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Un mes después el rubio se graduaría luego de cinco arduos años de médico forense, su padre, Dio, volvió a Nápoles por unos días para armar la fiesta de graduación de su primogénito, por supuesto que no había que medirse en gastos si se trataba de su hijo, y aunque su esposo y su hijo insistían en que no era necesario tanto logró salirse con las suyas al final convenciéndolos.

La fiesta fue luego de la graduación, el rubio invitó a sus muchos amigos de la universidad (porque si tenía el mismo carisma que Dio), así como también hubo invitados amigos de parte de su padre, no se quejó porque los conocía y después de todo su padre había pagado todo no sería lo mejor manera negarse, la única persona que no asistió a la fiesta como tal fue su madre y padrastro, quienes estuvieron para la graduación, pero luego se retiraron.

Estuvo muy feliz cuando llegó a la recepción acompañado de sus amigos más cercanos, aprovecharía el momento para presentar a su pareja a sus padres, estaba emocionado por eso y por todo en general, era uno de esos días que no quisieras que pasaran tan rápido. Pero cuando más se adentraba al sitio más se daba cuenta de lo desmedido del gasto de todo eso, era una graduación, no una boda o evento tan grande. Saludo a unos invitados y otros amigos en la multitud hasta llegar a la mesa donde estaban sus padres ─¡Papá!

─¡Giorno hijo! Hasta que finalmente llegas─ se puso de pie para volver a abrazar al rubio ─Estoy tan orgulloso de ti, siempre supe que tu lograrías grandes cosas en tu vida, además esto solo es un paso para-

Lo alejó de los hombros ─¡¿Qué demonios con esta fiesta?! ¡Dijiste que te habías medido en los gastos! ¡Esto se parece bastante a lo que gastaste en la boda de ustedes!

─¿Enserio? Yo pensé que había gastado el triple en mi boda─ llevó una mano a su mentón recordando el momento ─¿Verdad Nori?~ nombró dulcemente al de cabellos rojizos

─Jeje─ fue más una risa incómoda ─Te entiendo por completo Giorno, yo también le grite el día de la boda, pero de todas formas no se puede cambiar nada─ suspiro resignado

─Se trata de mi único hijo, no veo razón para medirse en gastos─ se encogió de hombros

─¡Papá! ¿Qué pensarán mis amigos de mí?

En algún otro lado de la fiesta

─¡Waaoooo! ¡Pero mira esto Fugo! ¡Parece esto un palacio o algo así! ─ exclamó sorprendido mirando a todos lados los lujos que habían, estaba seguro que hasta la bebida que tenía en manos debía ser altamente costosa

─Cállate, debemos comportarnos, aquí debe ver gente de muy arriba ¿sabes?

─La comida debe ser deliciosa─ exclamó Mista mirando de lejos la mesa de bocadillos

─Mista... tu como siempre pensando solo en comer─ le jalo la mejilla al moreno

─¡Auch! Trish... ─ se quejó mirando a su novia, pero esta solo le dio una mirada afilada

─Bruno... no me habías dicho que sería un sitio así... pude verme puesto algo más decente─ dijo la pelinegra con leve vergüenza

─Y-Yo tampoco sabía cariño... ─ medio sonrió incómodo ─¡Oye Leone! ─ llamó la atención de este ─¿Por qué no nos dijiste que sería un evento así? ─ pregunto en un tono solo para que ambos escucharan

─¡Yo no sabía nada! Giorno me dijo que sería solo una fiesta simple─ respondió estresado por la situación, debía conocer a sus suegros, y ahora estaba en un evento que parecía de gala vestido como un completo idiota, si hubiese sabido se hubiera puesto un traje y no su ropa gótica casual

─¡Ey Giorno por aquí! ─ grito Narancia al notar no tan lejos al rubio

Una corriente eléctrica sacudió su cuerpo al escuchar ese nombre. [Leone]