No puedo dormir...
Miro la hora por enésima vez en el móvil, las cuatro de la mañana y yo estoy aquí dándole vueltas al coco.
Me pongo en pie y entro al baño para refrescarme la cara. Me miro al espejo, directamente a los ojos. A mamá siempre le gustaron, dice que son más azules que los de papá.
Salgo del baño y me paseo por la habitación, no me preocupa despertar a Tessa, tiene un sueño muy profundo.
Lo único que me queda es salir a dar una vuelta por el castillo. Con suerte no me encuentro con ningún vampiro y hombre lobo que me quiera matar.
Me pongo las zapatillas y una sudadera larga por encima y salgo, pero no cierro con llave.
Empiezo a dar vueltas intentando no acercarme a la torre de Jayden. Prefiero evitarlo lo máximo posible.
Recorro un pasillo del último piso en silencio, dejando que mi mente invente escenarios ficticios. Estoy tan sumergida en mi mundo que no me da tiempo a reaccionar a mi visión y apartarme a tiempo. Acabo chocando de nuevo contra la pared, pero esta vez con más fuerza que la anterior.
-Mi espalda... -no estoy para aguantar estos trotes.
Consigo ponerme en pie malamente apoyando mis manos en la pared de piedra fría. Antes de ver quién me ha atacado, tengo a esa persona a pocos centímetros de mi cuerpo. Me ha acorralado entre su pecho y la pared, poniendo sus brazos a ambos lados de mi cabeza para impedirme salir.
No digo nada, él tampoco. Solo veo sus ojos oscuros y escucho su respiración agitada. Está muy cerca de mí, pero esta vez no está enfadado. Está tranquilo? Siento su tranquilidad.
Agacha la cabeza hasta esconderla en el hueco de mi cuello, roza su fría nariz contra mi piel causándome escalofríos.
Besa mi cuello con lentitud, sus pestañas me hacen cosquillas. Porqué la bestia del otro día ahora se comporta con tanta tranquilidad?
De un momento a otro clava sus colmillos en mi cuello, no grito ni me aparto, pero sí que me agarro a él por miedo a caerme.
No duele, es extraño, siento placer y tranquilidad. Ladeo la cabeza dándole más acceso a mi piel para que siga, le escucho gruñir y clavar más sus dientes, algo que me lleva a un éxtasis mental. Por primera vez en mucho tiempo me siento bien al lado de alguien. Aflojo mi agarre de su camiseta y apoyo mi cabeza en la pared.
Siento sus colmillos salir de mi piel, lo que me provoca ganas de más, quiero que siga. Ese sentimiento de paz mental fue genial.
Intento calmar mi agitada respiración mientras él pasa su lengua por el agujero de sus colmillos, limpiando las pequeñas gotas que salen de ellos.
Mientras tanto, sus manos bajan hasta mi cintura pegándome a él. Pongo mis manos en su pecho y le miro a los ojos, negros como el carbón pero con unos destellos rojos que me encandilan.
Me pega a la pared con suavidad, como si tuviera miedo de romperme. Junta nuestras frentes y roza su nariz con la mía varias veces.
Acerca su boca a mi oído y, con voz grave, me susurra: -Exquisita.
Su aliento me causa cosquillas y escalofríos en todo el cuerpo.
Se permite pasear sus manos por mi cintura, pero parece que le molesta la sudadera que llevo, así que las mete por debajo de ella y aprieta mi piel con cuidado.
Ninguno decimos nada, pero el silencio también parece molestarle.
-Nos conocemos?
-No.
-No es una pregunta, Malía, es una propuesta. -habla mirándome a los ojos fijamente, pero esta vez son de color rojo.
Mis mejillas arden al comprender lo que ha dicho. Vuelve a jugar con la punta de nuestras narices, pero esta vez más cerca de mi boca que antes.
Mis piernas están en estado líquido ahora mismo. Me temo que si me suelta me caeré al suelo y quedaré como la patética chica nueva que se calló delante del chico malo.
Ahora entiendo bastante mejor a Weigel.
-No... -respondo. Por mucho que me haya hecho pasar los mejores dos minutos de mi vida me niego a conocer a este engreído que primero me ahorca, luego me tira por las escaleras, me vuelve a tirar contra una pared y me muerde. -No. -repito más firme.
Al escucharme sus ojos irradian ira. Su respiración se altera y empieza a hacerme daño en la cintura.
Le empujo con todas mi fuerzas y consigo moverlo unos centímetros, suficiente para poder salir corriendo y alejarme lo máximo posible de ese tarado.
Sus ojos me persiguen hasta que me alejo tanto que ya no puede verme.
Una vez llego al cuarto cierro con llave y me escondo entre los edredones de mi cama.
Me aterra pensar que me haya seguido hasta aquí.
Pero este de qué va? Menudo lumbreras.
Paso mis dedos por la marca de sus colmillo, al hacerlo siento una corriente eléctrica. Qué raro...
Me empiezo a sentir cansada, demasiado. Se me cierran los ojos. Cuánta sangre me habrá quitado?
Caigo rendida ante el sueño y la falta de energía.
...
-Malía! Despierta! -Tessa me sacude con fuerza. -Te noto cansada, has dormido bien? -pregunta sentándose en el borde de la cama con el cepillo de dientes en la boca.
-No... -gruño tapándome hasta la cabeza con las sábanas.
-Qué te pasa? Venga, levanta! -intenta quitarme la manta de encima y dejo que lo haga, no tengo energía ni para eso. -Me estás empezando a asustar, qué tienes?
-Qué se hace en caso de que un vampiro te chupe la sangre?
-COMO?!
ESTÁS LEYENDO
The Monster I Know
FantasyTodo comenzó con una pelea, una con mi antigua mejor amiga. Y por más raro que parezca, sabía que iba a pasar eso incluso antes de que sucediera. Sabía que no era normal desde que tengo uso de razón, pero esto alcanza lo absurdo, o al menos hasta...