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Tiempo después de eso y a pesar del incidente Giorno continuó yendo, y aunque continuaba teniendo roces con el gótico no lo vio como impedimento para pasar con sus amigos.

Con el tiempo, Leone se enteró de más cosas sobre aquella molestia, cosas como que su padre era un abogado muy reconocido y que al parecer era un niñato en cuna de oro desde antes de nacer así como buen alumno, cosas que obviamente en ese momento no tomó en cuenta puesto que Bruno se lo contaba pero él no tenía ninguna intención de llevarse bien con el rubio, su presencia le molestaba, lo hacía enfadar y querer sacar lo peor de él ¿eso era no?

No, probablemente eso no era, conforme pasaba el tiempo dejo de molestar e insultarlo (al menos ya no tanto como antes), supuso se llevaban mejor aunque continuaba siendo un engreído en todo su esplendor, se notaba, de lejos. En ese tiempo también, se enteró de que Mista ya tenía ¿novia?, eso era extraño, había escuchado que se llamaba Trish Una y parecía provenir, al igual que el molesto rubio de una cuna de oro, en todo caso le daba igual; sin embargo, eso al parecer hizo que el grupo se viera menos seguido, ya no solían venir mucho al departamento, o es que todos estaban ocupados por coincidencia. Un domingo de invierno, el único en ir fue Giorno, que venía con intenciones de conversar por el resto de la tarde con Bruno, este último había preparado café para esas horas, ambos parecían llevarse muy bien, y eso no le molestaba, mientras él estuviera escuchando música con sus audífonos sin que le molestara todo estaba bien, hasta que sonó el teléfono del departamento, no se molestó ni en abrir los ojos hasta que escucho a un muy preocupado Bruno decir

─ ¡Leone debo irme!

─¿Pasó algo? ─ se quitó el aparato de sus orejas rápidamente

─Es mi papá, no sé qué ocurrió pero está en el hospital, debo ir─ intento no sonar preocupado pero sí que lo estaba, hasta le costaba colocarse el abrigo y encontrar las llaves

─Puedo ir a dejarte en auto, si dese─ fue interrumpido

─No te preocupes, tomaré un taxi, Giorno lo lamento, si quieres puedes quedarte sé que Leone no intentara matarte ¿No es así?

Asintió ─No te preocupes, ve, cualquier cosa-

─Si, si, nos vemos─ salió casi corriendo del departamento

Se quedó un momento mirando preocupado la puerta de entrada ¿Realmente estuvo bien dejarlo ir solo?

─Espero no sea nada grave─ habló preocupado bebiendo un sorbo del café

Suspiro, había olvidado que Barbie se había quedado ahí. No dijo nada y volvió a colocarse los audífonos, preocuparse no serviría de nada, esperaría hasta que Bruno le llamara o algo. Cerró los ojos recostando su cabeza sobre el sofá, escuchó muy apenas unos pasos y supuso que la única persona además de él se iría, por el contrario este tomó asiento junto a él, no quiso darle importancia así que ignoró aquello.

Suspiro, dejó la taza de café en la mesa de centro y se acercó al albino quitándole los audífonos de la cabeza ─¿Qué escuchas?

Abrió los ojos quejándose en el proceso ─¿Qué crees que haces?

─¿Verdena? ─ dijo reconociendo casi al instante a la banda de rock, era muy popular en Italia ─Tienes buenos gustos musicales

─Tch, no te hagas él que sabe mucho, devuelvemelos─ dijo prácticamente arranchándoselos

─¡Yo también quiero escuchar! ─ se quejo

─Mierda, suéltalos, los vas a romper, además no podemos escuchar de aquí los dos ¿eres idiota o que?

Sacó del bolsillo de su polera unos audífonos de cable ─ ¿Qué tal en estos? ─ dijo con una media sonrisa

Gruño pero los tomo, dejo los suyo de lado y conecto los otros a su celular ─Ten, ahora deja de molestarme─ le dio uno del par para volver a recostarse