Nota de aclaración: esto aún es un flashback de lo que aconteció con Seungkwan en Seúl
—Toma— una pequeña cajita se extendía hacia el pelirrojo.
Se encontraba junto a Hansol a pocos metros de llegar al descampado donde el resto de sus amigos aguardaban por ellos, pero ciertamente el menor había detenido su caminar abruptamente.
—Qué-...
—Tu regalo. Feliz cumpleaños
El pelirrojo parpadea tres veces hacia el cuadradito de color azul marino con un pequeño listón blanco que se le era dado.
Al tomarla la abre suavemente, no pudiendo ignorar el brillo de ilusión que emanan los ojos de su novio, era tan adorable. Siente su corazón palpitar fuertemente en cuanto observa un delicado brazalete con piedras de color rosado.
—Cuarzo rosado— suelta tímido Hansol—. Es... tiene propiedades especiales... Yo aquí tengo la mía. Es como si esto-...
—Nos une— agrega Seungkwan, cortando al menor, robándole una suave sonrisa.
—Nos une— afirma el otro. El mayor sonríe radiantemente, pensando en el rotundo giro de 180° que había dado su vida en tan pocos años. Hansol estaba en todo momento allí, y terminó por ser parte de sus días, de él.
Un casto beso es el que se dan, antes de volver a emprender camino. Más tarde Seungkwan buscaría el significado de aquella piedrita portadora de un rosa suave, hermoso y perfecto. Tal cual el sonrojo de Hansol.
—¡Yah! ¡No!— Seungkwan se sujeta el estómago de la risa. Aquella sensación de morirse asfixiado puesto a que sus pulmones no tomaban nada de aire, más bien lo liberaban. Aquella sensación hace sentir tan vivo al pelirrojo. No hay nada más hermoso que simplemente reír, y qué mejor que hacerlo rodeado de las personas que amaba.
Seis jovencitos se encuentren picoteando y haciendo cosquillas al pequeño cuerpo del joven Boo, éste último tratando de reincorporarse constantemente pero fracasando en el intento.
—¡Quince años, mi bebé tiene quince años ya!— Jeonghan finge limpiarse lágrimas de sus ojos mientras pone una voz dolida—. Deja de crecer, ingrato, tu hyung se siente viejo
—Es que lo eres, hyung-... ¡Ay!— Chan quien había soltado el comentario, recibe un pellizco en su brazo derecho por parte de aquél bonito joven de rostro angelical (ciertamente era lo único angelical que portaba).
Mantas en el suelo, un banquete delicioso hecho por el joven Joshua con ayuda de Jeonghan y Seungcheol. Estrellas retintineantes brillando en el cielo sobre la pequeña fogata en el descampado. Siete jovenes rodeando la diminuta fuente de calor y luz. Todo era perfecto, ellos, todos juntos; era el hogar de Seungkwan. Aquél hogar que el destino le hizo formar.
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Un Hoy Contigo - [Verchankwan - SVT]
FanfictionRealmente Chan no podía quejarse de nada en su vida, estaba estudiando lo que amaba, tenía unos amigos increíbles y leales que siempre estaban para brindarle un cálido abrazo o también un golpe fuerte en la cabeza cuando lo necesitase, contaba con u...