-Me he tomado una aspirina... Ya no voy al cole y he quemado un cocheee... -canto por lo bajo mientras acabo de pintar el proyecto de arte para poder entregarlo el lunes. -Me tengo que automedicar... Je vais tuer C'est le néant Si t'es pas là...
La canción cambia y empieza a sonar Todas mueren por mí, de Cartel Santana.
No puedo evitar pensar en Jayden. Me río yo sola al imaginármelo haciendo las cosas que dice la canción. Los nervios me hacen cambiarla a la siguiente.
Dejo el pincel en la mesa auxiliar, pero este rueda y me tira los demás al suelo.
"Yo y la torpeza vamos de la mano. "
Me agacho para recogerlos y al volver a ponerme de pie algo me agarra la cintura, unas manos frías. -Ay! -los pinceles salen volando por el susto que me ha dado Jayden. -Joder! Casi me infartas! -él solo se ríe contra mi oreja suavemente. -Qué haces aquí?
-Quería verte.
-Me siento alagada. -bromeo, vuelvo a recoger los pinceles y los dejo sobre la mesa. -Pero tengo que acabar esto.
Parece darle igual, se sienta en el taburete mientras yo sigo a lo mío, pintando con los cascos puestos y concentrada en lo que hago.
Me encierro en mi propio mundo que no siento cuando se me acerca por detrás y se pega a mí.
-Qué te pasa? -pregunto mientras comienza a besar mis hombros.
-Bailas muy bien, lo sabes? -me congelo al escucharle hablar, no sé si por lo grave y sexy que es su voz o porque ya me imagino a lo que se refiere.
-Qué?
-Creías que estabas sola el otro día? Que nadie te había visto bailar? -me sonrojo a más no poder, madre mía, qué vergüenza.
Me separo de él y camino hasta el lavamanos para limpiar los pinceles. Pero Jayden no tarda ni un segundo en detenerme. Me quita los pinceles y los deja en cualquier esquina.
Camina hacia mí con pasos lentos pero seguros, yo retrocedo hasta chocar contra la pared. Me acorrala con sus brazos. Desde cuándo es tan alto?
Sin dudarlo dos veces junta nuestros labios con ansias, con necesidad. Me necesita junto a él, y no se lo niego, yo también lo necesito cerca.
Sus manos bajan a mi cintura, recorriendo cada curva y cada línea de mi cuerpo por encima de la ropa. Rodeo su cuello con mis brazos para acercarle más, para reducir todas las distancias que haya entre nosotros, cosa que él se toma en serio y me levanta del suelo.
Enrollo mis piernas en su cintura y él lleva sus grandes manos a mi trasero. Pega mi espalda a la pared y separa su boca de la mía. Siento sus húmedos labios bajar por mi cuello sin ningún miedo.
No puedo evitar jadear, este chico me hace sentir genial, y por lo que puedo ver yo a él le hago sentir igual. Pero no puedo evitar pensar que alguien va a entrar y nos verá haciendo... Lo que sea que estamos haciendo.
-Jayden... -intento llamar su atención. -Y si entra alguien? -susurro sintiendo como sus carias suben de nivel y se meten por debajo de mi camiseta.
-No entrará nadie. -gruñe contra mi piel. Quiere seguir, pero nota mi incomodidad y acerca su boca a mi oído. -Agárrate a mí. -usa su velocidad de vampiro para salir de la clase y correr por los pasillos hasta entrar en su habitación. Me tira sobre su cama y, mientras se acerca con ese brillo rojo en sus ojos, se quita la camiseta y la tira.
Se pone sobre mí, metiendo una de sus piernas entre las mías mientras su mano se pone en mi mejilla y vuelve a besarme.
En ese momento recuerdo algo importante, un factor que se me había pasado por completo. Es mi primera vez.
La cara de payasa que debo de tener sería merecedora de un óscar. Por suerte los dos tenemos los ojos cerrados y no hay ninguna cámara cerca.
-Jayden...
-Tranquila, ya lo sé... -murmura. -Déjame hacerte sentir bien. -me sonrojo al escucharle decir eso, no sé a qué se refiere.
Como no diga nada el sigue con su trabajo. Me quita la camiseta y la lanza lejos. Antes de seguir me observa con detenimiento. Analiza mi cuerpo con una sonrisa de medio lado, se humedece los labios dejándome ver sus afilados colmillos.
Se sienta con la espalda pegada al cabecero y me coloca entre sus piernas. Siento todo su cuerpo contra mi espalda, también siento las ganas que tiene.
Con una de sus manos desabrocha mi pantalón con una lentitud inquietante. Reparte besos por mis hombros y mi cuello.
Lleva su mano a mi boca e introduce dos de sus dedos en mi boca humedeciéndolos.
-Tranquila. -susurra en mi oído. -Te va a gusta. -siento como mete su mano dentro de mi pantalón y mi ropa interior. -Mírame. -con su otra mano gira mi cara con suavidad, dejándome ver esos ojos rojos tan bonitos que tiene, pero esta vez brillan más de lo normal.
Siento como introduce uno de sus dedos dentro de mí. El contraste del frío de su dedo y el calor de mi interior me saca un pequeño gemido que no logro ocultar.
Jayden al escucharme sonríe y pasa su lengua por sus dientes.
Vuelve a juntar nuestras bocas mientras siento como introduce su otro dedo y comienza a moverlos. Al principio duele, siento como mis ojos se cristalizan por el dolor, pero eso cambia en cuanto flexiona las piernas, separando y elevando las mías, dándole así todo el espacio que necesita para poder meter aún más sus dedos.
Se aleja de mi boca viendo las lágrimas que retenía caer por mis mejillas, antes de que caigan sobra las sábanas las limpia con su lengua.
Con cada movimiento, por mínimo que sea, siento su dureza chocar contra mi trasero.
Aparta el pelo de mi cuello y humedece la zona en la que, en pocos segundos, clavará sus colmillos.
Al hacerlo siento un éxtasis mental y corporal brutal. Arqueo mi espalda hacia delante escuchándole gruñir contra mi piel. La velocidad de sus dedos aumenta a la vez que sus dientes se hunden más en mí, eso logra sacarme un gemido que no puedo retener.
-Jayden... -gimo su nombre, lo cuál le gusta. Lleva una de sus manos a mi pecho, masajeándolo por encima de mi sujetador.
Todas estas sensaciones a la vez me hacen llegar a mi clímax. Él se separa de mi cuello relamiendo los restos de sangre que quedan en sus labios.
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The Monster I Know
FantasyTodo comenzó con una pelea, una con mi antigua mejor amiga. Y por más raro que parezca, sabía que iba a pasar eso incluso antes de que sucediera. Sabía que no era normal desde que tengo uso de razón, pero esto alcanza lo absurdo, o al menos hasta...