1

12.1K 991 59
                                    

Jimin lloraba.

No es la forma más digna de empezar a contar su historia pero fue en ese lamentable momento de su vida en la que todo comenzó. O terminó. Según se vea.

Así, Jimin lloraba. Se sorbía los mocos y el orgullo para dentro, tan fuerte que le iban a llegar al cerebro. Caminaba a solas mientras regresaba a la residencia de estudiantes por las oscuras calles de la ciudad.

Había empezado las clases apenas dos semanas atrás por lo que todos los recién llegados se conocían y hacían fiestas, aprovechando que estaban todavía muy lejos del terrorífico Mes de exámenes oficiales.

Como todo estudiante de primer curso, Jimin había sido invitado por un senior a una de las tantas fiestas en las tantas fraternidades. Y como a bien estudiante de primer curso, le habían tomado el pelo.

Claro que él no lo supo cuando aquel chico popular de cabello negro y actitud calmada le invitó y él aceptó con una sonrisa. No cuando pasó más de media hora escogiendo qué ponerse para no parecer un rarito ni tampoco cuando, ilusionado, llego allí Justo a la hora indicada.

Lo supo exactamente cuando vio a "su amigo" aceptado el dinero de otro.

"¿De verdad ese tonto se creyó que vendría a una de nuestras fiestas?."

"¿De dónde lo has sacado? Youngmin."

"Me debes dos mil, amigo."

Una broma. Coge el más payaso que encuentres e invítalo para reírnos un rato, quien traiga al más patético gana. Así era como Jimin había sido bufón en una especie de "cena de los idiotas" con esos chicos de cursos superiores.

Como haría cualquiera en cuanto se percató, se largo de allí.

Su nueva vida no podía empezar peor.

Había pasado toda su infancia y adolescencia a la sombra de su mejor amigo en el pueblo; Jackson. Y su buen cuando se enteró de que no irían a la misma universidad su mundo cayó roto a sus pies, con el pasar del verano se había concienciado de que no estaría mal levantar la cabeza y alzar el vuelo por su cuenta.

Pero había salido estrepitosamente mal. Ahora la voz de su amigo se repetía en su cabeza como si se tratara de una esquizofrenia fatal.

"Intentaran burlarse de ti, Jimin. No dejes que lo hagan. No te fíes de los chicos de las ciudades... no querrán hacerte nada bueno. Tu eres un blando, no te olvides."

Como le repateaba que tuviera razón.

Él siempre tenía razón.

En esos momentos a Jimin no le quedaba más remedio que aceptarlo y seguir sorbiéndole los mocos.

Entonces cuando creía que su noche no por ir peor, escuchó el motor de un coche reducir velocidad a su lado. No había absolutamente nadie en la calle a esas horas. Así que si, un coche frenó por él.

Sin mirar ni de chiste, aceleró El Paso mientras el coche seguía circulando a su lado. La ventanilla del copiloto bajó. Música y risas de chicos salían de dentro.

"No ahora, por favor..." se dijo Jimin tratando de secar las últimas lágrimas de su rostro.

—¡Hey, tú! —le llamaron pero no se giró.

—Bájale a la música que no me oye —protestó la voz a alguien en el interior del coche.

—Tu, enano. Espérate ¡Que te esperes!

Jimin asumió que no podía ir a ningún lado y frenó en seco. Si querían reírse más o incluso robarle no iba a poder evitarlo, así que lo mejor sería que ocurriera rápido.

Alone between Wolfs [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora