Ryujin miraba confundida a su hermano.Jaemin tenía su bonito rostro con moretones y cortadas, se quejaba de dolor cada vez que tomaba una cucharada de helado y cojeaba al caminar.
Pero aún así, seguía llorando por Lee Jeno.
—Busca otro chico que te haga feliz minnie.
Su madre acariciaba su cabello mientras el miraba la televisión con un bote de helado entre el y su hermana, el señor Na miraba enojado a su hijo.
Después del incidente, los señores Na salieron de sus trabajos apurados por ver la salud de su hijo pero no contaron con que se encontrarían con Jeno y su padre ya saliendo de la institución.
El enfrentamiento de padres terminó mal pues al señor Lee se le había salido una frase totalmente grosera y despectiva.
—Les pago al marica nuevo si quieren. —Jeno agachó la cabeza con ganas de llorar avergonzado y con una mano jaló el saco de su padre para indicar que se fueran.
Los señores Na no miraron el gesto de Jeno y solo se empeñaron en correr hacía su hijo.
—Les juro que Jeno me quiere...solo que es complicado.
—¡No es complicado Na Jaemin, aléjate de el o te sacaré de esa escuela!
El grito de su padre lo hizo sollozar más mientras se encogía, llevárselo de la escuela era lo mismo que alejarse de el.
Lo único que lo retenía en esa escuela era Jeno.
Jaemin solo asintió mientras sorbía la nariz y con mucha dificultad logró llegar a su cuarto, si no hubiera sido por la consejera Bae no la hubiera contado.
De pronto la oscuridad de su cuarto se iluminó con un sonido muy conocido para el.
Jeno<3
¿Podemos vernos?El dolor abandonó el cuerpo de Jaemin y de pronto se sentía vivo de nuevo, amor más tóxico no podía existir.
Na Jaemin
Claro Jeno,¿Quieres venir o voy?Jeno brincó por la ventana con habilidad, antes muerto a que lo encontraran con el homosexual de la escuela en su habitación.
Jeno <3
Voy yo minnie.Jaemin chilló de emoción sintiendo un fuerte dolor en su espalda que lo hizo callar de pronto.
Trató de levantarse rápidamente y comenzó a arreglar su cuarto, lanzando perfume al aire, cuando de pronto se vió al espejo.
Morado, amarillo e incluso azul adornaba su rostro, sin importar el dolor del contacto comenzó a tratar de maquillarse las feas marcas.
Porque tal vez Jeno lo querría si fuera bonito.