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Faltaba poco para que las agujas del reloj marcasen las doce de la noche, y el cielo se encontraba completamente nublado, bañado en gris, estaba anunciada una gran tormenta eléctrica para el día siguiente, era un tanto triste que en un día festivo el clima no colaborase, pero era lo que se les había dado.

En la mesa el par de amigos y la joven Jinseul habían charlado demasiado, saltando de un tema completamente trivial hacia otro sin detenerse ni un momento. Rieron ante las anécdotas de la infancia de Seungkwan y Chan que la mayor recordaba a la perfección, sus travesuras, sus pleitos absurdos y demás cosas banales. Comieron deliciosamente cada platillo que portaba basto amor, además se pusieron al día con sus vidas y lo que había acontecido últimamente (sobretodo el menor y la mayor del trío que no se habían visto desde hacía varios años).

Una buena noche.






Algo que había llamado la atención de Chan mientras regresaba del toilette en la casa de los hermanos Boo, eran las imágenes que colgaban en los portarretratos en el amplio pasillo. Siempre era el trio de hermanos y madre, aquél angelito.

Ciertamente también recuerda la existencia del padrastro de Seungkwan. El hombre que Lee pocas veces había visto, pero que había convivido con los Boo por varios años antes de que se evaporasen del vecindario, aunque no había ningún rastro de él en las imágenes. Hay una foto que capta toda el interés de Chan, y es que ella era muy brillante, con los hermanos Boo mucho más pequeños sonriendo abiertamente mientras su madre ocupaba ambos brazos para sujetarlos, era hermosa... pero había un detalle más, la imagen se hallaba cortada, bueno, más bien cortaba específicamente a alguien, el castaño puede deducir con certeza que lo recortan a aquél hombre.

¿Qué había sucedido con él? No quería escarbar más en los fantasmas del pasado, debía disfrutar el aquí y el ahora, eso había dicho su hyung Seungcheol, éste último estando al tanto de las miles de dudas que maquineaba últimamente la cabeza de Chan. Aunque estaba costando demasiado para Lee el contenerse de largar sus molestas interrogativas a cierto pelirrojo.

—Aquí estás...— la voz del joven en quien se hallaba pensando lo trae a la realidad, el mayor se acerca para tomar sus hombros afablemente—. Creí que el retrete te había tragado o algo por el estilo

—¿Qué dices, tonto?— roba una adorable risa del pelirrojo, éste último revolviendo su cabello como si se tratase de un pequeño cachorro. Chan comienza a dejarse arrastrar por el contrario que parecía encaminarlos a la sala de estar, donde un gran pino artificial se encontraba luciendo una hermosa decoración de bellotas de gamas púrpuras y plateados.

—Ya es veinticinco, y sabes que no tengo la paciencia para dormir y luego abrir los regalos— Seungkwan explica neutralmente, pero aún con una sonrisa pintando su rostro—. Y como ya supiste hace unas horas, si, Chan. Te hice un regalo, oh dios, hasta yo mismo me sorprendo de mis actos

—No debiste...

—Si debía, Channie... Oh y no creas que no vi el regalo que se sumó al árbol— el pelirrojo señala acusatoriamente al otro mientras hace un ademán con su cabeza, como incentivo para que tomasen asiento en el suelo, al lado del árbol de navidad. Chan, viéndose descubierto, solo puede atinar a sonreír inocentemente.

Bien, había dejado descaradamente el regalo de su hyung bajo la base del árbol navideño, en frente de todo, para que ciertamente fuese notado. 

Un Hoy Contigo - [Verchankwan - SVT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora