Capítulo Dos: La llegada.

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Apenas vi esa figura que me atormentó, se me cruzaron tres ideas por mi mente: La primera era ir hasta la casa de Duncan, la segunda era ir en busca de una linterna (que se encontraba en la cocina) y la tercera era correr hacia mi habitación que no quedaba muy lejos que digamos.

Decidí optar la tercer opción ya que la primera era muy peligrosa a mi parecer porque no había luz en toda la calle ni en el vecindario y la segunda no me convencía ya que debería pasar por el pasillo nuevamente en donde visto esa figura extraña.

Cuando entre a mi habitación lo primero que hice fue llamar a Duncan, intenté varias, pero el no me atendía. Luego llamé a mi tia con esperanzas de que responda a mi llamado, pero no me atendió.
 
Ya no sabia que hacer, estaba cada vez más aterrorizada, pensé en que hacer pero no se me ocurría nada, mis dos personas con las que podía contar no respondían a mis llamados.
Hasta que se me ocurrió una gran idea, llamar al 911.

-Hola ¿si? 911- Dijeron.

-Hola, soy Yelena Levy- Les dije.

-Bueno Yelena, ¿Qué ocurre?- Preguntaron.

-Acabo de ver una persona que está dentro de mi casa, temo que sea un asesino, ya que aquí no hay luz- Les expliqué.

-Bueno Yelena, dime tu ubicación- Dijeron.

-Si, es....- (Se cortó la llamada antes de decirle la dirección)

En un instante no escuché más nada, ni un ruido de fondo, ví el teléfono y estaba completamente apagado. Estaba muy asustada, ahora si que no sabia que hacer, así que pensé en algo que no me convencía del todo, ir a la cocina a buscar una linterna.
  Entre a la cocina y busque una linterna desesperadamente, no la encontré porque estaba todo oscuro, pero me acordé de la luz de emergencia que estaba sobre el mueble de los platos. Agarré una silla y me subí sobre ella para buscar la luz de emergencia, la encontré con la linterna al costado, llena de tierra y polvo, me dio alergia y no paraba de estornudar, pero lo bueno era que tenía la luz y ya podía estar iluminada la cocina.
Corri hacia la habitación con la luz emergencia encendida y casi llegando a mi habitación, se me cerró la puerta en la cara. Desesperada sin saber a donde ir, salí de ahí lo más rápido que pude, en esos tiempos sufría de estrés, así que fui a la cocina por agua ya que cada vez que me pasaban muchas cosas en cortos plazos de tiempo se me secaba la boca y la garganta se me cerraba impidiendome respirar. Agarré una botella de agua y corri hacia la habitación de mi tia, entre, cerré la puerta lo más rápido que pude, le erré a la llave muchísimas veces a causa de la desesperación que estaba pasando en ese momento, y me acosté en su cama, empezaron a golpear muy fuerte la puerta y forzaron la manija de la puerta, yo sentía que en cualquier momento tiraban la puerta abajo. En un momento sentí como unas manos frías, con dedos y uñas largas que salían del respaldo de la cama de tia, me acariciaban el pelo hasta llegar a mi cuello, cuando de repente volvió la luz a la casa.
Fui hacia mi habitación, deje la luz de emergencia en el cuarto de mi tia y me llevé la linterna por las dudas que se cortase la luz de nuevo, entre a mi habitación y agarré mi teléfono para cargarlo, lo conecte y al instante lo prendí.
Ví que tenía 6 llamadas pérdidas de un número desconocido con un buzón de voz.

-Hola Yelena, seguro no sabes quien soy, pero a tu mejor amigo lo he asesinado-.

The dark lightsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora