Obediencia | Namgi

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Comenzó a calentar la comida cuando escucho el sonido del auto de Namjoon, estaba ordenando su ropa, la peluca, dándole un ultimo vistazo a la casa, lucia impecable, perfecta. 

Cariño, ¿Cómo te fue en el trabajo hoy? 

Todo estuvo bien, pase a comprarte unas cosas de camino a casa, son cremas faciales, no quiero que todo ese maquillaje arruine tu bello rostro. - Beso la frente de su amante, mientras se hacia camino al comedor, dándose cuenta que la comida ya estaba servida. - Lo haces perfecto, sin duda no me equivoque contigo, eres mas que perfecto para mi. 

Solo hago mi mejor esfuerzo para ti, solo quiero que estés satisfecho con mi comida, si sientes que algo falta dímelo, así mejorare mi cocina. - Yoongi quería negarlo pero quizás seria mas fácil todo si fingía ser una ama de casa feliz y satisfecha con el rumbo que llevaba actualmente su vida. - Provecho Namjoon. 

Tu primero cariño. 

Gracias. - Yoongi lo sabia, ese hombre jamás probaría un solo bocado antes de asegurarse que no estuviera envenenado, incluso si lo estuviera quería que su linda esposa lo comiera primero, así morirían juntos. - 

La comida siguió de lo mas normal, mientras cruzaban miradas de vez en cuando. Al terminar Namjoon se levanto y se fue al tocador, dijo que tendría que salir a buscar unos documentos que necesitaba mañana en la oficina, así que Yoongi solo se limito a levantar la mesa. 

Al ponerse su saco, su linda esposa sostenía su bolso, sin duda era su parte favorita del día, cuando podía besarle antes de salir y saber que ella estaría en el mismo sitio para cuando regresara. 

Yoon, me gusta este vestido, úsalo mas seguido, tus caderas se vuelven pronunciadas. - Namjoon abrazo con fuerza el delgado cuerpo, pegándolo a él mientras restregaba su miembro en el vientre contrario. Yoongi no era ajeno a las acciones de Namjoon, así que comenzó a pasear sus manos por la gran e imponente espalda que su novio tenia. - Yoongi déjame besarte...

Eso volvía loco a Min, ser llamado por su nombre, lo hacia sentir querido y deseado, como hombre, no como la mujer que fingía ser. Sin duda se sentía completamente excitado al escuchar su nombre salir de los labios de esa persona. 

Bésame Namjoonie... 

Ambos comenzaron a besarse, Min poco a poco desabotonaba la parte superior de la camisa que su novio usaba, dejándole paso al pecho marcado que tanto le gustaba, donde comenzó a pasear sus manos dejando pequeños rasguños de vez en cuando para escuchar como salían suspiros de su gran novio, así como sentir la gran erección que este estaba teniendo. 

Puedo ayudarte con eso, después puedes ir a la oficina, ¿quieres?

Apresúrate. 

Yoongi se quedo de rodillas, desabrochando el cinturón de su novio, bajando el cierre, mientras masajeaba la erección debajo de aquella fina tela. Bajándola poco a poco mientras presionaba levemente los grandes muslos que tenia enfrente, sentía como su novio temblaba al hacerlo, así que bajo por completo los pantalones, para besar, morder y pasear su lengua a lo largo de esas piernas que sin duda, le encantaban. 
Mientras que con una mano se encargaba del miembro erecto, su otra mano se la pasaba apretando el trasero y piernas de Namjoon, haciéndolo temblar de vez en cuando, mientras que solo se escuchaban los gemidos leves que ambos soltaban. Yoongi sentía su miembro levantarse, estaba excitado a pesar de que no se había tocado en lo absoluto, pero la vista que se le estaba siendo regalada podía con su cordura. 

Namjoon apenas de pie, apoyado en la puerta principal detrás de él, mientras que con sus manos pellizcaba y masajeaba su propio pecho, se miraba completamente caliente, su mirada estaba algo perdida en aquellas manos que se paseaban por toda su parte baja sin ningún pudor. Sentía como aquellas manos paseaban por su trasero, como al tocar su pene lo hacia dar un brinco en su lugar. Pero lo mejor de todo fue cuando sintió una presión en su entrada trasera, pidiendo permiso para entrar.