Capítulo 11

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VERÓNICA

Julián se había demorado unos cuantos segundos en caer en cuenta del giro de la situación.

No soy idiota. Sé bien la imagen que doy hacia el resto de hombres. Una mujer delicada, cariñosa, inocente que se deja influenciar por cualquier hombre que la domine debido a sus daddy issues.

Pero esa historia va a cambiar a partir de ahora.

Ya no seré aquella niña buena que solía ser.

Porque incluso las niñas buenas se convierten en malas.

Y el fuego interior que llevo dentro va a salir para provocar más caos que un volcán.

A partir de ahora le daré significado a mi nombre.

Julián se dio cuenta de ello, y pude sospechar que le gustaba esa nueva Verónica. Una Verónica que él nunca había visto. Una Verónica empoderada hambrienta de sangre y venganza.

Él me dedicó una sonrisa confidencial y arrancó el carro a 100 km/h.

Estuvimos conduciendo por media hora hasta que llegamos a la lujosa casa de Hugo. Para ese entonces ya eran cerca de las siete de la mañana, y no se veía rastro alguno de vida en aquella casa.

Julián

Creo que no hay nadie adentro.

Verónica

Tú solo toca la puerta. Si no abren, entraremos a la fuerza.

Julián

Calma, leona. Hay que ser pacíficos.

Verónica

Me cansé de ser pacífica, Julián. Entonces, me sigues el ritmo, o te quedas atrás. Tú decide.

Julián

Está bien, no sé de dónde salió esto, pero te sigo. Me emociona tanto esta nueva versión de ti.

Verónica

Yo sé que sí.

Le dediqué una sonrisa coqueta.

Salí inmediatamente del carro y me acerqué a la enorme puerta de bienvenida. Era negra y tenía unos dibujos medievales grabados a los lados. Estoy segura de que si no supiera que esa era la casa de Hugo, podría jurar que estaría entrando a la fuerza en la mansión de algún viejito millonario.

Toqué con determinación la puerta tres veces seguidas.

Nadie abrió.

Volví a insistir una vez más, y una voz se escuchó al fondo mientras que Julián se situaba al lado mío.

Voz desconocida

Carajo, ya voy, ya voy. ¿Quién putas toca a esta hora?

Aquella voz misteriosa abrió la puerta y me encontré con un Hugo recién despierto.

Hugo

Verónica... ¿Qué carajos haces aquí? ¿Y a esta hora?

Julián

Buenos días, príncipe.

Hugo

Uf, ¿acaso no saben qué hora es?

Julián

Muévete, tenemos asuntos que arreglar.

Julián entró sin invitación a la casa, y yo le seguí detrás de él. Era una casa lujosa de tres pisos, una baldosa perfectamente limpia, y enormes esculturas por todo el lugar. Los muebles también eran bastante espaciosos, había varias decoraciones de oro, y al fondo se veía una piscina con sillas alrededor.

𝔰𝔴𝔢𝔢𝔱 𝔱𝔢𝔫𝔱𝔞𝔱𝔦𝔬𝔫 (+18) [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora