🌌Shot Glass Of Tears III🌌

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Cuando posó sus labios sobre los míos sentí un nudo en el estomago que se disipó de inmediato cuando él comenzó a mover sus labios sobre los míos. Yo sin tanta objeción le correspondí el beso que demostraba todo lo que sentíamos. Anhelo, dolor, nostalgia, amor, decepción. Todo lo que sentía por él lo expresé cuando lo besé. Sus labios eran una carica para los míos, me besaba como si fuera algo delicado, algo que podía quebrarse en cualquier instante o que se pudiera escapar de él. Su cuerpo se pegó al mío por completo sin dejar algún espacio de intermedio en los dos. Conforme el beso avanzaba me quedaba sin oxígeno, pero sin ganas de separarme de él. Pude sentir el deslizar de su mano derecha desde mi pierna hacia mi cadera, pasando por mi costado. Dio una suave caricia a mi clavícula antes de enterrar su mano en mi cabello que aún estaba un poco húmedo e inclinó mi cabeza hacia un lado para profundizar el beso.

Me aferré a sus bíceps al sentir que se abría espacio con su lengua en mi boca. Mi cuerpo se echó un poco hacia atrás, pero él no me dejó separarme. Él siguió mis labios con los suyos su mano izquierda bajó hasta mi cadera y me pegó a su cuerpo. Podía sentir como mi corazón latía cada vez más deprisa, tuve un poco de miedo al ser descubierta cuando él se separó de mis labios y bajó sus besos hacia mi mandíbula hasta llegar a mi cuello donde pude escuchar su risa ronca.

—Aún te ponen nerviosa mis besos, eh.

Dijo un tanto burlón jalando sutilmente mi cabello haciendo que elevara la cabeza y le diera más exceso a mi cuello. Mi piel se erizó al sentir como inhalaba y exhalaba cerca de esta.

—¿Quieres?

Su pregunta me hizo bajar un poco de la nube en la que me encontraba. Bajé un poco mi cabeza y mi saliva se atoró cuando me vio a los ojos con la pupila dilatada. Sabía a que se refería, él siempre preguntaba antes de hacer algo. Yo solo asentí un poco y como si él estuviera esperando esa respuesta una sonrisita de lado apareció en sus labios.

—Lo que la dama pida.

Dicho aquello él no se hizo esperar, nos enderezó en la mesa y me tomó por ambos muslos alzándome de la superficie fría.

—No es de que sea nada tentador hacerlo en la mesa, pero prefiero ahora la comodidad de una cama, amor. Para la próxima lo haremos ahí si así lo deseas.

No sabía si esto era real o era un sueño de donde no quería despertar jamás, pero supe que esto era real cuando él me bajó a la cama con cuidado, con tanto cuidado que mi corazón se hizo pequeño. Había extrañado tanto como era tan delicado conmigo. Lo extrañaba tanto, pero lo romántico se fue al carajo cuando fue hacia la puerta y la cerró con seguro, apenas y si pude parpadear para cuando lo tenía enfrente de mí quitándose la musculosa. Como si él fuera agua bebí la vista que tenía frente a mí. Mierda no me acordaba que tenía buen abdomen. Dejé de ver su abdomen cuando él se subió a la cama quedando cara a cara conmigo y sonrió genuinamente.

—Te extrañé mucho, linda.

Dijo depositando un suave beso en la punta de mi nariz, lo había dicho de una manera tan tierna que lo quise comer a besos. Iba a decirle que también lo había extrañado cuando sacó su dualidad y ahora estaba comiéndome la boca. Mi respiración se atascaba cada vez que acariciaba mi cuerpo como si nos hubiéramos separado una eternidad. Podía sentir como amasaba mis muslos y mis glúteos a su antojo mientras me besaba, lamia y mordía mi cuello. Joder, no lo recordaba tan salvaje.

—Perdón. Estoy algo reprimido, amor. ¿Crees poder soportarlo?

Preguntó bajito besando la marca que de seguro será morada en unos cuantos minutos.

Nombre mijo, usted no pregunte. Usted hágalo, mis padres no criaron a una cobarde, yo puedo con usted y no en una pelea.

Pasé saliva cuando lo vi jugar con la playera que tenía puesta. Creo que no voy a poder caminar después. Yo solo asentí. Su sonrisa se agrandó y sin esperar demasiado alzó la playera hasta mi obligo, pude ver como respiro hondo como si quisiera controlarse un poco, dejé de ver lo que estaba haciendo cuando comenzó a descender. Mi mirada se quedó en el techo de la habitación, mi mente después de tanto al fin estaba en blanco, no pensaba en nada, solo sentía como sus manos bajaban lentamente mi ropa interior hasta que la quitó por completo de mi cuerpo. Tomé un respiro profundo cuando sentí como sus manos rodeaban mis tobillos los cuales separó para abrirse espacio entre mis piernas. Me acomodé mejor en el colchón cuando colocó mis piernas en sus hombros y sus manos tomaron mis caderas y las acercó a su cara.

Mi espalda se arqueó cuando sentí como dejó un suave beso en donde necesitaba su atención, mi reacción pareció animarlo ya que apenas y si pude respirar cuando enterró su cara entre mis piernas. No pude evitar abrir la boca y emitir sonidos cuando empezó a lamer, besar y a jugar conmigo. Una de mis manos aterrizó en su cabello y tiré de él para apartarlo, pero solo gané un gruñido de su parte antes de que me atrajera más de las caderas hacia su cara y besara con más ímpetu. Mi espalda incontables veces se separó del colchón, pero cuando una de sus manos dejó mi cadera para guiarla hasta mi entrada donde separó los labios y hundió su lengua no pude evitar separar por completo mi espalda del colchón y tirar de su cabello.

Trataba de mantener los ojos abiertos mientras veía como su cabeza se movía entre mis piernas de manera salvaje. Tiré de sus rizos cuando introdujo un dedo en mí y empezó a bombearlo. Eché la cabeza hacia atrás emborrachada de su toque. Dios, la primera vez que habíamos hecho esto había sido muy suave, nada que ver con ahora. Podía sentir como introdujo dos dedos los cuales abría dentro de mí para poder meter su lengua y jugar. Su lengua continuamente pasaba de estar dentro de mi a estar en mi clítoris el cual maltrataba a su antojo. Estaba a nada de explotar en cualquier momento. Estaba tan distraída en lo que sentía que no me había dado cuenta cuando él bajó mis piernas de sus hombros y las abrió lo más que pudo. Sentía mi garganta seca de tanto maldecir, gritar, lloriquear, gemir y jadear.

—Que linda te escuchas amor. Vamos dame más de esa voz. Quiero escucharte un poco más.

No pude más. En cuanto lo escuché hablarme de manera ronca, ver su cabello café rizado echo un desastre y ver como relamía los labios. Un pequeño gemido salió de mí antes de liberarme por completo. Cansada dejé caer mi cabeza, me sentía mareada de buena manera ahora. Cerré los ojos cansada, pude escuchar su risita seguido de un "bien hecho amor, me dejaste empapado". Solo pude sentir como él se levantó de la cama, escuché una puerta siendo abierta y a los pocos segundos había vuelto él, lo sabía porque se hundió la cama bajo a mis piernas abiertas. Mi cuerpo pegó un ligero brinco y solté un lloriqueo al sentir algo húmedo entre mis piernas.

—Lo siento amor. Sé que está fría pero debo limpiarte un poco.

Él solo se dedicó a limpiarme con cuidado a la vez que acariciaba mi muslo desnudo dando pequeños círculos con su pulgar. Estaba quedándome dormida cuando sentí un beso en mi frente que logró hacer que abriera los ojos.

—Te amo —dijo con una pequeña sonrisa que me contagió.

Ay, ni parece que me acaba de dejar más marcada de carne de supermercado empaquetada.

—Descansaremos media hora y luego seguimos, ¿va? —preguntó acostándose a mi lado, sus brazos no tardaron en rodearme—. Quiero poner en practica unas posiciones que dicen que llegas más profundo.

Una risa se escapó de mis labios al escucharlo emocionado ante su idea, mi risa lo contagio a él y de la nada la habitación que minutos atrás se escuchaban gemidos y quejidos se llenó de risas escandalosas. Las risas cesaron después de unos minutos y me atrajo más a su pecho, pero él se alejó un poquito.

—¿Por qué estás temblando? ¿Tienes frío? —preguntó viéndome con un poco de preocupación.

Yo solo sonreí negando con la cabeza mientras le acariciaba la mandíbula.

—No. Es que siempre tiemblo cada vez que te veo —sonreí—. Tiemblo de emoción, felicidad y amor. Te amo —dije depositando un beso en su cuello. Él solo sonrió acurrucándome en su cuerpo murmurando un "te amo".

"Yo no le tengo miedo a nada, pero todavía no me explico por qué tiemblo cada vez que te veo

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"Yo no le tengo miedo a nada, pero todavía no me explico por qué tiemblo cada vez que te veo."

—Jaime Sabines.

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⏰ Última actualización: Dec 25, 2023 ⏰

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