Encuentra un pequeño callejón un tanto alejado del parque en donde se encontraba hacía unos minutos. Se sienta de cuclillas mientras toma su cabeza y suelta un desgarrador y herido grito desde el fondo de su pecho, tratando de sacar todo lo que tenía rejuntado luego de tanto tiempo. Todo lo que creía haber superado, y si en algún momento sintió que estaba consiguiendo erguirse ante los obstáculos de la vida, ahora cree que está por volver a tocar fondo como en aquél entonces.
Las lágrimas no paran de caer, saliendo a borbotones de sus ojos, luciendo como pequeños y delicados cristalitos.
Seguía temblando errático, su respiración aún no se calmaba, todo continuaba dando tantas vueltas, e intentaba, realmente intentaba calmarse, pero no lo lograba. Sentía que iba a morir. Odiaba los ataques de pánico, de hecho, hacía mucho no tenía uno, por lo cual había olvidado aquella horrorosa sensación vertiginosa de desesperación y de no lograr hallarse a sí mismo para calmarse.
El sudor frío baja por todo su cuerpo, y un escalofrío recorre toda su espina dorsal. Unas nauseas horribles albergan en su estómago, y está seguro que devolvería todo su almuerzo.
Se hace una bolita en su lugar, agradeciendo al menos el silencio del sitio que encontró en su desesperación.
No recuerda el qué hacía cuando estos ataques le invadían a todo su ser. Intenta buscar algo que lo calme, tal vez cantar... pero no puede siquiera, su lengua no llega a obedecer lo que el cerebro quiere, puede sentir como la tiene bien apretada entre sus dientes.
Unos pasos apresurados se escuchan a la distancia, acompañados de un jadeo cansado. Seungkwan siente cómo se aproxima a él y toma unos pocos segundos cuando unos brazos rodean su gelatinoso cuerpo, una calidez inmensa abraza y reconforta todo su ser. Los gemidos heridos salen con menos frecuencia de los labios del pelirrojo.
—Hyung, intenta respirar profundamente... yo sé que... tu puedes
La voz de Chan invade todos sus sentidos. Seungkwan se siente desfallecer y solo puede dejar caer todo su cuerpo sobre el menor... de cierta forma, sabía que lo sostendría y que lo protegería.
Lee apoya su trasero en el suelo, recibiendo entre sus brazos a aquél frágil chico en frente suyo, mientras le brindaba reconfortantes caricias en su espalda y le daba palabras tranquilizadoras. El pelirrojo lucía tan pequeño así acurrucado en su cuerpo, buscando su persona como un ancla para poder sostenerse. Eso era un ataque de pánico, y no había que ser un genio para deducirlo. Ya estaba un poco al tanto de los síntomas puesto a que su novio le ocurrían (no con mucha frecuencia, pero siempre había algún detonante que le provocaban tal malestar), obviamente Chan sabía que cada persona iba a padecerlo de forma diferente, pero siempre habían puntos en común.
Se quería golpear la cabeza hasta que sangrase por haber provocado esto en su hyung. Él lo había hecho al forzarlo y llevarlo a su límite, uno que el mayor intentaba esquivar. Debía no haber sido tan imbécil, aunque ahora ya era demasiado tarde para arrepentimientos.
Siente el cuerpo de Seungkwan relajarse levemente con el pasar de los minutos.—Eso, Kwannie...— le da un suave beso sobre su frente, y puede sentir cómo continúa calmándose, entonces no duda en seguir dándole besitos en aquella zona.
Chan no puede saber con exactitud el momento en que se desvía de aquél sitio para ahora empezar a besar los ojos de Boo, tratando de absorber todas y cada una de sus lágrimas con sabor a mar, a tristeza, a nostalgia, a verdades no dichas. Sus labios pasan ahora por las mejillas tersas y rojas por el llanto, se va turnando de una en otra. Solo quería transmitirle al chico en sus brazos de que él estaba aquí, que no lo dejaría caer.
ESTÁS LEYENDO
Un Hoy Contigo - [Verchankwan - SVT]
FanficRealmente Chan no podía quejarse de nada en su vida, estaba estudiando lo que amaba, tenía unos amigos increíbles y leales que siempre estaban para brindarle un cálido abrazo o también un golpe fuerte en la cabeza cuando lo necesitase, contaba con u...