Sonder • Timothée Chalamet

20. sueños

Epílogo

Eran las 4:00 de la mañana, desperté muy emocionada por el largo día que me esperaba, mi estilista ya había preparado el vestido que usaría en la alfombra roja a primera hora, tendría una entrevista de prensa con el elenco después de la premier y al final, la fiesta. Sería un día ajetreado.

El primer día del Festival de Cine de Venecia comenzó, los actores de mi película caminaban entre elogios sobre la alfombra roja, firmé algunos autógrafos y me tomé fotos con muchos fans, me conmovió saber que muchos de ellos me tomaban como inspiración para continuar su carrera de cine, yo les agradecí y les prometí que haría una masterclass en alguna universidad para que pudieran preguntarme todas sus dudas, el poder desarrollar mi carrera en Italia era algo que quería agradecer en alguna de sus escuelas públicas.

Seguí caminando en la alfombra roja, estaba apunto de entrar al auditorio cuando se comenzaron a oir gritos y murmullos.

—¡Timothée Chalamet!— gritaron varios fans detrás de la valla. Mi estómago dió un vuelco y mi corazón comenzó a palpitar rápidamente. Afortunadamente no ví nada, sabía que estaba la posibilidad de verlo porque la película que protagonizaba tenía su premier el mismo día pero, 4 horas después.

Quizás lo confundieron, deben ser rumores, pensé. ¿Por qué me importa tanto? Ya pasó mucho tiempo.

Caminé más a prisa hasta entrar al lugar donde se proyectaría la película.

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—¡13 minutos de ovaciones! Muchas felicidades Lex— Nat me abrazó fuertemente mientras saltaba de emoción y el resto del equipo me felicitaba.
Mi madre se acercó y con lágrimas en los ojos me abrazó —Mi Lexi muchas felicidades, estoy muy orgullosa de ti—

Había sido un debut asombroso, era mi tercer película y la primera que tenía tantos minutos de ovación, muchos aseguraban que me nominarían a los premios de la academia y a los Golden Globes, otra vez.

—¡Este es tu año Lex! ¡Te van a premiar!—

—¡Cole! Viniste, gracias—

—¡Claro! No podía perderme esto, disculpa la tardanza— me abrazó.

Caminamos por el auditorio camino a la sesión de prensa, voltee y rápidamente regresé la vista pero no ví nada, fue de esas veces que ves algo y cuando regresas ya no está, estaba alucinando, podía jurar que lo había visto, a él, a Timothée, en las últimas filas caminando a la salida con el mismo caminar de siempre, estoy mal y aún no he bebido nada, pensé.

Me despedí de mi madre quien regresaría a casa con su chofer, le había comprado una pequeña vivienda en Italia dónde iba cada verano, ella era feliz y disfrutaba mucho el clima.

—Nat, Cole, los veo en la fiesta—

Nat había ganado un Golden Globe dos años atrás y Cole se estaba posicionando muy bien en dirección de arte para varias producciones, ya eran parte de este mundo y podían asistir a las fiestas exclusivas.

Esta vez la fiesta comenzaría más temprano, honestamente habría preferido que fuese más tarde, hacía mucho calor y estaba agotada.

Eran las 4:30 de la tarde, con el sol amarillo a todo lo que daba pero a punto de perder su fuerza, caminaba a la orilla de un pequeño canal que me dirigiría a la entrada del sitio donde sería la fiesta, la sesión de prensa había sido cansada pero ya era momento de disfrutar un poco, me cambié el vestido de gala por uno de coctel, lo amaba porque se movía con el viento, era tan ligero y suave que podía seguir caminando así un largo rato a pesar del sol. En esa parte había mucho silencio, solo se oían los pájaros, el viento sobre el pasto y el agua del canal salpicando por ratos lo que las aves lanzaban. El sol quemaba y el viento me acariciaba, escuché un caminar detrás de mí, se escuchaba como ese caminar que había visto en el auditorio ¿Cómo se escucha algo que viste?. Tenía miedo de voltear, el caminar se acercaba más cuando pude sentir un delicada y delgada mano rozar con timidez mi espalda, jale aire y voltee.

Sus ojos verdes brillantes estaban viéndome, sus pestañas felices, los pliegues en sus mejillas al sonreír, sus rebeldes rizos y cada una de sus pecas seguían ahí, era él.
Sonrió instantáneamente luego de que voltee, se veía igual, pero a la vez más maduro. —Le...Alexia— se enderezó e hizo un gesto de disculpa.

—Timothée... que sorpresa— exhalé con nerviosismo discretamente.

—¿No sabías que estaríamos de premier el mismo día?— rió.

—Sí pero, no pensé que te vería—

—No podía perderme tu premier—

—Espera ¿Si estuviste?—

—Claro que si, no me acerqué porque estabas muy feliz festejando... Increíble película, me encantó—

Si era él, no estoy loca, dije en mis adentros.

—Muchas gracias—

—Te lo dije, lo lograste—

—Gracias Tim— lo observé y quería contarle y preguntarle tantas cosas, todo lo que había pasado en este tiempo, tantos años sin vernos, el único acercamiento que tuvimos fue cuando lo felicité por haber ganado el Óscar a mejor actor en un comentario de instagram, pero nada más, lo único que salió fue —Nunca te perdí la pista... Me alegra mucho todo lo que has hecho, he visto todas tus películas— reí avergonzada.

—¿De verdad? Wow yo... Te lo agradezco— se veía sonrojado pero lo disimuló muy bien —¿Cuántos años han sido? ¿siete?—

—Así es— arquee las cejas asombrada.

—Es mucho— arrugó la frente —Esto... Siento que esto ya lo viví—

—¿Cómo un deja vu?—

—Mmm si, pero más como...—

—Cómo un sueño—

—Sí— sonrió y giró los ojos apenado, antes de que pudiera responder cambió de tema —Yo tampoco te perdí la pista
Lex... De hecho, nada de... de lo que pasó entre nosotros... ha cambiado—

—¿De verdad lo crees?—

—Si, lo siento, te veo... te tengo frente a mí y sigue intacto—

—No lo sé... Nuestra relación... no puede estar intacta después de todo y las otras personas que hemos conocido y ...—

—Hablo de mi amor, mi amor por ti sigue intacto—

Quedé tan anonadada ante lo que me estaba diciendo que las palabras se atascaron en mi por unos segundos.

—Tengo tantas ganas abrazarte Tim—

Se acercó hacia mi y me abrazó, volver a sentir su piel, respirar su aroma y sentir su respiración era una regalo para mi, fue el abrazo que más necesitaba, se separó lentamente de mi, lo tenía tan cerca que susurré en sus labios —Te extrañé mucho— tomó mi espalda nuevamente y me acercó más a él para besarme, una vez más, el aroma a vainilla y pino de su suave perfume impregnó mi piel, alejó sus labios solo unos milímetros de los míos para poder hablar.

_¿Lo ves? Sigue intacto— sonrió.

—Ya no tengo miedo Tim... creo que lo logré—

—¿Quieres intentarlo?—

Asentí con una sonrisa.

—Sí—

fin
☀️