BinSan: Ni siquiera me gusta el café.

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Dedicado a gorgeousbin.

La lluvia caía con fuerza sobre él, Sanha corrió tratando de no mojarse más de lo que estaba, vislumbró una pequeña cafetería delante, aceleró el paso y entró buscando refugio.

El sonido de la campana anunció su llegada, vio a su alrededor, sólo había unas cuantas personas dentro, buscó una mesa para sentarse y escogió una del lado de la ventana.

Un camarero se acercó para entregar el menú y se alejó para que lo leyera de manera tranquila.

Sanha lo hizo, abrió el menú y revisó las bebidas, la mayoría de ellas tenían cafeína, era de esperarse, arrugó su nariz, no era fan del café, no importaba en que presentación estuviera.

Escuchó el sonido de la campana, alguien más había llegado, Sanha subió la mirada por reflejo, había un chico alto en la entrada, vestía una sudadera holgada que cubría su cara. El desconocido sacudió su cabeza como un cachorro intentando sacar el agua de su cuerpo, le pareció un gesto adorable viniendo de un tipo tan grande y corpulento. Luego bajó el gorro y mostró su rostro, fue ahí dónde su mente se detuvo por un momento.

Dios… este chico era realmente atractivo, con mirada felina, una nariz de botón, labios delgados y mandíbula afiliada.

Sanha era consciente de que él era guapo, no era arrogancia, era una realidad, y podía reconocer cuando otra persona era atractiva sin ningún problema, y este chico entraba totalmente en sus estándares.

El desconocido alzó la vista, su ¡irada se cruzó con la de Sanha, entonces notó que estaba viendo de manera poco discreta a un extraño, debía parecer un bicho raro, desvió la mirada nervioso.

El hombre caminó en su dirección, Sanha se tensó ¿Venía a preguntar qué tanto miraba? Sin embargo, nada de eso sucedió, el chico se sentó en la mesa frente a él, ambos quedaron cara a cara pero en mesas separadas.

El guapo desconocido no le dio una segunda mirada, sólo se dedicó a ver la lluvia caer a través de la ventana. El reflejo de las gotas se dibujaban en su cara y le daban un aspecto irreal, Sanha sentía que estaba viendo una pintura.

El mesero regresó para preguntar ¡u orden, aún no tenía nada, pero si no ordenaba ahora se darían cuenta que había estado más ocupado viendo al hombre frente a él que el menú en sus manos, ordenó lo primero que vio en la carta, agradeció que su tartamudeo habitual no hubiera salido o sería demasiado vergonzoso.

El camarero tomó la orden y se acercó a la otra mesa.

—“¡Hey, Bin! Pareces un cachorro mojado”—su tono fue casual mientras se dirigía al otro, parecía que estaba familiarizado con el cliente.

Bin sonrió con todos sus dientes, era una bonita sonrisa —“Escucho eso a menudo cuando termino empapado”—su voz era suave y ligera, Sanha se sorprendió, no esperaba que su voz fuera tan dulce dada su apariencia —“Tráeme lo de siempre, quiero calentarme un poco”.

El camarero asintió y se despidió con una sonrisa. Regresó al poco tiempo trayendo dos bebidas, se acercó a Sanha y dejó su bebida en la mesa, y luego fue en dirección de Bin y le entregó la suya.

Sanha abrió los ojos ligeramente al ver ambas bebidas, eran las mismas, una extraña coincidencia que había surgido por su nerviosismo.

Bin pareció notar el mismo detalle, sonrió en dirección de Sanha y alzó su taza como un gesto de reconocimiento, su corazón latió rápidamente, tomó su taza y respondió con el mismo gesto al no saber que hacer.

Bin sonrió más ampliamente y comenzó a tomar su bebida, su expresión se llenó de placer cuando el líquido pasó por su garganta y soltó un suspiró cuando terminó.

ASTRO: One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora