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Querida Laura:

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Querida Laura:

No estabas en casa, y era tan predecible como el lugar donde te encontré. Volví por ti, sí. ¿Qué más pruebas de amor implacable necesitas?

En fin, ya no puedo con ello, tuve que silenciar a tu familia. ¿Es posible que una persona grite tanto como lo hacía tu mamá? Es tan curioso, fue la que tuvo la muerte menos dolorosa. Tu hermana en cambio, como que ya se lo esperaba, y fue la primera. No forcejeó, me aburrió. Pero tu padre... Él es otro asunto. Tan fuerte y con tanta fiereza. Casi me dolió el sonido de aquel primer balazo. Me lo devolvió, seguro. Pero tranquila, estoy bien, logré descuartizarlo luego. Cuando vuelvas, si es que lo haces, lo verás.

Es... un regalito. Está en tu cama, junto con el rubiecito. Y junto con Amber. Al fin pude terminar con lo que empecé con ellos. Pero... Ahora solo falta una cosa. 


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Querida ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora