Capítulo 2

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A la mañana siguiente Naota salió de su casa a las 9 de la mañana, hacía un buen día, estaba soleado y se podía notar el contraste de la luz del sol con su casa, Naota se quedó mirando hacia ella por unos segundos.

Hacía calor hasta tal punto de ser bastante fastidioso y tenía que ir de compras, ya que a fin de cuentas era domingo.

-Buenos días….

-¿Qué es esto? ¿Por qué demonios tenemos que salir a la misma hora? – Dijo Naota bastante irritado.

-Yo tengo que abrir la florería genio, ¿Qué hay de ti? – Fusako cruzo los brazos con una mirada un poco indiferente

-No es asunto tuyo.

Tanto Naota como Fusako se limitaron a caminar por el mismo camino con una distancia considerable, no decían ninguna palabra, simplemente caminaban, se sentía como latía el corazón de ambos rítmicamente, paso a paso, con cada segundo más que pasaba.

Naota y Fusako se separaron en la avenida principal, cada uno iba a un lugar diferente, Naota se fue a la izquierda y Fusako a la derecha.

Fusako, al llegar a su tienda, empezó a acomodar los arreglos y a ponerse el uniforme, por otro lado, Naota se encargaba de escoger productos para poder llevarlos a casa.

-Me pregunto cuál es su problema conmigo- Dijo Fusako para sí mismo mientras acomodaba unas semillas en una de las repisas de arriba del mostrador – Me habla como si yo le hubiera hecho algo malo, sé que soy un poco majo pero tampoco es para que me diga… ¿Princesita? – Se notaba como llamas empezaban a salir de sus ojos, mientras apretaba las semillas con sus puños con toda su fuerza, proyectando su enojo- Ese idiota… ¡AH Maldita sea! – Empezó a agitar su cabeza con sus manos entrelazadas en su cabello – ¡¿En qué estoy pensando?! ¡Su personalidad retorcida no es mi problema! Si, así es, no es mi problema. – Fusako soltó una pequeña pero extraña risita y se dedicó a continuar con sus labores.

 Horas después, Naota por fin había podido finalizar sus desdichadas compras, aunque tenemos que admitir que se la pasaba probando las pruebas gratis del súper mercado. Cuándo salió, sin darse cuenta dejo caer las llaves de su casa y siguió caminando hasta llegar a aquella avenida dónde se separaron, se quedó pensativo un poco, mientras miraba el azul de cielo y el pasar de los carros.

-Supongo que debería pedirle disculpas- Pensó

Naota se propuso, y se encaminó hacia la florería, a paso lento, pero decidido, iba a aclarar las cosas, sabía que si seguía así tendría problemas en el futuro ya que no sabía casi nada de él, más que su nombre y su dirección,  o tal vez simplemente extrañaba una buena compañía para días como estos.

Cuándo Naota llegó a la florería, se detuvo unos instantes frente a aquella puerta de vidrio, con el arrepentimiento comiéndole los talones decidió abrirla de golpe con la campanita anunciando su llegada de forma muy indiscreta,

-Miren a quién tenemos aquí. ¿Para qué has venido?-Dijo Fusako con una sonrisa burlona adornando su cara.

En lo más profundo del deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora