09

86 7 1
                                    

Pasaron algunas noches donde Yoongi seguía intentando escapar, seguía tratando de seducir a Namjoon, aunque algunas veces parecía casi lograrlo, pero en cuando mencionaba lo de ser libre todo se esfumaba. Solo desencadenaba el enojo y frustración de su secuestrador.

Namjoonie... déjame ir a ver a mi familia... por favor

Ya abra tiempo cuando nos casemos, tenemos mucho por recorrer como una pareja, tomate un tiempo de tus responsabilidades.

Tengo que ir a la universidad

Claro que no, pronto te darán de baja cuando dejes de ir, no tienes de que preocuparte -Namjoon sonreía, parecía que tomar esa decisión completamente ajena lo hizo sentir feliz. -

Pero, yo me esforcé mucho para entrar... no puedo dejarla. -Yoongi ahora estaba más nervioso, quería llorar de nuevo, pero, un escalofrió recorrió su cuerpo al darse cuenta que Namjoon no le respondió, eso era malo, muy malo. -

¿QUE MIERDA TE HE DICHO UNA Y OTRA MALDITA VEZ? ¡TU TE QUEDARAS EN CASA! -Ahora Namjoon estaba enojado, estaba sosteniendo fuertemente un cuchillo para fruta, se miraba inofensivo a simple vista, pero conociendo los impulsos y la fuerza descontrolada de Namjoon era algo con lo que seguro podría matarlo. –

Lo siento Namie, me equivoque, solo quería acompañarte, ya sabes...

¿Acompañarme? ¿Para que quisieras tu acompañarme? -Namjoon se levantó de su asiento y camino hacia Yoongi, levanto el cuchillo hasta la altura del mentón del contrario, haciendo que este lo mirara a la cara. -RESPONDE.

Para... para anunciar nuestro matrimonio claro, ¿no querrás anunciarlo tu solo o sí? También es mi boda, yo debería acompañarte... -Yoongi por dentro temblaba y gritaba por ayuda, mientras que por fuera daba una cálida y falsa sincera sonrisa a su ''amado'' -

Quizás... tienes razón... seria bueno que conocieras también a mis padres, seguro ellos te amarían. – Namjoon se quedo un momento en blanco, como si hubiera recordado algo importante. – ¿Te gustan los tacones cielo? -De nuevo esa sonrisa escalofriante.

Tacones... yo nunca he usado unos... -Yoongi tenia miedo, no sabia que horror había pasado por la mente de Namjoon para llegar a ese tema. -No creo que se me miren bien unos tacones... ya sabes... soy un hombr... - Yoongi no pudo terminar de hablar, una bruza mano estaba reteniendo su voz ahora, una muy fuerte que estaba lastimando su boca. -

Shhh... no querrás que ellos te escuchen. - Namjoon parecía un loco, alguien fuera de todo lo que podía llamarse normal de una persona, podía parecer tierno e inocente algunas veces, pero tenia fuertes arranques de ira y violencia cuando algo no le parecía. Sin duda el no estaba bien, ¿Alguien ya se había dado cuenta de ello? – Veras, cuando yo te diga puedes decir lo que en verdad eres, pero, si yo digo que eres mi linda esposa, ¿Qué dirás tu?

Que soy tu esposa... - La boca de Yoongi dolía, aun tenia la marca de aquella mano calcada en su piel, estaba asustado.

Vez no es tan difícil, solo tenemos que hacer eso hasta que nadie más nos moleste, será poco tiempo lo prometo, después podremos ser felices juntos y libres. -Namjoon abrazo al pequeño y tembloroso cuerpo ajeno. –

Libres... los dos... seré libre un día...

¡Claro, seremos libres para amarnos!

Otra noche mas donde Yoongi no podía dormir por el miedo que inundaba su cuerpo, y la tristeza que sentía al pensar que no volvería a ver a sus padres...
En su mente solo podía recordar su vida antes de llegar a esta casa, donde vivía al día, donde apenas podía permitirse una comida al día, pocas horas de sueño que lo matan en el transcurso de sus clases y sus horas de trabajo.

Mami tengo miedo...

Estiro su brazo para tomar la manta que tenia a un lado, estaba impregnada del mismo olor de las ropas de Namjoon, lastima que no resulto ser la persona que imagino, lastima que al parecer no era verdaderamente amado, por primera vez se arrepintió de mudarse a la cuidad.

Quiero estar en casa, mami...

Yoongi entendía que no sería fácil nada de lo que, si futuro le deparaba, estaba ansioso por la presencia de Namjoon a su alrededor, tenia miedo de que pensara matarlo o venderlo. Quizás todas esas palabras bonitas que dijo antes eran para poder atraerlo a esta prisión.

Quizás si solo no estuvieras loco podríamos haber sido felices, de verdad quería saber si podíamos amarnos... quería saber si alguien podía amarme...

Obediencia | NamgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora