¿Me Tienes Ganas O Por Qué Siempre Me Jodes?

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—¿Qué?, ¿Acaso la pequeña hormiga va a llorar? —preguntó burlón—. Se nota que eres patética.

Apreté mis puños que estaban a mis costados, él sabe cómo hacerme enojar y está llegando a mi límite.

—Mejor vete a llorar al baño, ¡Vamos vete a esconder, topo! —no aguanté más, me giré a verlo él borró su sonrisa un poco y dio un paso hacia atrás.

—¿Asustado? —le pregunté caminando a pasos seguros hacia su dirección, él estaba retrocediendo, dio un paso hacia atrás tropezó con la silla cayendo sentado, sin decir nada me senté arriba de su regazo con mis piernas a sus costados.

—¿Qu-que ha-haces? —tartamudeó.

—Te voy a demostrar que tan niña soy —dije con una ligera sonrisa para después atraerlo hacia a mí y besarlo.

•••

Atraje hacia mi rostro para besarlo, vamos a ver quién termina siendo más débil, tardó un par de segundos en corresponder, pero al final lo hizo podía sentir como algo en su pantalón crecía cada vez más, mi plan estaba funcionando, separé nuestros labios para acercarme a su oído y soltar un jadeo que él solo podría escuchar, eso fue lo que bastó para que tuviera una erección notoria, me levanté de su regazo mirándolo burlona.

—¿Ahora quién debe de esconderse? —pregunté para después ver a sus amigos y guiñarles un ojo.

—¿Quieres jugar rudo...? ¡De acuerdo esto es la guerra!

—¡Primero baja eso y luego veremos! —caminé meneando más mis caderas a propósito.

•••

—¿Qué?, ¿Acaso tienes miedo? —cuestionó y lo miré fastidiada.

—No te tengo miedo y lo sabes perfectamente —tomé mi mochila para salir de ahí, pero me bloqueó el camino—. Te podrías mover —ordené más que pedir, él solo sonrió de lado para negar con la cabeza.

—No... No me quitaré ya te has escapado muchas veces, pero hoy no —con un movimiento rápido cerró la puerta del salón y me tomó a mí pegando mi espalda a la puerta.

—Oye que te p... —no pude terminar la oración cuando sentí sus labios sobre los míos posesivamente, él posó sus manos en mi espalda baja pegando nuestros cuerpos, no sé por qué, pero correspondí el beso, lo tomé por el cuello acercándolo todo lo posible que se pudiera para seguir el beso, no habría vuelta atrás y si la hubiese no la tomaría... Lo deseaba, aquí y ahora.

Fragmentos ExóticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora