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Psssst...— un suave golpeteo se escucha en el cristal. Seungkwan frunce su ceño porque se estaba cansando de aquellas intervenciones a las dos de la madrugad-... Uh, ¿A quién engañar? Amaba cuando oía aquél característico sonido de nudillos chocando con su ventana cada viernes de cada mes. Procurando no hacer mucho ruido, se destapa velozmente mientras corre en puntitas de pie hacia el pequeño balcón.

Allí estaba él, esperándolo.

Quita el cerrojo de la puerta y siente el viento calar sus huesos ni bien se encuentra en la intemperie.

—¿Por qué salíste tan desabrigado?— la voz del menor capta su atención. No tiene siquiera un segundo para responder puesto a que siente como un gran peso es depositado sobre sus hombros brindándole una calidez repentina.

—Ahora tú estás desabrigado— dice mientras observa al más bajito, aunque agradece internamente por el grato gesto.

—Yo soy más tolerante con él, y si ese es el caso...— la mano de Seungkwan es sujetada dulcemente, unos dedos se entrelazan con los suyos para luego dirigirse a uno de los bolsillos de la gran parca que se le fue puesta con anterioridad—. Ahora ya estoy mucho más cálido, ¿tú no?

—Mhm sí...— el pelirrojo apostaba que sus mejillas se hallaban del mismo color que su cabello ante el acto tan descarado de su dongsaeng. Últimamente esas acciones de aprecio se estaban haciendo más y más recurrentes, pero aún no lograba acostumbrarse del todo— Deberíamos ir

—Oh, claro

Deberías soltarme, alguien nos puede ver quiere decirle, pero no tiene el corazón para volver a herir los sentimientos de su novio-mejor amigo, que solamente demostraba su cariño mediante más acciones que palabras. Es que así era Hansol, un chico de poca labia pero lleno, repleto de un amor muy puro.




Se encontraban caminando hacia el punto de encuentro con sus amigos para poder celebrar todos juntos del cumpleaños número quince de Seungkwan que había acontecido días atrás.

Ni bien el mayor observa a un gran grupo de personas a la distancia, se arrodilla repentinamente para "atarse las agujetas", cosa que no es cierto y que realmente hizo para zafarse del agarre de su mejor amigo. Puede ver al contrario aguardar a su lado para que termine con su acción para luego volver a tomar su mano, por lo cual a Seungkwan no le queda otra que animarlo para que siga adelante, trata de ignorar aquella pesada mirada de tristeza que Hansol le dio antes de continuar caminando, trata pero no puede.

—Por un carajo— se levanta de su sitio y corre en búsqueda de la mano de aquél muchacho de ojos color avellana que poseían un brillo completamente digno de envidiar por cualquier estrella que habitara en la galaxia. Sonríe enternecido al ver la boca de Vernon abrirse ligeramente ante la sorpresa. Siempre tan adorable—. Gracias por ir a buscarme, Vernonnie

—Sabes que no me cuesta nada, literalm-

—Literalmente vivo al lado de tu casa, lo sé... pero igualmente, gracias— Hansol le sonríe tan radiantemente como solo él sabe hacerlo, y le otorga las fuerzas necesarias para pasar con la frente en alto por ese grupo de hombres que se hallaban tirados en el suelo, bebiendo alcohol y soltando unas risas un tanto incómodas.

—Vamos, Kwannie, estoy aquí...

Lo sé. Quiere responderle luego de recibir el cariñoso apretón de manos en señal de compañía. Ugh, maldita sea, lo amaba. Amaba a Chwe Vernon Hansol, desde... ¿desde siempre quizá?

Un Hoy Contigo - [Verchankwan - SVT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora