Nuestra poesía prohibida [Mollibby] [Molly x Libby]🖤[The Ghost And Molly Mcgee]

HABIA UNA VEZ, UN SENTIMIENTO...

continuara...La gente dice que amarte es un pecado. Si por quererte voy a ir al infierno, que sea contigo siempre.

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HABIA UNA VEZ, UN SENTIMIENTO...

Cuando Molly llegó al pequeño pueblo de Brighton, no tenía muchos amigos; hasta que conoció a un pequeño ser; una masa amorfa y llena de odio que se hacía llamar su amigo "PARA TODA LA ETERNIDAD", (literalmente): Un fantasma gruñón que siempre pensaba en comer. Pero, la que cambió su vida para siempre, fue su amiga incondicional, Libby. Han sido amigas desde entonces. las más cercanas, sin exagerar. Han pasado los años, ellas ahora tienen 16 años, y tanto sus cuerpos como sus sentimientos han madurado considerablemente, formándose más que una simple amistad entre ambas.

No sabían que su amor, ante los ojos de los demás, y, sobre todo, ante los ojos del pasado sería considerado un horrible pecado...

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Pasos y gritos se oían por las calles de Brighton.

Macarrones con queso, !!con litros y litros de queso fundido!! ¡¡igual nachos y papas con aderezo!! Cielos, de tan solo imaginarme una combinación de todo lo antes mencionado mi apetito incremento de manera bestial —. Gritaba una voz, entremezclándose con el aire áspero, y el clima para nada agradable de la mañana.

Aquello que se oía a lo lejos sonaba nada amistoso, con un tono de voz tan irritante que haría sangrar los tímpanos a quien sea que estuviese cerca. Se hacía cada vez más presente al mismo ritmo de los pasos que avanzaban por las calles.

La voz, Ansiando ser correspondida, sin recibir respuesta alguna a sus culinarias peticiones, se quedo callada unos momentos para posteriormente seguir con sus extrañas y asquerosas peticiones.

Los Gritos se fueron intensificando conforme iba avanzando entre las tiendas que aun tenían el cartel de "cerrado", puesto que aun era demasiado temprano para darle la bienvenida a los clientes.

Muchos pensarían que aquella voz que se escuchaba entre la niebla, despertaría a más de una persona con tan estridentes gritos, pero eso no sería un problema, dado que nadie más podría escucharlos; bueno, excepto una persona: una persona que durante cierto tiempo habría respondido sin hacer tanto rodeo, pero que a día de hoy y tras haber convivido con aquel irritante vozarrón, durante más de tres años, ya no le tomaba tanta importancia (al menos a la mayoría) a lo que tenía que decirle.

Entre pequeñas pausas y gritos ajetreados, la voz espectral, seguía los pasos que parecían ser de una persona, una persona que caminaba con mucha prisa.

Con tono frustrado, y al ser ignorado por más de tres cuadras, la voz fue cambiando su tono a uno más lúgubre e infernal sin previo aviso, Gritando mucho más fuerte sin piedad y compasión, de todas formas, solo aquella persona era capaz de escucharla.

Todo era para que aquello que perseguía se detuviese o, mínimo, le hiciera algún gesto en forma de respuesta; aunque fuese de desinterés.

—!!Molly McGee!!!

Para su fortuna, lo que estaba intentando alcanzar se detuvo tras aquel grito, quedándose inmóvil.