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"Mi mujer perfecta"
Después de que un desquiciado Kojiro saliera corriendo de casa a quien sabe donde, los humanos continuaron desayunando con normalidad aunque en la cabeza de todos rondaba la conversación reciente en especial en la de Raiden Tameemon, el estaba saliendo con la valkiria Thrud de verdad la amaba, ella es una persona muy dulce, quizá tenia algunos problemas con su apariencia al principio pero el rikishi le ayudó a sentirse segura y darse cuenta de lo hermosa que en verdad es.
Una mujer tan valiosa como lo era la de cabello rosa merecía lo mejor, y hoy parecía ser un día importante para las parejas, el no tenía nada para darle así que debía pensar en algo y rápido.
Raiden se había quedado pensando tanto tiempo que no se dio cuenta cuando Adán y Jack terminaron su desayuno y se fueron quedando solo con Lu Bu en la mesa de la cocina, pero este último parecía también estar bastante pensativo igual que el luchador de sumo.
–¿Que podré darle?– Pensaba el rikishi, no sabía de algo que fuera adecuado para su amada (y que pudiera costearlo claro)
Después de unos 15 minutos matándose la cabeza y pensar en cosas sumamente caras como un collar de diamantes o accesorios de oro optó por un plan diferente.
"Las personas también salen a cenar o hacer cosas románticas" recordó las palabras del peligris, no necesariamente tenía que darle algo, podría invitarla a algún lugar para hacerla pasar un buen rato así que haría lo más romántico que se le ocurría.
Se puso de pie enérgicamente y comenzó a buscar y revolcar cosas en la cocina, sacando algunos alimentos como arroz y verduras, estaba dispuesto a cocinar algo para Thrud con mucho amor como su madre le había enseñado.
–Cariño ¿qué haces cocinando tan temprano?– Eva había vuelto a casa trayendo consigo diferentes frutas, le sorprendió ver a Raiden cocinando si se veía que recién habían desayunado.
–Es una sorpresa para mi novia– Respondió muy emocionado el rikishi sin igual, claro que olvidó mencionarle a la madre de la humanidad la razón del porqué hacía esto hoy, ella no tenía ni la más mínima idea.
–Aww que afortunada es de tener a alguien tan atento como tu– Se enorgulleció que su hijo fuera todo un caballero y un hombre tan detallista.
Unos segundos después Eva se dio cuenta que Lu Bu no había movido ni un solo músculo desde que ella llegó, de hecho se encontraba mirando lejos como un tonto, esto la preocupó un poco y le tocó el hombro, ahí fue cuando finalmente reaccionó.
