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Al poco tiempo de su graduación logró conseguir un empleo en una reconocida morgue de Nápoles, estaba feliz por eso porque de esa manera ya no dependería totalmente de su padre y podría mudarse a otro lugar porque definitivamente ya no quería vivir con su madre, aunque aún tenía una semana libre puesto que empezaría la siguiente y justo coincidía con las dos semanas de vacaciones del peliplateado, era una buena oportunidad para aprovechar y pasar más tiempo juntos, claro, lo era hasta que cierta mañana recibió una llamada.   

Como se había vuelto una costumbre pasaba más días en el departamento de su pareja que en casa, era un domingo y había dejado su teléfono encendido y quien sabe dónde, la noche anterior había salido con unos amigos y llego tan agotado que ni siquiera se cambió de ropa, ni quito el maquillaje, solo se acostó y cayó en profundo sueño.  

─Giorno ve a contestar el maldito celular─ hablo soñoliento y molesto, al igual que el rubio había ido a aquel lugar de apuestas a pasar un buen rato con unos amigos y llegó después de su pareja, por eso mismo le molestaba que tan temprano estuvieran llamando ¡Mierda era domingo!   

─Mmmm…─ se quejó, pero no quiso levantarse, prefirió con la almohada cubrirse la cabeza   

─Giorno ni pienses que voy a levantarme─ volvió a quejarse, pero esta vez le quito la almohada al contrario ─Ni siquiera te quitaste el maquillaje anoche─ dijo mirando las sábanas y la almohada manchada de labial verde y base, se rio  

─Ummm ¿De qué te ríes? ─ abrió los ojos mirando la sonrisa burlona en los labios del otro  

─Ve a contestar el maldito celular─ siguió riéndose   

Gruño y se levantó a buscar el aparato, lo había dejado en la sala, pasando por ahí se miró en un espejo, oh mierda, por eso se estaba burlando, miro el móvil y noto que la llamada era de su padre, no podría contestar así definitivamente, volvió corriendo hasta la cama casi abalanzándose sobre el mayor ─¿Leo podrías contestarle por mi mientras me arreglo un poco?─ juntó las manos e hizo un puchero ─¡Por favor! ¡Por favor!─   

Casi se queda sin aire cuando el otro prácticamente se tiró sobre él, definitivamente no podría acostumbrarse a lo hiperactivo que era su novio ─Contéstale y ya, no veo el problema─ bufo   

─No, no, me veo terrible─ casi lloriquea diciendo eso   

─Entonces cuélgale─  

─Vamooooos, Leo solo unos minutos ¿sí?─   

─No─  

─Por favor─  

─No─  

─Pero─  

─No─  

─¡Solo!─ en ese momento termino la llamada   

─Listo ve a arreglarte o lo que sea, quiero dormir─   

─Pues entonces te vas─ se separó ahora sentándose en la cama con los brazos cruzados   

─¿Qué?─   

─Te vas a dormir a la sala─ dijo enojado   

Levantó una ceja confundido ─Oye esta es mi cama y este es mi depar─  

─¡Fuera!─   

Hizo una mueca de completo desagrado, pero el contrario a pesar de estar hecho un desastre por el maquillaje estaba enojado, muy enojado y no tenía cara de que iba a ceder ─Mierda─ susurró y salió de la habitación, que fue cerrada de un portazo apenas salió (Que dramático… ) pensó pero ahora estaba preocupado ¿Por qué carajos estaba preocupado por cuánto tiempo se enojaría y no más bien molesto porque lo botaron de su habitación, en su propio departamento?, bueno lo pensaría después era muy temprano para eso. Se dirigió al baño para tomar una ducha, agradecido de que no quedará dentro de la habitación, ya ahí noto lo bonito que se veía sus cosas junto a las del rubio, se sorprendía de lo muy rápido que se había acoplado a su departamento, sonrió de lado, se le pasaría el enojo rápido, seguro.   

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