4.- La prueba final.

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 —Hey, despierta —le sacudió el cuerpo Einar al novato. El joven abre los ojos y se levanta lentamente—. ¿Cómodo? —se refirió a su nueva cama.

—Si, pero no pude dormir por los ronquidos de Thoros —voltea a verlo y el grandote le dirigió una mirada que cavó su propia tumba—. Mentira, dormí muy bien.

—¡Novato! —gritó Ingrid— Vamos a buscar unas manzanas con Baldur, ¿vienes?

Sven se abrigó con la piel de lobo y acompañó a los dos berserkers amigos.

—¿Y?, ¿estás preparado?

—¿Para qué? —replicó Sven mientras mordía una manzana roja.

—¿No sabes cuál es la última prueba? —interrogaba Ingrid sorprendida.

—Espera —comentó Baldur—, que sea sorpresa. Supongo que Einar quiere que se sorprenda.

—E-Esperen, ¿es muy peligroso?, ¿qué tengo que hacer?, ¿voy a...

—Novato —interrumpió la mujer pelirroja—, no te vas a morir hoy, te lo aseguro.

Como unas dos horas después, Einar aclara su garganta y le dirige unas palabras a su manada.

—Gente, escuchen. Este es el primer novato que aceptamos en esta vida berserker. Realizó algunas pruebas, y creo que es digno. Pero, hay una última cosa, una última misión.

—¿Y cuál es esa misión, mi querido alfa? —cuestionó sarcásticamente Loki mientras frotaba sus manos con tentación.

—Es... ¡Enfrentar al oso de las cavernas! —de repente todos los berserkers gritaron y golpearon sus vasos contra la mesa, pero Sven no emitía ningún sentimiento.

—¿Oso de las cavernas?

—El oso de las cavernas es un vecino nuestro, y nuestro gran enemigo. Al otro lado de la montaña, en una siniestra cueva, yace el "temible oso de las cavernas". Viudo y con sus hijos muertos, esta feroz criatura solitaria puede destruir a su presa en tan solo cinco segundos.

—¿Q-Q-Que? ¡Esperen! —se desesperó Sven ante todo el griterío y barullo—. ¿Ustedes asesinaron a la mujer y los hijos del oso?

—No —respondió sin dudarlo Einar—. Nosotros no fuimos, fueron los estúpidos vikingos de las aldeas. Sin embargo —cambió su tono—, aunque no queríamos una enemistad con este monstruo, hace dos meses le juramos una muerte dolorosa a ese imbécil.

—¡¿Qué?! —precipitado, no entendía nada—. No entiendo, ustedes no le hicieron nada.

—Él sí... —se interpuso Einar. Esta vez su tono grave y serio se tornó melancólico—. Antes de que vos llegaras, había un miembro más en esta manada —Sven se encontraba absorto escuchando el relato del alfa, viendo como se ponía más triste y su voz se iba quebrantando mientras contaba—. Völk, era mi hijo... Era joven y muy talentoso. De la nada, un día me dijo que iba a ir a cazar, y que iba a volver con la cena. Pero nunca llegó...

Einar bajó la cabeza; y Sven miraba a los de la manada para darse cuenta de que la historia era real. A Ingrid se le caían las lágrimas y está sonrojada. Loki lloraba demasiado y ocultaba su rostro detrás del hombro de Axe. De hecho, Thoros se encontraba muy triste.

—En su búsqueda nos topamos con aquel oso gigante —continuó—. Y pude ver alrededor de su colmillo el collar de mi hijo. Estaba quieto, y pálido, no sabía qué hacer. Si no fuese por Ingrid, hoy sería la mierda del oso en algún lugar del bosque.

Ingrid miró sonriente a su alfa y este la miraba de forma orgullosa.

—Te entiendo —habló Sven cabizbajo, interrumpiendo quizás el momento más triste en la vida de un salvaje—. No sé quién asesinó a mi padre, pero siento una gran furia desde el primer minuto que sabía que no volvería. Pasé un infierno con esa estúpida familia de mierda, que me usaban como si fuese esclavo —ahora Einar escuchaba atentamente al niño—. Pero eso me trajo hasta aquí. Creo que el destino quiso que me encontrara con ustedes. Y hoy me convertiré en un berserker.

La Senda SalvajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora