El helicóptero nos dejó en una pequeña colina de Porto, lo suficientemente lejos de la civilización como para que no nos viera nadie, pero cerca de una pequeña cabaña que no debía de tener más de dos plantas y unos pocos metros cuadrados. Sin esperar a mis compañeros me moví hacia la cabaña escuchando como detrás mi el helicóptero volvió a despegar para alejarse de nosotros.
Giré levemente la cabeza para ver cómo Cio arrastraba a cada paso que daba dos torres de ordenadores y lo que di a entender que eran sus respectivas pantallas, tapadas por una bolsa de tela. Algo más alejado, Adriel, con las manos en los bolsillos y dos bolsas colgadas a cada hombro andaba mirando sus pasos tranquilamente.
Me acerqué a la puerta de madera que nos separaba del exterior al pequeño patio de la cabaña. Saqué del bolsillo de mi chaqueta de cuero las llaves de esta abriendo la pequeña puerta del jardín para que mis compañeros pudieran entrar.
Mientras abría la gran puerta de la entrada de la cabaña logre escuchar como algo chocaba contra el suelo.
- Joder...- Cio había dejado caer una de las bolsas sin querer haciendo que esta se estrellase con el suelo.
-¿Ya te has cargado tus juguetes? - Adriel pasó por su lado sin mirarlo entrando a la campaña y dejando sus bolsas en la entrada.
Bufé cansada del novato.
Porque me habían encasquetado entre pecho y espalda a un tío que no era ni capaz de arrastrar su propia maleta.
Me acerque a recoger su bolsa del suelo, uniéndola a la mía sobre mi ombro.
- Venga. - Él sonrió de lado mirándome divertido.
- En el fondo te gusto. - Levantó las cejas siguiéndome al interior de la cabaña.
-Vete a la cama a ver los dibujos que se te hace tarde.- Le sonreí de manera irónica dejando las bolsas sobre la mesa.- Y monta tu equipo. Cuanto antes sepamos de quién nos rodeamos y porque Porto, antes nos iremos. - Arrastre mis pasos hacia la planta de arriba viendo como Adriel se había tumbado en la habitación más grande.
- ¿Quién te ha dado permiso para quedarte la habitación más grande? - Pregunté, seria, apoyando mi peso en el marco de la puerta.
- Soy el que está a cargo así que yo decido. - Lo miré con las cejas alzadas y una sonrisa burlona.
- La que está a cargo aquí soy yo. Esta es mi misión y vosotros sois mis invitados.
Me miró, y sin prestarme mucha atención sacó de su bolsillo un trozo de papel el cual me tendió aún con esa actitud despreocupada.
Me esta irritando.
Lo desdoble imitando su actitud pasota. Afirmando en mi cabeza, que el hombre tendido en la cama no me gustaba un pelo.
Pero es tremendamente atractivo.
Leí lo que había escrito en la hoja arrugada y mal doblada, probablemente debido a pasarse todo el vuelo en el bolsillo de su pantalón tejano, la letra alargada de tinta de boli azul se extiende por la hoja.
Al final la firma de Smith.
"Gipson estás al mando. Kayla es dura no te dejes superar ni por su carácter ni por sus virtudes, está entrenada para utilizarlas. Sé consciente de ello en todo momento. No olvides el fin ni como llegar a él. S.S"
Hijo de puta.
Aplaste el papel entre mis dedos sin mirar al edificio humano plantado frente a mi, repase rápidamente mis opciones. No estaba al mando pero sabía que aún manejaba parte del poder y por mucho que Smith le cediese a Gipson mi puesto y le informará sobre mis habilidades, desconocía sobre estas y por eso mismo yo mantenía una ventaja . Sonreí. Tiré el papel arrugado al suelo y levanté la mirada enfrentándome a su mirada tranquila.
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Contingencia
Teen FictionHay gente que nace temiendo al peligro, otros se adaptan a él, mientras que una parte muy pequeña de la población aprende a vivir con este. La definición de peligro dice que es un sentimiento producido por una situación que puede acabar en desgracia...