—Estoy en una fiesta.Jaemin soltó una risa sin gracia luego de que Jeno contestara el teléfono sin modales.
Jeno había llamado mas tarde después del baño de humillación que le dio a Jaemin y entre lágrimas se disculpó.
—En el momento en que saludé y me di la vuelta estaba abrumado por la soledad y desde que me enamoré has ocupado mi mente.
No podía hacer esto más, su corazón podría perdonar a Jeno las veces necesarias pero su cerebro estaba agotado.
Ahora Na buscaba algo en su gaveta de medicamentos mientras sonreía con lágrimas en los ojos.
—¿Que mierda hablas Jaemin? Estoy ocupado ense...
—Sobrecargado de felicidad y tormento. Un "te extraño" son las únicas palabras que nos conectan.
Jeno ya había empujado a todos fuera de su camino para salir de la fiesta y poder escuchar bien a Jaemin ya que le parecía haber escuchado su voz quebrándose.
—Ya salí de la fiesta ¿Donde estas? Iré contigo.
—Pensé en ti muchas veces, ahora estás creciendo en mi que incluso cuando no estamos juntos nos mantenemos vinculados.
La voz de Jaemin no era la misma de siempre, sonaba triste y desganado como cuando Jeno le cancelaba los planes o cuando le negaba algo y tenía la valentía de responder.
—¿Estás en tu casa? Minnie es enserio, iré contigo.
Jeno emprendió camino ahora hablando con libertad al no tener quien lo escuchara, Jaemin sonrió mas triste por el apodo.
—Quiero sumergirme en el resplandor de nuestra memoria ya que no tengo intenciones de volver.
El pulso de Jeno se aceleró ante las palabras del chico del otro lado de la línea y solo deseó, sin importarle nada mas, tenerlo en sus brazos y juntar las piezas que había roto en todo el tiempo que se conocían.
Solo necesitaba encontrarlo.
—Una sensación suave y dulce, tan esponjoso.
Las píldoras antidepresivas se veían más horribles al estar todas en la mano de Jaemin y Jeno se sobresaltó al escuchar el ruido del bote de plástico caer al piso.
—Jaemin ¿Que dices? Detente, dime dónde estás, yo estoy casi en tu casa.
—Me he mantenido en un bucle de amor sin principio ni fin, nuestro lazo de amor como un bucle de amor.
Jeno corrió más rápido y como siempre lo hacía, escaló hacía la ventana de Jaemin, que se encontraba abierta como siempre también el otro hacía.
—Te quiero y esto puede sonar como un cliché pero mi corazón tiene un agujero en tu forma, como una dona.
La línea se cortó y un estruendo se escuchó del baño de la habitación.
Jeno se encontró con su Jaemin en el piso, respirando tan lento que parecía que no lo hacía.
Y tal como cuando tenía 10, pensaba que lo que había pasado era injusto y triste pero ahora el era quien había cometido el crimen de odio no quien era la víctima como siempre temió ser.