Aidan Gallagher, un joven estadounidense de 17 años apasionado por la música, comenzó a escribir una serie de canciones para despedirse de los suyos al ser diagnosticado de un cáncer terminal.
"Lo que algunos dan por sentado, otros luchan por conseg...
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|Narradora|
En casa de los Gallagher.
—¿Como conseguiste tantos volantes? –dijo al ver demasiados carteles de invitación para pegarlos en todos lados.
Todos estaban trabajando en equipo, incluso algunos compañeros del colegio se ofrecieron ayudar en la fiesta, los días pasaban y Aidan cada vez se sentía más cansado. Al punto de llegar a no comer y mantenerlo despierto con sueros.
Pero hoy era el gran día.
—Rob, contesta el teléfono que estoy ocupada.
—Hola, Gracias por avisar –Colgó– Quieren saber si queremos cancelar el show de esta noche, tenemos dos horas...
El doctor quien se encontraba revisando a Aidan en su habitación bajo las escaleras llamando la atención de los presentes en la sala de estar.
—Doctor, ¿como se encuentra mi hijo?
—Aidan es un guerrero pero su cuerpo se está apagando, podría ser días o tal vez en unas horas, en este punto es difícil decirlo.
—Lo mejor que podemos hacer por Aidan ahora es ver que esté cómodo –Explico.
—Okey –Abrazo al doctor– gracias por la información y él tiempo que le costo venir aquí.
—Si necesitan algo no duden en llamarme, Tengan una linda tarde –Tomo su maletín y salió.
—No es justo, nada de esto lo es –Comenzo a llorar. La idea de perder a su hijo en cualquier instante la atemorizaba, no esta preparada para ese momento.
—No lo es –Dijo Rob tratando de ser fuerte.
—Le avisaré a ____ ya mismo –Aviso Nadia y luego salió de inmediato, ya que no queria que la vieran tan vulnerable y frágil.
Lauren fue a la cocina y se encontró a la pequeña Sophie sentada en las escaleras, al ver tal situación se sento junto a ella y la abrazo consolándola.
—Lo escuche todo.
—Baja a verlo –Propuso.
—No puedo mamá –Su llanto se intensificó.
—No sabemos cuánto tiempo le queda Sophie, linda porfavor conversa con tu hermano.
—No puedo, no quiero llorar enfrente suyo y hacerlo sentir mal.
—Si puedes, ¿sabes que?, solamente siéntate junto a él.
—Mamá porfavor no me obligues a hacer esto.
—No tienes que decir nada, Solo sientate que todo va estar bien, ¿okay?
—Esta bien.
Le dio un cálido abrazo a su madre, tomo el valor para subir las escaleras y entro a la habitación de Aidan.