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Entre sus dedos tenía el marcapáginas hecho con el trébol de cuatro hojas que encontró cuando era pequeño, y el cuál regaló a su madre para tener suerte.

Lo miraba atontado, pensando en demasiadas cosas a la vez.

¿Había hecho su efecto?

Él pensaba que no, porque en esos momentos no estaba con ella, se había marchado a un lugar mejor.

Tenía un vago recuerdo de aquella noche en la que encontró el trébol, según le dijeron, se perdió pero un chico mayor por tres años le ayudó a volver a la casa de su amada abuelita.

Suspiró pesado cerrando los ojos, dejando de seguido el marcapáginas encima de la mesita de noche.

— Debería de dormir...

Susurró colocándose de lado en la cama con las sábanas encima de él y haciéndose bolita. A la mañana siguiente tenía clases, con sus amigos era mucho más divertido ir a ellas a pesar de que a los tres les apasionaba su carrera.

La noche para SeungMin fue normal como todas las anteriores, estuvo cómodo en su cama mientras soñaba cosas que parecían sacadas de una historia ficticia al completo.

El sonido de la alarma le hizo sacar el brazo de la calentita cama, agarrando su teléfono para poder quitarla y sentarse adormilado bostezando.

Tenía más pocas ganas de clases que el viento en un día de verano.

Se levantó, caminando al baño casi se tropieza por no subir bien los pies al estar con sueño. En ese sitio se dió una ducha con agua fría para que le despertara al completo y se alistó, apenas desayunó al no tener apetito y se fue andando a la universidad que no estaba a más de 15 minutos de camino.

Kim ya había terminado la educación obligatoria, ahora estaba en la carrera de magisterio infantil junto a sus dos mejores amigos. A HyunJin le conocieron en el primer año de esa misma carrera, mientras que a Félix le conoció mucho antes, exactamente en la primaria donde ya fueron inseparables, siendo él el único que sabía por todo lo que había pasado.

Tenía la mochila enganchada en uno de sus brazos, las manos una la tenía en un bolsillo del pantalón y la otra con el móvil mirando cualquier tontería de twitter.

De repente alguien puso su brazo en los hombros del chico despistado, guardó el móvil sabiendo de quien se trataba.

— ¿Cómo estás, cachorrito? ¿Te levantaste con buen pie o no? Porque yo sí.

Habló el australiano con una gran sonrisa y energía ya desde temprano. SeungMin le miró divertido.

— Vaya, vaya, al parecer tuvistes una buena noche con ChangBin, ¿o no es así?

Alzaba sus cejas sonriendo imaginando lo que podrían haber hecho esos dos.

Seo ChangBin es el novio de su amigo extranjero, y la verdad que se llevaba bastante bien con él también, es gracioso y tienen cosas en común.

Lee se puso un poco colorado mostrando una sonrisa tímida a Kim, el primero asintió.

— ¡Sí! Pero... No es lo que tú piensas, ¡lo juro! Es decir, dormimos juntos, charlamos bastante como siempre y... Hoy al despertar me estaba esperando con mi desayuno favorito hecho por él, de ahí mi felicidad.

Le explicó animado, omitiendo cierta parte en la cual jugaban con nata montada en la cocina esa misma mañana que casi terminó en otras cosas.

— Ajá.

Rió mientras negaba con su cabeza divertido ante la situación de su amigo.

— ¡Oh! ¿Sabes qué? Por lo que me han dicho, hoy vendrá un hombre a dar una charla sobre la formación en escuelas infantiles y demás, al parecer estudió en nuestra universidad y ahora es maestro, ¿quieres ir?

Le preguntó cambiando de tema y recordando lo que le contaron el anterior día.

SeungMin no tuvo que pensar demasiado, le encantaba saber de su profesión, y más siendo esta vez escuchar y ver sobre la experiencia de un antiguo alumno para saber cómo actuar en el trabajo.

— Claro que sí, no me la perdería por nada, ya sabes como soy en eso.

El camino ya les fue corto y ameno, porque en él se encontraron con HyunJin, y ya los tres eran ruidosos pero calmados a la vez.

Tarde de verano -ChanMin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora