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El día de la boda por fin llegó, todos estaban colocando sus vestidos designados y preparando aquello que los haría ver tan lindos en el día, claro, no hay porque opacar a la pareja protagonista.

-¡Papá, rápido, ayudame con el moño!-

Webby corrió hacia su padre para que le ayudará a colocar su broche en la unión trasera de sus dos mechones laterales.

Louie miraba eso desde lejos, por un momento miro a su tío Panchito, quién se encontraba arreglando su corbata para dejarla lisa y lista.

-Papá-

Fue más un murmuro que salió solo, al darse cuenta de esto, se sorprendió de si mismo, pero su corazón, su corazón se sintió tan cálido, solo pudo sonreír, no sabía si la confianza era tan grande, oh vamos, lo llevaron al médico y lo han estado vigilando y llevando a sus citas, un padre hace eso.

Se dirigió al gallo cuando vio que esté término con su arreglo, no podía dejar de mirarlo, el murmuro anterior se encontraba haciendo eco en su cabeza aún. Al llegar con el mexicano, le miro desde abajo esperando que la mirada sea correspondida, cuando está fue recíproca, levanto su mano con su moño verde y brilloso, Panchito entendió, simplemente sonrió y coloco el accesorio sujetando el flequillo frontal del chico.

-Gracias-

Daisy entro al hogar McDuck con algo de prisa, se encontraba completamente hermosa, su vestido azul aguamarina venía acompañado de un peinado alto y sus respectivos accesorios.

-¿donde esta Louie? -preguntó. -donde esta el niñ... no, no, donde esta la niñ... ¡uhg!, ¿Donde esta Louie?-

Buscaba por todos lados, Louie no supo cómo sentirse con el confundir de su tía favorita.

-Aquí estoy tía Daisy- su voz sonó baja, aún así la pata pudo escucharle y dirigirse hacia el niño.

-Aww, mírate, eres una muñequita, tan linda- Daisy corrió para apretar las mejillas de su sobrino y le dio besos en las mejillas.

Desde que era un bebé su tía Daisy siempre lo amo y le dio el amor que muchos desearían, cuando necesitó del amor por una caída, ahí estaba su tía, cuando quería comida, Daisy se aseguró de que comiera. Claramente, después de un tiempo, se fue alejando por trabajo y cosas de mayor importancia para su desempeño como diseñadora.

-Gracias tía- Louie no pudo evitar sonrojarse y sonreír levemente por el comentario.

-Necesitamos tu ayuda Louie, ¿Quieres ser la niña de las flores?-

El paje, así se le llama a quienes llevan las flores y anillos, normalmente son niños pequeños y necesitaban a quien llevará las flores.

-Morty está enfermo y Ferdie llevará los anillos, necesitamos que nos ayudes, solo pasa por la alfombra y tira los pétalos-

Daisy miraba atentamente a su sobrino, mientras que Louie se mantenía sorprendido por la propuesta.

-Ah, bueno, ¿qué tengo que hacer?-

Louie se acercó a su tía para prestarle atención.

-Solo caminarás al altar y tirar las rosas por el camino, así de fácil-

Louie lo pensó por un momento y simplemente asintió sonriendo, Daisy sonrió y abrazo al patito para darle apoyo y amor que hace mucho no le daba.

-¡Ay!, Gracias princesa, ya verás que lo harás increíble-

Después de aquello, Daisy salió del lugar y dejo a todos en el lugar para que siguieran vistiéndose y arreglando aquello.

José miraba a su sobrino atentamente y distinguió como este respiraba algo acelerado y miraba un punto fijo, así qué decidió acercarse para saber que estaba mal o como podía ayudar, lentamente colocó una mano y acaricio el pequeño hombro -Patinho, ¿estás bien cariño?- Louie se mantuvo tranquilo al sentir el tacto y siguió la voz para mirar a su tío a su lado.

-¿Y si lo arruinó?-

La voz sonó quebrada por un momento, los ojos del pequeño parecían desesperados por buscar la respuesta en los ojos del adulto. José pareció entender lo que sucedía -No pasará nada, solo dejaras flores en el altar y te sentirás junto a mi y tú mochila- una de las manos del perico acariciaba de forma circular la espalda del patito, no parecía tranquilizarlo tanto -Bien, hagamos algo- el mayor habló mientras una idea pasaba por su mente -No has tomado tus gotas, ¿las tomamos para que estés tranquilo?- decidió agregarse a la decisión para que el niño pensara en como tomarla de forma que también el mayor se vea afectado. Un asentamiento fue suficiente para hacer que el perico cargará al de vestido y le ayudará a preparar un jugo con dos gotas tranquilizantes.

El momento llegó y Louie estaba realmente relajado, con pena y nervios comenzó a hacer lo que su tía le había dicho anteriormente y al dejar la canasta sin flores terminó su recorrido y salió corriendo a la primera fila de asientos para ser cargado por José y terminar en su regazo -Muy bien patito, lo hiciste increíble- sus tíos le felicitaron mientras esté sonreía y se escondía en el cuello del perico.

El corazón de su tío le relajo demasiado, además de tener el efecto de las gotas en él hicieron que poco a poco sus párpados cayeran y así se perdiera la boda de su tío junto al tío Mickey. El momento de que los padrinos pasarán casi llegaba, por lo tanto Panchito y José necesitaban que Louie se sentará en la banca y no en las piernas del brasileño, los invitados detrás de la primera banca sonreían curiosos y enternecidos por ver al de vestido verde dormir plácidamente.

-Louie, chaparro- Panchito le hablo a su sobrino para después mirarlo y encontrar que estaba dormido, sonrió tiernamente y avisó a José para que viera al niño -Se te pasaron las gotas- río levemente mientras hablaba bajo, José río un poco y miro a su lado para ver a Bugs Bunny. -Bugs- habló para ser escuchado al instante y llamar la atención del conejo, quién volteo a verlo, llamando la atención de su esposo y tres hijos -¿Podrías ayudarme?- con un gesto de pena en el rostro pidio ayuda a la cabecilla de Warner, el de orejas simplemente sonrió divertido y estiró sus brazos para sostener al niño y acomodarlo en su regazo. Pasaron al altar para hacer lo que la ceremonia pedía, agradecían que Louie no se despertara mientras cambiaba de brazos.

Los hermanos Warner miraban al niño en los brazos de su papá -Su vestido es muy bonito- menciono Dot mientras se estiraba levemente para ver sobre su padre pato, quién al escucharla la calló con un leve "shh" inmediatamente los tres niños se irguieron y vieron la ceremonia.

Cuando los extranjeros volvieron a sentarse Louie paso de brazos nuevamente, siendo Panchito quién lo cargaba ahora, está vez el patito despertó algo desorientado pero al ver el rostro de su tío brasileño se tranquilizó y miro a su alrededor para ver a sus tíos casándose, no se movió del pecho de su tío, simplemente se mantuvo despierto para ver los últimos 15 minutos de ceremonia.

Por fin termino, Louie estaba contento, por fin podría salir de aquel lugar lleno de gente, en ningún momento se despegó de su tío mexicano, sus manos se mantuvieron juntas en todo momento mientras que José lo encaminaba poniendo una mano sobre su cabeza delicadamente.

Para llegar a dónde sería la celebración quedó más que claro que Louie se iría con sus tíos y no con sus hermanos y los McDuck. Así que partieron al lugar, mientras tanto, el arrullo del auto hizo que el pequeño volviera a dormir, esto no paso desapercibido por los adultos y simplemente rieron -Creo que mejor pones una sola gota para la próxima- río el mexicano al ver cómo su esposo ponía los ojos en blanco.

'Pa & PaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora