⛓️Chica Indecente⛓️

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—¿Ya están listas?

La voz de mi padre se hizo presente en mi habitación en cuanto él habló cerca de la puerta.

—Un momento.

Habló mi madre mientras me miraba a través del espejo que se encontraba frente a nosotras, pude ver su sonrisa adornando su rostro en cuestión de segundos, la cual no tardé en corresponder poniendo una mano encima de las suyas que me tomaban suavemente por mis hombros descubiertos.

—Te ves tan preciosa y radiante como una estrella, mi pequeña.

La pequeña sonrisa que tenía en mis labios se expandió antes de girarme sobre mis propios talones y abrazar a mi madre. Su perfume a rosas golpeo mi nariz recordándome a mi infancia que a veces pienso que pasó tan rápido que quisiera volver a repetirla. Los brazos de mi madre no tardaron en rodearme, sentí un calor en mi pecho agradable cuando mi madre depositó un beso en la raíz de mi cabello. Me solté rápidamente de mi madre en cuanto ella comenzó a hacerme cosquillas como cuando era pequeña. La habitación se llenó de risas antes de estar en silencio unos cuantos segundos al entrar mi padre y seguido de él, mi hermano. Mi madre y yo de inmediato nos enderezamos mientras ambas nos mirábamos cómplices, por otra parte, mi padre se mantuvo quieto en el marco de la puerta con una expresión seria al igual que mi hermanito que es una mini versión de él.

—¿Había una guerra de cosquillas y no nos invitaron? —salieron las palabras de mi padre ofendido y casi suelto una risa al verlo con una de sus manos en su pecho mientras que Cameron nos miraba con los ojos entrecerrado—. Eso es un agravio para ambos y eso se merece un castigo.

Unas sonrisas se formaron en sus labios antes de ir contra nosotras y empezar a hacernos cosquillas, podía sentir como mi hermano me hacía cosquillas al igual que papa a mamá. Pude ver cómo mis padres a pesar de los años se seguían viendo de manera única, con tanto cariño a pesar de que mi madre esté casi desecha por las cosquillas.

—Ya. Es hora de irnos. Tenemos que ser puntuales —habló mi madre separándose de mi padre.

—Lo que diga señora Hawk —finalizó mi padre haciendo un saludo militar que me hizo reír a mi madre que le dio un golpe en el hombro con su puño.

°°

—Recuerda ser amable, cariño.

Susurró mi madre, yo solo me limité a asentir mientras miraba a todos y a cada uno de los invitados a la ceremonia anual de las empresas más poderosas de todo el país. Mentiría que quería salir corriendo, podía querer muchísimo a mis padres, pero esto en ocasiones me supera. Yo quería estar en la casa acostada en mi cama viendo una serie en Netflix con mi hermano o hablando por teléfono con Susy sobre los idiotas que son los hombres. Sí, mi amiga está en casi depresión por haber terminado con su "casi algo". Yo le dije que no se metiera en ese terreno, que los casi algo son los que más dueles, pero mi amiga estaba segura de que él era el hombre que la haría feliz, y mírenla ahora. Llorando abrazada al oso panda que el regalo hace un par de semanas atrás. Según mis ideas entre más grande te regalen un peluche, más grandes los cuernos. Obviamente no le dije aquello a mi amiga, no quería verle llorar más.

Debería de preocuparme por ella, pero la verdad es que se enamora cada semana, de hecho, se me hizo muy extraño que ella durara más de una semana con un chico, pero, en fin. No soy nadie para juzgar.... Pero si para criticar. Por ejemplo, aquella señora de cabello negro de vestido purpura largo se ve extremadamente ridícula con ese sombrero gigante en la cabeza, se lo pasaría si estuviéramos a la intemperie, pero estamos en un lugar cerrado y es de noche. Las modas son cada vez más raras.

Caminé al lado de mis padres y de mi hermano hacia la mesa que nos ha sido signada esta noche, podía ver a cada una de las personas que interrumpían sus pláticas e incluso dejaban de beber de sus copas para dirigir sus miradas hacia mis padres y a mí. Sentí como mi padre aprisionó un poco más mi brazo entre el suyo, sabía que significaba aquella señal. No debía de poner los ojos en blanco, mi padre sabía que odiaba como las personas nos miraban cada vez que nos aparecíamos en familia. Sentí mis músculos tensarse en cuanto varios empresarios le daban un golpe discreto a sus hijos para que me voltearan a ver, ellos obedecían de inmediato y me sonreían como todos unos modelos de dentífrico. Como si no supiera que solo quieren los ingresos y propiedades de mi padre. Idiotas. Al parecer no era la única que le fastidiaba como me miraban los hombres, sino que también a Cameron que bufó antes de aproximarse a mí y tomar mi mano, sonreí ante sus celos.

Fragmentos ExóticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora