.•♫•♬•Reencuentros del Pasado•♬•♫•.

95 4 0
                                    

Las dos mujeres se quedaron en silencio al rededor de unos 15 minutos, mientras permanecían frente aquella tumba, ninguna decía palabra y eso hacia que se pusiera algo tenso el ambiente en el lugar, pero ninguna de las dos daba el paso a hablar, hasta que se levantaron y volvieron a cruzar miradas.

-¿Gustas ir a tomar un café? -T/N miró a la contraria mientras sacudía un poco el polvo de su bolso antes de colocarlo nuevamente sobre su hombro. -Me gustaría ver que ha pasado este tiempo, después de todo nuestros hijos se hicieron amigos.

Luego de unos momentos más de silencio aceptó al saber que de igual modo podía conseguir algo de información sobre Mikey, mientras que por otro lado T/N podría conseguir igualmente algo más de información y dársela al mismo, sin darse cuenta las dos en cierta forma se estaban utilizando para un mismo fin, pero por supuesto, anteponiendo la seguridad propia primero que todo.

Pasaron unos 10 minutos hasta que llegaron a una pequeña cafetería donde tomaron asiento en la terraza de la misma, sin saber cómo iniciar la conversación tomaron un tema común, sus hijos.

-No sabía que habías tenido otro hijo luego de la niña...

-Oh sí bueno Yuu fue básicamente la "noche de bodas" de Rindō -sonríe de lado.

-Entonces si te quedaste con los dos hermanos... D-digo no es por juzgar ni mucho menos, una relación polígama esta bien siempre que se tengan acuerdos de que se hace y se nota que la han llevado bien esa relación al tener dos hijos.

-En realidad son 4, los más pequeños tienen dos años y sí, las relaciones funcionan con acuerdos, en general y más sí somos un buen equipo entre los tres. -T/N levantó su mano para poder llamar la atención del mesero quien rápidamente fue hasta la mesa en la que se encontraban.

-Señoritas bienvenidas, ¿desean ordenar?

-Yo tomaré un té de jengibre y limón en las rocas, ¿gustas algo, Antonia?

-Oh, yo un capuchino de vainilla por favor.

-Muy bien, en un momento les entrego.

Cuando el mesero se fue el silencio se volvió a instalar en su mesa, pero el sonido de un celular fue lo que rompió con aquel momento.

-Disculpa un segundo -T/N se levantó de la mesa y contestó la llamada teniendo rápidamente del otro lado el inconfundible llanto de Kazuma.

-Ka-chaan -los balbuceos del pequeño apenas se entendían debido al llanto, y por más que intentará, la chica no podía distinguir más haya de un "dónde".

-Kazuma, bebé ¿le puedes pasar el teléfono a papá? -seguían los llantos del pequeño hasta que estos fueron amortiguados por algo, y la voz de Yuu se hizo presente en esta ocasión.

-Oka-san, estamos solos en casa y cortaron la electricidad... Estamos solamente con lo del generador de emergencia, Yuriko intenta calmar a Kazuma.

-Eso es... Yuu dile a tu hermana que cierre todas las puertas, ella sabe cual es la clave, voy a llamar a su tío Wakasa para que vaya por ustedes, hasta entonces no le habrán a nadie desconocido. ¿A donde fueron tus papás?

-El tío Sanzu vino y les dijo que había un trabajo pendiente, dijeron que volverían pronto, se acaban de ir pero pasó esto y ninguno de los dos contesta, por eso te llamamos a ti...

-Voy a terminar de atender lo que tengo aquí y voy para haya, mientras esperen a Wakasa, ¿ok? Todo va a estar bien, sí escuchan cosas raras afuera vayan a nuestro cuarto y se encierran ahí.

-Esta bien Oka-san.

-Los amo, nos vemos en un momento. -Luego de que Yuu cortara la llamada volvió hacia donde estaba sentada antes y miró a Anto. -Disculpa surgió un imprevisto y debo irme rápido.

ℍ𝕒𝕚𝕥𝕒𝕟𝕚'𝕤 𝔽𝕒𝕞𝕚𝕝𝕪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora