7
Fusako fue despertando poco a poco en la camilla de la enfermería escolar.
-¿Q-qué ha pasado?- Se preguntó a sí mismo en voz alta, y soltó un quejido al sentir el dolor de las heridas por todo su cuerpo, que al parecer ya estaban curadas y tratadas.
-¿Qué quiere decir con eso? ¡Es inaceptable! – Se escuchaba al otro lado de la habitación. - ¡Quiero que expulsen a esos malnacidos!
-¿R-Rintarou?- Abrió sus ojos sorprendidos mientras miraba a Rintarou salir de aquella cortina color durazno situada a un costado de él.
-¿Estás bien? –Dijo, mientras se hincaba para estar a la altura de su rostro golpeado. – Haré que paguen lo que hicieron, lo prometo.
Rintarou igual tenía moretones en el rostro y en los brazos, pero de menor grado.
-Estoy bien, hermano... ¿Cómo llegué aquí?-Bajó la mirada.
-Una compañera tuya me llamó a la florería porque decía haberte visto acorralado por un montón de brabucones en el baño.- ¿Cómo supo su número? –Descansa, volveré por ti en un par de horas.- Sonrió y se fue alejando por la puerta lateral. No dije nada.
Todas las esperanzas están cayendo y siendo pisadas, cual hoja en otoño.
¿Por qué las pisotean?
Pasó un mes, era lunes.
-¡Hey! ¿Tienes los apuntes de la clase pasada? – Llegó por la espalda de Fusako una simpática chica de su salón, era pequeña, 1.56 cm, delgada, tenía un cabello negro hermoso que le llegaba a los hombros con las puntas para adentro, una tez pálida y ojos verdes. ¡Un tesoro!
-Hola Saori-chan, tiene tiempo que no has pasado por aquí. ¿Cómo estás? –La volteó a ver con una sonrisa y después metió la mano en su mochila para sacar aquellos apuntes- Ten, devuélvelos cuando puedas. –Volvió a sonreírle.
-¡Gracias, Fusako-kun! Me has salvado de reprobar de nuevo... -La pequeña chica dio un suspiro de alivio y de la nada Fusako comenzó a reír por unos segundos para después darle unas palmaditas en su espalda. Se paró frente a ella y la agarró de los hombros para que su rostro estuviera a su altura.
-No te preocupes, Saori-chan, eres mi mejor amiga, no lo agradezcas. Por otro lado, ¿Cómo estás? No te había visto desde la mañana. –Siguieron caminando por un pasillo del tercer piso del edificio norte.
-¡Llegué tarde! Tuve que venir corriendo, ¡Y para colmo cerraron el metro!
-Calma, calma. Parece que te ha hecho bien correr desde allá. ¿Has bajado de peso?
-¡Hey! –De dio un golpe de disgusto en el hombro.
-De todas formas, estoy muy feliz de que hayas llegado, no sé qué haría sin ti.
-Fusako-kun.
-Dime.
-A-alguien nos está viendo extraño desde el patio de la escuela- Saori estaba ligeramente asomada por la ventana a un costado del pasillo.
-¿A qué te refieres?
-Mira- Lo tomó del brazo y le señaló a la persona de forma discreta.
Su corazón se comenzó a acelerar, se puso nervioso. Rápidamente volvió a ver por la ventana y aquella misteriosa persona ya no estaba.
-¡Saori-chan! ¡¿Qué hora es?!
-¡¿Eh?! ¿Volverás a ir a la azotea? ¡Estoy harta de eso!...
-Perdóname.
Salió corriendo. ¿Por qué regresó?
_________________________________________Mucho tiempo inactiva..... Ya subiré Coming Back >:D ¡Prepárense!
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En lo más profundo del deseo
RomanceNaota era un chico japonés de 17 años que tenía problemas con sus padres, su rutina repetitiva lo lleva a ser indiferente. Un día, Naota conoció a un chico llamado Fusako, que cambiaría su vida y su forma de pensar para siempre.