¿Ya estás lista?—

—Sí...Muero de nervios, pero estoy muy feliz ¿Y tú? ¿Ya estás en el aeropuerto?—

—Acabo de llegar, estoy temblando. Compraré un café en lo que llegas, ¿Quieres uno?—

—Sí por favor, llego en 10 minutos más—

Llegamos justo a tiempo, mi madre y un empleado del lugar me ayudaron con las maletas, yo buscaba a Nat con la mirada, cuando la vi se acercó corriendo feliz con los cafés hirviendo en las manos —¡Leeeex!— Me abrazó. —Ve a firmar la lista de asistencia, ya llegaron casi todos los becarios— asentí y me dirigí a la fila donde estaba el resto de compañeros.
—¡Hola Nick! Me da gusto verte aquí!— dije sonriente al chico que tenía la lista.

—A mi igual Lex lex— dijo con una sonrisa.
Firmé y observé a todos mis compañeros, realmente no podía creerlo, podía ver emoción en sus rostros y a pesar de que no los conocía a todos me sentía orgullosa porque sabía que llegar ahí había sido muy difícil y a la vez me emocionaba ver caras familiares lograndolo junto a mi. Nick había sido mi compañero en algunas clases cuando comencé mi carrera y con Nat había compartido varias clases desde el inicio pero apenas hace unos meses que comenzamos a ser amigas y ahora, este viaje de intercambio nos estaba uniendo una vez más.

Grupo 3377 de la Universidad Nacional de Artes Cinematográficas favor de abordar al vuelo 27D

Me acerqué a mi mamá y la abracé —Te amo, te estaré mensajeando diario—
—Te amo hija, cuídate mucho—

Abordé el avión, durante el despegue pude ver como la ciudad y las luces que iban despertando se hacían pequeñas conforme nos alejabamos, la comodidad del avión comenzó a arrullarme y tuve un sueño. Soñé muchas cosas raras, recuerdo que en mi sueño estaba en Italia, parecía Venecia, la luz del sol daba en mi cara al igual que el roce del viento, yo caminaba con un vestido de gala hermoso que se movía al ritmo del viento, unas manos delgadas rozando mi espalda, un tacto muy suave y delicado, eso provocó algo en mi estómago y en mi pecho, voltee y... —¡ALEXIA!— Nick me despertó.

Abrí los ojos y vi a Nick en el asiento trasero riendo —Estabas balbuceando cosas jajaja—

—Dormía, tonto—

El resto del vuelo traté de reanudar mi sueño, pero no lo logré, mi espalda ya dolía un poco.

La ciudad destino comenzaba a verse desde la ventana, quise decirle a Nat que se asomara pero seguía dormida en mi hombro, se podía apreciar el sol dorado reflejante sobre los edificios, un calor recorrió mi cuerpo y en ese instante se escuchó en la bocina del avión -Buenos días, bienvenidos a Nueva York, permanezcan en sus asientos hasta que el avión aterrice-

Sonder • Timothée Chalamet Donde viven las historias. Descúbrelo ahora