Cojo una de las varas de madera para poder entrenar, la mayoría de los equipos están aquí, los que no, recorren el bosque planeando su estrategia.
-Te gusta agarrar palos grandes? -crujo los huesos de mi cuello para intentar calmarme y empiezo a darle vueltas a la vara, que es más grande que yo. Le escucho acercarse hacia mí, así que me doy la vuelta y le apunto con el palo para mantener las distancias entre nosotros.
-Qué insistente eres. -ruedo los ojos sin bajar mi brazo.
-Lamento lo de esta mañana. No volverá a ocurrir.
Ladeo mi cabeza para intentar ver su aura, Axel tenía razón, no es normal, antes no era así. -Mientes. -nota el brillo blanco de mis ojos, algo que le incordia, sabe que he visto sus sentimientos.
-No te metas en mi cabeza. -pide apartando al palo y señalándome con su índice.
-No te me acerques. -respondo con su mismo tono amenazante.
-Siento que te he hecho algo pero no recuerdo el qué. -y ahí va, sus palabras caen como un jarrón de agua fría.
-Cierra el pico. -amenazo llevando mi mano al pecho.
-Así que es cierto lo que dicen sobre ti, tienes el Corazón Roto. -intenta acercarse más a mí pero yo retrocedo.
-Y tú qué sabrás. No tienes ni la menor idea. -vuelve a intentar acercarse pero vuelvo a interponer la vara. -A qué esperas? Lárgate con tu noviecita de los cuernos blancos.
-Quiero hablar contigo, no puedo?
-No. -Bryson se pone a mi lado, lleva las manos en los bolsillos de su blazer negro y largo, mirando a Jayden con intención de que se vaya. Pero parece no entenderlo.
-Y tú quién eres para decidir por ella? -Bryson me mira mostrando una sonrisa de medio lado. Se aparta el pelo rubio de la cara y vuelve a mirar a Jayden. Pasa su brazo por mis hombros pegándome a él.
-Nadie, pero la señorita ha dicho que te alejes de ella.
-No has respondido mi pregunta.
-Su novio. -intento no arruinar la tapadera de Bryson escondiendo mi cara de sorpresa, algo bastante difícil. Los dos se miran en silencio, el ambiente no es muy agradable pero bueno.
La cara de Jayden se descompone al escuchar eso. Casi pareciera que está a punto de darle un puñetazo a Bryson.
-Yo me largo, os dejo con vuestras tonterías de machitos. -intento alejarme de Bryson pero me lo impide.
-Nos vamos, espero no volver a verte cerca de ninguno de nosotros, y menos de ella. -amenaza el rubio. Le damos la espalda y nos vamos, Bryson aún no me suelta.
-Qué ha sido eso? -pregunto.
-Nada. -nos acercamos a los bancos que hay dónde dejé la mochila. Bryson me obliga a sentarme mientras saca la botella de antes. -Bebe.
-Esto sabe horrible.
-Pero al menos te mantiene con vida. Además, -busca algo en su bolsillo. -te he comprado esto. -me lanza un bote amarillo con la tapa azul.
-Lacasitos... Dónde lo has encontrado? Te quiero. -digo abriendo el bote de esas delicias redondas para niños.
-De eso nada, primero bebe eso, luego podrás comer. -evito que me aleje de mi comida. -Y tengo mis métodos para conseguir esto.
-Empiezo a pensar que tienes un don oculto que aún no me has dicho. -digo poniendo una cara de asco terrible al beber esa mierda.
-Pensé que ya lo sabías, yo tengo el don oculto de conseguir lo que quiera, cuando quiera y como quiera.
-Eso mola, pero no lo uses en mí por favor.
-Tranquila, no lo haré. -sonríe revolviendo mi pelo con una de sus grandes manos.
-Más te vale, porque si no lo sabré.
-Lo que tú digas chinchilla.
...
Corro por el bosque esquivando las flechas que algún idiota de otro equipo me dispara. Uso un árbol para esconderme y poder respirar.
Miro las ramas que tengo encima encontrándome con los ojos ámbar más brillantes de todo el internado, Maddie.
Ella sonríe mostrándome sus dientes afilados. Pega un salto y a los pocos segundos un Hada Oscura cae al suelo con ella sobre su espalda. Mad tiene las uñas enterradas en una de sus alas.
Ese chico me estaba disparando. Cojo su arco y lo rompo contra el suelo. -A dormir grandullón. -Maddie le noquea para que no moleste.
-Chicas, aquí estáis. -dicen Tes e Iris dejando de correr al llegar a nuestro lado. -Solo queda un equipo.
-Bien, quiénes son?
-Vienna y Jayden. -responde Iris.
-Huelo tu miedo desde aquí chinchilla. -dice Mad poniendo su mano en mi cabeza. -No te rayes, nosotras cuatro somos esas mujeres poderosas que el colegio entero teme.
-Lo sé pero... -mi don se activa solo viendo la punta de una flecha en dirección a nosotras, específicamente hacia mí. Al volver a la realidad estoy sujetando esa flecha a milímetros de mi cara. -Están cerca.
-Preparadas? -pregunta Iris, las cuatro pegamos nuestras espaldas viendo hacia todos las esquinas y caminos posibles por los que puedan aparecer.
-Siempre. -Tessa hace crecer raíces espinosas del suelo.
-Me ofende la duda. -en las manos de Iris hay esferas de energía solar brillantes, lista para lanzarlas a cualquier cosa que se mueva.
-No hay opción al no, así que sí.
-Así me gusta. -Maddie saca sus garras y gruñe mostrando sus dientes.
Yo por el contrario activo mi poder de visión. -Iris, izquierda, tira el roble. -lanza una de sus esferas de energía tirando el tronco al suelo aplastando a dos gemelos.
-Maddie, a los árboles, viene un Hada justo por delante.
-Oído cocina. -se sube a los árboles con una facilidad bestial y vuelve a repetir la acción de antes.
-Tessa, lanza espinas hacia el camino principal, y no pares.
Empiezo a concentrar mi energía en las manos mirando un punto fijo entre los árboles. Levanto los brazos creando un arco de humo entre mis manos. Estiro la cuerda de humo mientras creo la flecha y, sin pensármelo mucho, disparo.
Veo el camino de la flecha con mis ojos, incluso cuando impacta en una de las alas de Vienna y ella se congela.
-Empieza el juego.
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The Monster I Know
FantasyTodo comenzó con una pelea, una con mi antigua mejor amiga. Y por más raro que parezca, sabía que iba a pasar eso incluso antes de que sucediera. Sabía que no era normal desde que tengo uso de razón, pero esto alcanza lo absurdo, o al menos hasta...