XXXVI

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-¿Porqué no?- el menor preguntó antes de seguir.

Estaba ebrio, pero aún así tenía muy en mente lo que Sunoo quería.

-Pueden escucharnos.

-¿Es tu única razón?

-Ahm...- trataba de buscar más razones, pero no las encontraba.

Hace más de dos meses que lo hicieron por ultima vez así que extrañaba eso un  poco.

-E-Es que los Hyungs pueden escucha--

-Entonces solo no tenemos que ser ruidosos ¿no?- metió sus manos en la remera de Sunoo.

-Ugh...- trató de concentrarse en sí mismo cuando sus pezones fueron acariciados y pellizcados.

Bajó una de sus manos adentrándola en los pantalones contarios, bajando estos rápidamente dejándolo en ropa interior.

-¡Hmp!- de un solo movimiento se adentraron dos dedos en su interior.

Ni-ki estaba siendo algo torpe, claro, estaba ebrio.

-A-Al menos... cierra.. l-la puerta- no estaban con seguro.

-Pero mis manos están ocupadas, ¿debería?- adentró un tercer dedo sin ningún aviso.

-¡Ni-ki!- ¿a caso era porque estaba ebrio lo que era tan caprichoso?

-Nadie entrará, todos fueron a dormir.

-¿Seguro?

-Mucho.

El tiempo de preparación fue poco, no duró más de un minuto, pero sacó sus dedos y rápidamente alineó su miembro con la rosada entrada contraria.

-¡Ah!- fue el primer gemido fuerte que salió de su boca.

Dolía, hace mucho que no lo hacían y estaba tan estrecho.

-E-espera... no te muevas... duele- sus palabras fueron escuchadas y obedecidas, su novio no se movió y no lo haría hasta obtener una señal que le diga que podía continuar.

-Tan estrecho...

Las piernas del mayor temblaban, movía sus manos pidiendo ser desatado y pocos segundos después tenía nuevamente movilidas en estas.

-P-puedes... seguir- se sentía como un virgen al decir eso, y es que hace tanto que no le dolía así como en ese momento.

-Lo haré despacio-  sujetó su cadera empezando un vaivén lento y tortuoso que no duró mucho hasta volverse rápido entrando todo lo posible en su interior.

-¡Hmp!- tapaba su boca con ambas manos tratando de contener todos sus quejidos y gemidos.

Con su temblorosa mano aseguró la puerta sintiendose así, más seguro.

-¡Oh!- había llegado al fondo, golpeando su interior con varias repeticiones seguidas.

Dolía, el dolor seguía ahí, pero también estaba esa placentera sensación de gusto después del dolor.

De sus ojos caían lágrimas, muchas lágrmas mezcladas de dolor y placer, una peligrosa mezcla.

-¡Ah!- estaba a punto de correrse, sus piernas temblaban, no creía poder estar así mucho más.

Mientras que el menor de ambos solo disfrutaba aquella estrechez que tenía su mayor, lo apretaba tan bien.

-¡Ugh!- Sunoo por fin pudo correrse, sus piernas estaban cansadas, temblaban y perdían fuerza con cada embestida.

-Sí...- de igual manera se corrió en el interior de ese lindo agujero.

-Ni-ki... otra posición...- pidió sintiendo que en cualquier sus piernas le fallarían y caería al suelo.

-¿Entonces quieres otra ronda?- sin esperar respuesta le  dio la vuelta, levantándolo del suelo colocando las piernas contrarias a sus costados volviedo a apoyarlo contra la pared.

Entró de una sola estocada en su interior, tocando aquel punto que a Sunoo tanto le gustaba.

-¡Ugh!- estaba siendo lo más silencioso que podía, pero las embestidas tan rápidas y fuertes no se lo permitían demasiado.

Las lágrimas no paraban, seguían saliendo de sus ojos, pero la sensación de dolor era muy baja, lloraba por lo bien que se sentía, por no poder dejar salir su voz como le gustaba, por la sensación de ser atrapados.

-¿Aún piensas en Soobin Hyung?- Ni-ki preguntó claramente celoso.

-¿Soo-Soobin Hyung?- apenas podía pensar en otra cosa que no sea Ni-ki en ese momento.

Ni-ki sonrió satisfecho volviendo a las embestidas.

Hasta que el teléfono de Sunoo empezó a sonar.

-¿Quién es?

-Ahm...- era el mismo que provocó los celos de Ni-ki.

Ya que Sunoo no se atrevía a decir quién era, Ni-ki tomó el teléfono viendo en la pantalla "Soobin Hyung♡" como llamada entrante.

-Toma- le devolvió el teléfono -contesta si quieres- sus ojos hablaban por él.

-Y-yo no- sin aviso las embestidas volvieron haciendo que suelte su teléfono, aún con la llamada sin contestar, su telefono estaba en el suelo.

Las embestidas eran fuertes y rápidas, además de que al no poder gemir como quiere su cabeza era un desastre.

Las embestidas eran tan fuertes que podían escucharse en la habitación.

.

.

-¿Te gusta Soobin Hyung?- estaban en la cama, ya eran algunas horas que estaban en eso.

-N-no...

-¿Entonces quién te gusta?

-T-tú me gustas- se aferraba a lo que podía y callaba sus gemidos en la almohada, mordiéndola con fuerza.

¿Viste, Soobin Hyung? Yo soy su preferido.


























Cami~

INSOMNIO - SunKi♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora